COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA CARGA DE LOS MAMELUCOS
Francisco de Goya y Lucientes nació en 1746 en Fuendetodos (Zaragoza) y murió en Burdeos (Francia) en 1828. Por su cronología sería un pintor neoclásico, pero su estilo lo convierte en un adelantado a su época, anticipándose al Romanticismo e incluso al Expresionismo, siendo un referente para románticos como Delacroix y Géricault.
Académico y pintor del rey, en sus inicios retrató a la alta sociedad del siglo XVIII, hasta que en 1792 una enfermedad le causó sordera, cambiando por completo el carácter del pintor, volviéndose más huraño, escéptico y atormentado.
Comienza aquí su etapa de Pinturas Negras y de obras con un alto tono crítico hacia la sociedad en la que vivía, como podemos ver en su serie de grabados de los Caprichos y en Los desastres de la guerra.
ANÁLISIS FORMAL E ICONOGRÁFICO
Francisco de Goya pintó La carga de los mamelucos con motivo de la invasión francesa. Fue concebida junto al “3 de mayo en Madrid o Los fusilamientos”, pues ambas obras se complementan y actualmente se exhiben juntas en el Museo del Prado.
Con esta obra Goya quiso afianzar su patriotismo y acabar con los rumores de ser un afrancesado. La obra muestra la entrada de los mamelucos (soldados reclutados en el norte de África, de ahí sus atuendos y rasgos) y soldados franceses bajo las órdenes del general Murat.
El pueblo madrileño responde echándose a las calles de la ciudad para luchar contra el invasor a través de una violencia desesperada. Este es el inicio de la Guerra de Independencia, marcada por el intento de llevarse al hijo de Fernando VII a Francia.
Vemos en La carga de los mamelucos una violencia ciega e irracional a través del levantamiento espontáneo del pueblo de Madrid. El centro de la composición lo ocupa un mameluco que cae muerto del caballo y un madrileño lo sigue apuñalando.
En el suelo yacen soldados y madrileños. Al fondo aparecen los ciudadanos de Madrid, con los ojos llenos de rabia mientras acuchillan con armas blancas a jinetes y caballos mientras los franceses intentan huir con los ojos desorbitados, incluidos los caballos.
Toda La carga de los mamelucos se compone de curvas, diagonales, escorzos y grandes pinceladas y manchones de pintura que dan gran dinamismo y movimiento a la escena. El color está tratado a base de fuertes contrastes. Al fondo vemos Madrid, pero de manera difuminada, con los edificios solamente perfilados para enmarcar el acontecimiento.
El cuadro es un antecedente del Expresionismo reflejado en los rostros que se convierten en muecas y cuerpos en escorzos muy forzados, además de un reflejo del Romanticismo a través del tratamiento del tema, es decir, la exaltación del patriotismo, aunque en el fondo la obra es una denuncia de la violencia que conlleva la guerra.
La carga de los mamelucos está llena de energía, rabia y desesperación que Goya muestra por medio de la composición y de su colorido, que expresan el horror del combate y la violencia desatada por ambas partes, sin individualidades ni héroes reconocibles. Destaca el uso del rojo de al sangre, que salpica toda la escena.
VÍDEO EXPLICATIVO
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
CABAÑAS BRAVO, Miguel. Colección Summa Artis. Historia General del Arte. Antología. Tomo X. Arte español del s. XIX. Editorial Espasa.
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LA GUÍA 2000 http://arte.laguia2000.com
MUSEO DEL PRADO http://museodelprado.es