COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA COLUMNA ROTA
ANÁLISIS FORMAL
Esta obra, como la gran mayoría, dentro de la producción de la mexicana es una muestra del dolor físico que padecía y consecuentemente del dolor psicológico, resultando la pintura un vehículo de desahogo y canalización del mismo.
Destaca así el gran ejercicio filosófico que practicaba Kahlo, de lo cual deja muestra en su Diario íntimo donde leemos: «la angustia y el dolor, el placer y la muerte no son más que un proceso«, y así resulta su obra, la escenificación del proceso vital de la mexicana.
Por lo que hace a su estilo *, como hemos comentado en otras publicaciones con motivo de Frida Kahlo, no puede encasillarse dentro del concepto “surrealista” y tampoco “realista”.
Esta obra si se tuviera que decantar por alguno seria el surrealismo por el simbolismo que utiliza para expresar su dolor. Pero, sin duda, el estilo de Kahlo es personal, ella se muestra mediante su arte tal y como se sentía, y utilizaba las referencias necesarias para hacernos llegar su mensaje más íntimo.
Por la fecha en que realizó esta obra ya tenía consolidada su carrera artística, con más de un centenar de obras terminadas, estaba con Diego Rivera con quién viajó a Estados Unidos donde aumentó sus contactos dentro de la órbita del arte. Pero cada vez más sus pinturas reflejaban el sufrimiento creciente de la mexicana.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
En esta ocasión Frida Kahlo se presenta de pie, semidesnuda, mostrando su torso abierto y roto interiormente, sujetado por un corsé. En el fondo de la herida vemos una columna clásica que representaría su columna vertebral, la cual esta totalmente fracturada.
Resulta interesante el elemento de la columna, de estilo jónico, con la que hace referencia a su propia tragedia mediante la analogía de la tragedia griega. Pero no queda ahí, ya que la artista dibuja diferentes clavos en la vertical de la columna, haciendo mención a la tradición cristiana, concretamente a la iconografía de San Sebastián.
Su mirada nos increpa directamente, así como todo su cuerpo sigue una posición frontal, involucrando al espectador en la obra y haciendole conocedor de su propio sufrimiento, mostrandose transparente.
Asimismo, su rostro sin expresión aparente se ve marcado por el llanto, acento de su sufrimiento. Las lágrimas, que destacan por su opacidad, se deslizan por su rostro, congelando a nuestra protagonista en el momento más vulnerable de su sufrimiento.
Por lo que hace al fondo de la composición, acompaña de igual forma a la desolación de Kahlo, son desiertos y cielos nublados, sirven de advenimiento de una tormenta, en este caso del tormenta de la pintora, haciendo eco de su tristeza y soledad.
CURIOSIDADES
Algunos conocidos de Kahlo contaron como inicialmente esta composición no contaba con la sábana que cubre la parte inferior de su cuerpo.
Pero la pintora consideró que su sexo podría ser una distracción del verdadero mensaje que quería transmitir y por ello añadió la tela, lo que le adquiere un aire clásico que sumado a la columna jónica, caracterizan el efecto de tragedia griega. Al mismo tiempo centra la fuerza de la obra en la gran herida y en la columna que da nombre a esta gran obra de Frida.
Por otro lado también destaca la importancia de esta obra, ya que encontramos versiones de la misma en su Diario íntimo. Concretamos, casi diez años después de la realización de La Columna rota, vemos este esbozo donde además de la columna, su «apoyo 2» es su pierna escayolada, como una prótesis. De manera que cada vez tiene más piezas «rotas» en su cuerpo.
Sin duda alguna, es una de las obras más importantes dentro de toda su producción autobiográfica que la consolida como una gran artista y gran mujer.
BIBLIOGRAFIA
GARCÍA, L. Frida Khalo. TIKAL: Madrid. 2008
MADRAZO, C. El Diario de Frida Kahlo. La vaca independiente: México. 2014
SILEO, D. FRIDA KAHLO. OLTRE IL MITO. MUDEC: Milano. 2018
Una respuesta a «La columna rota»
[…] momentos vitales clave y que llevan por título los nombres de tres obras maestras de la artista: La columna rota (1944); Autorretrato en la frontera de México y EE. UU. (1932); y Las dos Fridas (1939); la autora […]