La Crónica de Núremberg

Ficha técnica

Título: La Crónica de Núremberg (Liber Chronicarum)
Autor:  Anton Koberger, impresor; Hartmann Schedel, escritor; Michael Wolgemut, Wilhelm Pleydenwurff y Alberto Durero, ilustraciones.
Cronología: 1493
Estilo: Renacimiento alemán
Materiales: Tipografía y grabado xilográfico
Ubicación: Biblioteca de la Universidad de Sevilla

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA CRÓNICA DE NÚREMBERG O LIBER CHRONICARUM

Más de medio milenio después de su primera edición, el Liber Chronicarum, conocido en castellano como La Crónica de Núremberg, impreso en 1493, sigue siendo uno de los mayores hitos de la historia del libro. No es sólo uno de los primeros libros que fueron impresos – conocidos como incunables – sino también uno de los libros técnicamente más avanzados de los comienzos de la imprenta y el primero que integró un gran número de ilustraciones y texto con una extraordinariedad inigualable hasta el siglo XX. Se trata de una historia universal, ilustrada, desde el Génesis hasta el año 1490, acompañada de los acontecimientos y personajes más memorables de la época, junto con mitología, leyendas y fenómenos extraordinarios. Su producción editorial fue financiada por dos comerciantes de Núremberg: Sebald Schreyer (1446–1503) y Sebastian Kammermeister (1446–1520). Fue originariamente escrito en latín por Hartmann Schedel, e impreso en el taller de Anton Koberger (c.1440 – 1513).

CONTEXTO HISTÓRICO

En 1490 Núremberg era una de las ciudades más grandes del Sacro Imperio Romano Germánico y centro del humanismo y renacimiento alemán, caracterizado por la continuación del estilo gótico hasta bien entrado el siglo XVI. Mientras que la llegada de lo clásico tuvo poca resonancia histórica en gran parte de Alemania, en otros aspectos fue una clave indispensable para la difusión del nuevo pensamiento humanista en Europa, y esta clave se encontró en la invención de la imprenta con tipos móviles por Johannes Gutenberg (c.1440) que desde entonces permaneció como un monopolio alemán durante algunas décadas hasta que se produjo su difusión por el resto del continente. En consecuencia, la xilografía – en planchas de madera – y el grabado calcográfico – en planchas de metal blando – para adicionar imágenes al texto estaba más desarrollado en Alemania que en cualquier otro lugar. A pesar de ello, la mayoría de los incunables y libros impresos eran de composiciones sencillas para así aprovechar todo el espacio que la hoja de papel ofrecía, razón por la cual esta obra destacó por sus ilustraciones ya en época incunable.

La Crónica de Núremberg fue un ambicioso proyecto conjunto, abordado desde 1488, conformado por: Anton Koberger, el impresor y editor más grande de Europa en ese momento y el más poderoso de su época; el gran taller de Michael Wolgemut, entonces el principal artista de Núremberg, que proporcionó el diseño y las ilustraciones junto con Wilhelm Pleydenwurff; y Hartmann Schedel, autor del texto, médico y bibliófilo, ávido coleccionista de obras de humanistas del renacimiento italiano y alemán. Además, Alberto Durero (1471–1528), el mayor artista del Renacimiento alemán, ahijado de Korberger, comenzó su carrera como aprendiz en el taller de Wolgemut y pudo haber participado en el diseño de algunas de las ilustraciones. Durante toda la época renacentista, el sur de Alemania fue centro de muchas publicaciones y era común que los pintores estuvieran también cualificados para realizar xilografías y grabados para ellas.

La Crónica de Núremberg se publicó originalmente en latín el 12 de junio de 1493. Y poco después se encarga a George Alt (1450–1510) de su traducción al alemán publicada el 23 de diciembre de 1493. Ediciones tanto latinas como alemanas fueron impresas por Antón Koberger. La edición alemana, además de las diferencias estéticas – como el tipo de letra -, es más breve debido a las modificaciones realizadas en función del ejemplo de lector al que cada edición iba dirigida: el latín estaba dirigido al mundo teológico y académico; el alemán, a la burguesía emergente, que no poseía educación universitaria. 

Aunque escrita en un periodo histórico ya enmarcado en el Renacimiento, sigue en gran medida la tradición narrativa de las crónicas universales medievales. Dichas obras de carácter histórico, siguen la división de la historia de San Agustín en «Seis Edades», en analogía a los seis días de la creación, – a las que Hartmann Schedel añade una séptima – y relatan los principales eventos de la historia de la humanidad dentro del marco narrativo y cronológico de la Biblia. Por este motivo, este compendio ilustrado de la historia mundial, dividida en siete capítulos, comprende las siete edades del mundo de la siguiente manera:

  • La primera edad: del Génesis al Diluvio.
  • La segunda edad: hasta el nacimiento de Abraham.
  • La tercera edad: hasta el rey David.
  • La cuarta edad: hasta el cautiverio en Babilonia.
  • La quinta edad: hasta el nacimiento de Jesucristo.
  • La sexta edad: la época actual, hasta 1490.
  • La séptima edad: el Juicio Final y Apocalipsis.

Entre el capítulo dedicado a la sexta edad y el correspondiente Juicio Final, hay unas hojas en blanco con la intencionalidad de dejar en ese punto una obra cuya historia queda abierta o inacabada, Koberger dejó reservadas estas páginas para que en un futuro se plasmaran los hechos acaecidos en ese tiempo.

ANÁLISIS FORMAL

En sus comienzos, los incunables se parecían mucho a los manuscritos, el Liber Chornicarum es uno de los más valiosos conservados y una muestra de cómo evolucionó el arte del libro en los inicios de la imprenta, ilustrando una nueva relación entre texto e imagen. Con alrededor de 660 páginas en formato in-folio, de aproximadamente 44x67cm, se trata de una edición muy cuidada y ricamente ilustrada con unas 650 xilografías de gran valor artístico, a partir de las cuales se crean 1800 imágenes, ya que muchas de ellas fueron reutilizadas varias veces a lo largo del libro, como es el caso de las ciudades o los retratos. Para componer el texto de la crónica, Hartmann Schedel se inspiró en la obra humanista Supplementum Chronicarum, de Giacomo Filippo Foresti, impresa en Venecia en 1483.

Las vistas de ciudades son de gran interés artístico y topográfico, pues fue el primer libro en el que las imágenes de la ciudad fueron protagonistas. Introduce el interés por representar la imagen real de la ciudad, compuesta por unos elementos comunes que la caracterizaban y remitían a su propio concepto, como las murallas, símbolo de su fortaleza, o las torres y cúpulas de los templos y palacios, reflejo del poder político y religioso. 

Cuando un coleccionista de finales de siglo XV y comienzos del XVI compraba la crónica, se encontraba ante la opción de comprar una copia a color o sin color en los grabados. Si elegía la opción a color, podía comprar una copia ya pintada en el taller o llevar una copia sin pintar a un pintor de su elección posteriormente. Por ello, muchas copias del libro fueron coloreadas a mano tiempo después de ser impresas, incluso las ilustraciones de mayor tamaño se llegaron a vender por separado como grabados independientes, a menudo coloreados a mano con acuarela.

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

En nuestro intento de comprender mejor La Crónica de Núremberg desde una perspectiva histórica y artística nos encontramos inevitablemente con la gran riqueza iconográfica que alberga.

Las más de 1.800 ilustraciones, realizadas en los talleres de Wolgemuth, en el que aprendía el joven Durero, y Pleydenwurff, son imágenes de muy variada temática: religiosa, mitológica, histórica y geográfica, ofreciendo además un amplio repertorio de vistas de ciudades. Estas vistas son lo más característico del Liber Chronicarum y de ellas una tercera parte son reconocibles por su topografía y edificios principales, reproduciendo fortificaciones, puentes, palacios e iglesias con rasgos de los estilos arquitectónicos locales. Mención especial merece la vista de Nuremberg, ciudad del editor, a doble página completa, con indudable carácter propagandístico. La obra contiene, además, dos mapamundis: el primero, basado en la configuración de Ptolomeo; el segundo, un mapa de Europa Central y Oriental, y además el primero que aparece en un libro impreso.

Las ilustraciones realizadas con grabados a página completa son auténticas obras maestras dentro de la técnica. Ejemplo de ello es la primera ilustración que aparece, dando comienzo a la primera parte, un retrato de Dios entronizado en el momento de la creación del mundo. Toda esta parte está repleta de grandes ilustraciones con escenas del Génesis, incluyendo la creación de Adán, el Pecado original y el Arca de Noé. Por lo general, estas xilografías de mayor tamaño se utilizan para representar los eventos más importantes, recurso también empleado en las laboriosas ilustraciones referentes al Apocalipsis, muy detalladas y cargadas de un expresionismo propiamente centroeuropeo.

Contiene cientos de retratos acompañados de breves reseñas biográficas, estos se ubican a los lados izquierdo y derecho intercalando el texto e incluyen a personajes históricos en ocasiones acompañados de su genealogía, que desde una perspectiva textual eran muy difíciles de descifrar, motivo por el que los ilustradores emplearon varios diseños para explicar claramente las relaciones familiares altamente complejas descritas en el texto. Además de dioses y reyes, también nos encontramos retratados a filósofos, como Sócrates, Platón o Aristóteles, dramaturgos como Sófocles, y Cleopatra, faraona ptolemaica, entre otros eruditos medievales. Es interesante notar que todos ellos visten con ropajes de época contemporánea a la creación del libro, del mismo modo en que se hacía en las pinturas de la época.

Junto a los relatos de la vida y sufrimientos de múltiples mártires y santos reconocidos, a modo de hagiografía, aparecen su retratos o representación de sus martirios, a veces mostrándonos escenas con cierto nivel de acción, como la Judith que porta la cabeza de Holofernes, a quien acababa de decapitar, o las crudas escenas del martirio de San Bartolomé.

Las razas imaginarias también tienen su lugar, son fantasiosas criaturas de origen mitológico y medieval, seres marginados, que viven en los extremos más externos del mundo, lugares inhabitables que no aparecen en los mapas. Son varios los monstruos representado y entre ellos encontramos un hombre con muchos brazos, un acéfalo, un esciápodo, el centauro o un hermafrodita, entre otros.

Para finalizar, un ejemplo representativo de la presencia de la mano de Durero es la futura obra xilográfíca de enorme expresividad que llevará a cabo el artista, claramente inspirada en las ilustraciones de La Crónica de Núremberg. Reflejo de ello será su serie de grabados xilográficos realizada en 1498 del Apocalipsis, obra maestra en el campo del grabado. 

El Liber Chronicarum fue todo un best seller en la época – a pesar de su elevado precio -, llegó a ser editado tres veces en diez años y se vendió por toda Europa. Actualmente se conservan alrededor de 400 ejemplares en latín y 300 en alemán. que se hallan dispersos en museos, bibliotecas colecciones de todo el mundo: en Sevilla, concretamente en el Fondo Antiguo de la Biblioteca de la Universidad, se cuenta con tres ejemplares.

CURIOSIDADES

Los libros por entonces carecían de portada que indicara el título, por lo que aquellos lectores de la edición en latín se referían a este como Liber Chronicarum (Libro de las Crónicas), ya que esta frase aparece en la introducción del índice. En Alemania se le denomina Die Schedelsche Weltchronik (La crónica del mundo de Schedel), en honor a su autor, y en inglés se suele denominar The Nuremberg Chronicles (Las crónicas de Núremberg), por la ciudad en donde fue publicado.

Tres años después de su impresión, en Augsburgo, un editor llamado Johann Schönsperger y dado que las leyes de derechos de autor todavía no existían, publicó una versión que podríamos considerar como falsificación en alemán con el mismo texto y número de imágenes. Esta versión, sin embargo, era mucho más pequeña, de peor calidad y, por lo tanto, mucho más asequible. Motivo por el que se vendió extremadamente bien.

Existen algunos ejemplares que contienen una censura de la Inquisición, mediante un tachado con tinta para que el texto y la imagen no fueran legibles, concretamente en el pasaje correspondiente a la leyenda de la papisa Juana, una mujer que ejerció el papado católico ocultando su verdadero género y que se retrata con un niño en brazos.

GALERÍA DE IMÁGENES

BIBLIOGRAFÍA 

CARACUEL MOYANO, Rocío y DOMÍNGUEZ, Aurora: Un tesoro en la Universidad de Sevilla: incunables y obras de los siglos XVI y XVII. Sevilla, 1993.

HARTMANN, Schedel: Liber chronicarum. Núremberg, 1493. Fondo Antiguo de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla. (Signatura: A 335/110)

FÜSSEL, Stephan: Hartmann Schedel. Chronicle of the world 1493. Colonia, 2018.

WILSON, Adrian: The making of the Nuremberg Chronicle. EE.UU, 1976.

¿COMPARTIR ESTE ARTÍCULO?

Share on facebook
Compartir en Facebook
Share on twitter
Compartir en Twitter
Share on linkedin
Compartir en Linkdin
Share on pinterest
Compartir en Pinterest

Deja tu comentario

Deja una respuesta

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Configurar y más información
Privacidad