COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA GRAN ODALISCA
ANÁLISIS DE LA OBRA
La Gran Odalisca es una de las obras más reconocibles del pintor francés Dominique Ingres. La obra muestra a una odalisca o mujer de un harén turco, recostada sobre un diván.
La mujer se encuentra desnuda, dándonos la espalda, pero con la mirada fija en el observador. Nos deja entrever la curvatura de su pecho, que se halla oculto a través de su brazo derecho, extendido hacia las piernas.
Los únicos rasgos que dotan a la obra de orientalismo son el abanico de plumas que porta la joven en su mano derecha; un turbante cubriendo la mayor parte de su pelo, un quemador de incienso, y una pipa a los pies de la misma.
El resto de los elementos de la escena, como las telas y cojines sobre los que se apoya la mujer, o el rico cortinaje que aparece a su derecha, resultan ser adornos comunes en cualquier retrato pictórico.
En la figura de la odalisca se observa un claro alargamiento de las formas, debido al uso de tres vértebras adicionales, un ensanchamiento de las caderas, y alargamiento asimismo del cuello de la joven.
Con todo ello, Ingres ejecutó un rigor clásico y manierista, dotándola de los cánones ideales de belleza concebidos desde la antigüedad.
En la figura femenina encontramos además, reminiscencias de otras grandes obras pictóricas. Su rostro hace referencia a «Los desposorios de la Virgen» y «La Madonna della Seggiola» del pintor renacentista Rafael Sanzio.
El turbante y la joya que lo acompaña, están tomados de «La Fornarina«, obra también de Rafael.
Su postura nos hace pensar en la «Venus de Urbino» del pintor renacentista Tiziano; o en «La Venus del espejo» de formas alargadas del pintor barroco Velázquez.
La crítica hace referencia asimismo a la obra «Madame Récamier«, del pintor también neoclásico, Jacques-Louis David.
Esta obra fue encargada por Carolina Bonaparte, una de las hermanas pequeñas de Napoleón Bonaparte; con el fin de formar pareja con un segundo desnudo. Fue expuesta en el Salón de París de 1819, y pasaría a su actual localización, el Museo del Louvre de París, en el año 1899.