La Fuente de la Gracia

Ficha técnica

Título: La Fuente de la Gracia
Autor: taller de Jan Van Eyck
Cronología: 1440 – 1450
Estilo: primitivos flamencos
Materiales: óleo sobre tabla
Ubicación: Museo del Prado
Dimensiones: 181×119 cms.

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA FUENTE DE LA GRACIA

CONTEXTO HISTÓRICO

Tras diversos estudios e investigaciones producidas en los últimos años, hay diversos expertos que han puesto de relieve que esta tabla y su contenido está relacionado con el problema judeoconverso de la Castilla del siglo XV y quizás encargada por el obispo de Burgos, Alonso de Cartagena, proveniente precisamente de una familia conversa de forma voluntaria y en la que su padre, Pablo de Santa María, ya hizo una importante carrera eclesiástica.

Cartagena pudo encargarla en Flandes, pues estudios técnicos de la madera y el aparejo avalan que fue realizada allí, ya que el obispo atravesó la zona en 1439 de regreso a Castilla tras visitar la corte imperial a su vuelta del Concilio de Basilea, donde se puso de relieve el problema de la herejía husita, también expuesta en la tabla, como se verá más adelante.

Del mismo modo, la relación de escritos de Alonso de Cartagena con el programa iconográfico de La Fuente de la Gracia apoya la posibilidad de que este eclesiástico castellano pudiera ser el comitente, o al menos el ideólogo de la pintura, la cual, para una mejor comprensión, ha de describirse teniendo en cuenta el contexto religioso de su época.

La Fuente de la Gracia
La Fuente de la Gracia. Foto: Museo Nacional del Prado.

Con todo ello, lo que sí se sabe a ciencia cierta es que la obra fue donada por el rey Enrique IV al monasterio segoviano de Santa María del Parral entre 1447 y 1474, monarca que precisamente tuvo como preceptor al propio Cartagena, por lo que cabe la posibilidad de que la tabla fuera un encargo del obispo de Burgos bien para él mismo y luego la entregara al rey, o encargo de la monarquía castellana a través de él (bien de Juan II o del futuro Enrique IV).         

ANÁLISIS FORMAL E ICONOGRÁFICO

En La Fuente de la Gracia se representan diversos sacramentos de la Iglesia Católica mediante un programa iconográfico y formal estructurado a través de un escenario arquitectónico que lo enmarca todo y que divide la escena en tres registros superpuestos, que van desde la divinidad en la parte alta hasta el mundo terrenal abajo.

En el superior aparece en el centro y sentado sobre un trono donde se ven las imágenes del Tetramorfos Dios Padre de manera frontal, bendiciendo con la mano derecha y sosteniendo el cetro con la izquierda.

A ambos lados se encuentran las figuras de la Virgen María leyendo y San Juan evangelista escribiendo su evangelio, yendo todas estas figuras delante de ricos paños brocados. Bajo Dios Padre se halla el cordero del sacrificio en alusión a Jesucristo, manando bajo él una corriente de agua con hostias eucarísticas que recorrerá todo el cuadro.

Registro superior de La Fuente de la Gracia. Foto: Museo Nacional del Prado.

Este registro superior se remata con una aguja arquitectónica gótica con multitud de pináculos, contrafuertes, arcos ojivales y adornada con dieciocho figuras que se han identificado con profetas, pudiéndose relacionar por su forma arquitectónica esta aguja con las custodias de la época que albergaban la Sagrada Forma, y más si cabe viendo el carácter eucarístico de lo representado.

Continuando por el registro central, intermedio en la obra y que conecta el mundo divino con el terreno, donde se observa como corre en la parte central el riachuelo con las formas eucarísticas inserto en un prado plagado de especies vegetales como geranios silvestres o fresas junto a otras inventadas, se sitúa un coro angélico a ambos lados de la corriente de agua, portando diversos instrumentos musicales, y dentro de la arquitectura que enmarca la obra otros ángeles cantores que miran hacia abajo conectando este nivel paradisíaco con el terrenal, portando uno de ellos una filacteria con el versículo del Cantar de los Cantares “fuente de los jardines, pozo de aguas vivas” en clara alusión a la corriente central de la obra, su origen y su fin.

Registro central de La Fuente de la Gracia. Foto: Museo Nacional del Prado.

La parte baja de la tabla es sin duda la más interesante por la multitud de personajes que se encuentran en ella y por los rasgos más estudiados e individualizados de las figuras que en los otros registros, más idealizados, y que conectan, tanto unos como otros, con formas y modelos de las obras de Jan Van Eyck, por lo que se piensa que la obra pudiera realizarse bien en su taller o por un pintor muy cercano al maestro y que tuviera acceso a sus dibujos.

Este registro bajo, que se sitúa fuera del espacio celestial, presenta en su centro el pozo de agua que se cita en el Cantar de los Cantares, pero con una forma octogonal indicando también su función bautismal, uniendo de esa forma y al estar repleto de hostias sagradas que llegan por el riachuelo los sacramentos del bautismo y la eucaristía.

El pozo se remata en forma de custodia dorada de tracería gótica, lo que lleva a ver un eje vertical que une los tres registros o niveles presentes en la tabla.

A los lados de la pila se agrupan dos conjuntos de personajes bien diferenciados que representan a la humanidad, todos ellos individualizados en su caracterización y con un virtuoso detallismo propio de la escuela flamenca: a la derecha del pozo se encuentra la cristiandad, con un papa con su tiara, quien se ha querido identificar con los pontífices Martín V o Eugenio IV, señalando el agua de la fuente; un emperador, quizá Segismundo de Luxemburgo; un abad y un obispo, el cual algunos investigadores indican que puede tratarse del retrato de Alonso de Cartagena, posible ideólogo de esta pintura; así como otros personajes, muchos de ellos arrodillados con sus elementos de dignidad, como el distintivo de la Orden del Bastón Nudoso que luce el personaje vestido de rojo.

La Fuente de la Gracia
Nivel inferior de La Fuente de la Gracia. Foto: Museo Nacional del Prado.

Frente a ese grupo repleto de quietud y estabilidad se presenta al otro lado de la fuente el grupo de herejes y judíos en un alarde de movimientos y gestualidad exacerbada (personajes que tienen su origen en un dibujo centroeuropeo de principios del s. XV).

Estas personas se encuentran confusos, algunos de ellos cegados con vendas o tapándose los oídos para no escuchar. El estandarte que porta el personaje vendado se ha quebrado y se pueden ver detalles como la escritura hebrea en los rollos de la Torá, que en verdad es escritura ciega pues lo que se ha pintado son caracteres ilegibles y sin ningún significado.

Toda la escena del registro inferior representa la iconografía propia de la Iglesia y la Sinagoga, que viene ya desde época medieval, existiendo representaciones de ella desde el siglo IX.

En el momento de la creación de esta pintura la Iglesia se hallaba inmersa en resolver la herejía husita, que, entre otras cuestiones planteaba la comunión bajo las dos especies (en la obra solo aparece el pan, no el vino), mientras que también en el continente, y especialmente en Castilla, el problema religioso era eminentemente con los judíos, de quienes se prefería una conversión voluntaria al cristianismo.

Por estas dos cuestiones, y siguiendo los escritos del citado Alonso de Cartagena, de familia conversa, se trata de una obra que aborda los problemas religiosos de mediados del siglo XV y que con ella se intentaba invitar a la vuelta al orden de los herejes y a la conversión pacífica y sincera del pueblo judío.       




CURIOSIDADES

Varios datos curiosos pueden destacarse de esta tabla, en primer lugar, señalar que en los baldosines que pisan las figuras del registro superior, y más concretamente en uno que se encuentra cerca de San Juan se observa el acrónimo AGLA, que también aparece en el famoso políptico de Gante del Cordero Místico de Jan Van Eyck, cuyo origen está en la cábala judía y que significa “Tú, oh Dios, eres Todopoderoso para siempre”, y que podría venir a unir en una tabla como ésta las doctrinas judías y cristiana.

Por otro lado, pese a que la obra estaba en la sacristía del monasterio del Parral desde el siglo XV, y por lo tanto no accesible a la mayoría de las personas, se conocen varias copias de ella: una en la catedral de Segovia, de 1560; otra de finales del siglo XVI del pintor toledano Cristóbal de Velasco y que actualmente se conserva en un museo de Ohio; más otras ya decimonónicas realizadas por diversos intereses una vez que la obra, por las desamortizaciones, pasa primero al Museo de la Trinidad y posteriormente al Museo del Prado.

BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA

PÉREZ PRECIADO, José Juan (Ed.). La Fuente de la Gracia. Una tabla del entorno de Jan Van Eyck. Madrid, 2018.

MUSEO DEL PRADO: https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/la-fuente-de-la-gracia/f578c5af-b1d6-4ef8-aaa3-ae05a6dd2393 (Consulta: 10/07/2023).

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