COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA EDAD MADURA
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
La edad madura se compone de tres partes constituidas por los personajes, se puede observar a un hombre que intenta llegar a una musa siendo atrapado por una bruja.
La forma de representar el cuerpo humano por parte de Camille Claudel es inaudita, consigue recrear la belleza en sí misma. Podemos ver la influencia de artistas como Rodin o Boucher debido a su forma realista en el trato del cuerpo humano.
La figura del hombre, es acogida por una mujer de apariencia desagradable, gracias a un mal gesto facial y gran cantidad de arrugas, quien lo abraza mientras que detrás queda una figura en el suelo implorante, separada del cuerpo principal que consigue transmitir ese patetismo buscado.
La mujer situada en el suelo busca alcanzarle pero no lo consigue, su intención es alejarle de la bruja que quiere hacer suyo.
Podríamos considerar que el hombre, tras el paso del tiempo, está alejándose de la juventud quién es representada como la mujer joven implorante, para dejarse llevar por la madurez, personificada como la mujer de peor apariencia.
Si no conociéramos la historia de amor –revelada mediante las cartas enviadas de la artista-, podríamos interpretar La edad madura siguiendo las edades del hombre. Tras madurar, damos paso a la vejez abandonando la juventud.
Sin embargo, como hemos señalado anteriormente, se cree que el hombre representa a Rodin mientras que la bruja remite a Rose Beurut, quien supuso un obstáculo entre la artista y su admirado enseñante, mientras que el personaje atrasado en la marcha, recuerda a la misma Camille suplicando la relación con el artista. Por ello, se ha considerado la obra de forma autobiográfica.
A pesar de estas interpretaciones, sabemos gracias a la obra de Díaz Huder llamada El beso que la artista busca darle otro sentido a la obra puesto que afirmó que la composición consistía en un triángulo amoroso mientras que realmente buscaba mostrar a una pareja basada en un hombre maduro junto con una joven enamorada.
El lugar de la bruja consiste en ser la encarnación del espíritu maligno que quiere separar a los enamorados. El problema que tuvo Claudel es que no pudo representar la maldad debido a su invisibilidad y por ello las diferentes interpretaciones.
ANÁLISIS FORMAL
La podemos encontrar en el Museo de Orsay y en el Museo Rodin ya que del mismo yeso se realizaron dos fundiciones. La obra conmovió a gran parte de la sociedad francesa debido a su perfección formal.
La composición tiene una forma diagonal, acentuada por las extremidades de las figuras y los cuerpos que descienden cayéndose. Por otro lado, respecto al soporte, podemos ver como el tratamiento del suelo no es el más trabajado.
Este debería de transmitir firmeza mientras que transmite erosión. Las figuras transmiten pasión y acción. Es una escena muy dinámica como se puede ver en el tratamiento de las vestimentas agitadas, parece que vayan a separarse en cualquier momento, ya que capta el instante anterior de la separación de los cuerpos.
Para su creación, realizó diferentes versiones. La primera se llamaba Grupo de Tres y se componía de tres figuras aunque la intención de la artista fuera colocar un árbol que diera centralidad. Todas sus obras tienen una gran fuerza expresiva que impactan en el espectador. Su estilo es totalmente propio, pero a la vez remite a unas formas rodinianas o donatellescas.
BIBLIOGRAFÍA
CARRANO, Patrizia. Las escandalosas, veinte mujeres que han hecho historia. Madrid: Ediciones Siruela, 2005.
DÍAZ HÚDER, Javier. El beso: Camille Claudel. Pamplona: Eunate, 2016.
MAYAYO, Patricia. Historias de mujeres, historias del arte. Madrid: Ensayos de Arte Cátedra, 2003.
GARCÍA, ÁNGELES. “Los demonios de Camille Claudel”
JIMÉNEZ, José. “Camille Claudel, ser mujer y artista”.