La japonesa

Ficha técnica

Título: La japonesa
Autor: Claude Monet
Cronología: 1876
Estilo: Impresionismo/Japonismo
Materiales: Óleo sobre lienzo
Ubicación: Museo de Bellas Artes de Boston, EEUU.
Dimensiones: 231,8 x 142,3 cm

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA JAPONESA

CONTEXTO HISTÓRICO 

En un momento histórico bastante importante para Japón, la influencia que tuvo posteriormente el país en el resto del mundo fue bastante grande.

Pongámonos en contexto, el país nipón había sufrido más de doscientos años de aislamiento internacional durante el periodo Edo (1603-1868), sin apenas contacto con el exterior salvo pequeñas relaciones comerciales con China y con la Compañía Holandesa de las Indias Orientales a través del puerto de Dejima.

Japón fue “obligada” a abrir sus fronteras y a partir de esos momentos se abrió al mundo, lo que provocó que numerosos viajeros, aventureros, artistas, coleccionistas y un sinfín de personajes viajaran al país del Sol Naciente para conocerlo, investigarlo y descubrir las rarezas y características de un país absolutamente desconocido para Occidente. 

Durante esos años ya habían empezado a llegar algunas piezas de arte japonés a Europa y Norteamérica, en un fenómeno que se desarrolló principalmente durante este último tercio del siglo XIX y que se conoce como “japonismo”, haciendo referencia a la influencia que tuvo el arte nipón en las artes occidentales de la época, sirviendo de influjo a muchos estilos y artistas que se desarrollaron posteriormente, tales como Manet, Toulouse-Lautrec, el mencionado Monet, Degas, Renoir, Whistler, Van Gogh, Picasso o Klimt, entre otros.




Este amor y gusto por el exotismo japonés estuvo ayudado por la presencia del país en las Exposiciones Universales que se iban celebrando durante esas décadas sobre todo a partir de la que tuvo lugar en el año 1867 en París, el centro artístico mundial del momento, donde los objetos nipones causaron auténtico furor en la moda parisina del momento. 

Por lo tanto, los artistas que se han mencionado anteriormente no solo se sirvieron de algunas de las características propias del arte nipón del momento, como podría ser la influencia tremenda que tuvo el arte del grabado ukiyo-e en la pintura occidental, sino que también adaptaron otros elementos de su sociedad, tales como su forma de ser, actuar o de vestir, algo que se muestra de manera muy clara en esta obra de Monet. 

ANÁLISIS FORMAL

La japonesa de Monet es una obra de grandes dimensiones (231,8 x 142,3 cm) realizada en el año 1876. En ella se representa solo a un personaje, en este caso a la primera esposa del pintor, Camille Doncieux, quien le sirvió de modelo para más de una ocasión (se han llegado a contabilizar más de treinta obras en las que aparece Camille) aparte de que también apareció en las obras de otros artistas impresionistas como Renoir y Manet.

En la pintura aparece personificada de cuerpo entero dentro de un interior, probablemente el estudio del artista, vestida con un bello kimono de color rojo (uchikake), ampliamente decorado, y dando la espalda a una pared que se encuentra llena de abanicos japoneses de todo tipo (principalmente uchiwa). 

Camille se sitúa de pie con su cuerpo volteado de perfil, mirando hacia el espectador (en este caso hacia Monet, mientras posaba para él). La posición de su cuerpo en este caso determina también una influencia japonesa debido a que parece que está realizando una de las danzas niponas que tan famosas se hicieron en Occidente por aquellos momentos. 

Al fin y al cabo, es un tipo de retrato/representación que se hizo muy común durante esta época debido a que se copiaron ciertos elementos y características de la mujer japonesa, en este caso de la geisha. 

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

Esta adaptación de las características de la mujer japonesa por parte de la mujer occidental, representada en numerosas ocasiones en la pintura de la época, sirvieron para crear un bello tipo de retrato donde el mencionado “japonismo” estaba a la orden del día.

En el caso de esta obra se puede esta influencia en determinados elementos tales como la vestimenta o la actitud. Un hecho a destacar con respecto al cabello de Camille es que, en la pintura, aparece representada de color rubio, lo que sería seguramente una peluca debido a que ella era morena, por lo cual se enfatiza en la obra su identidad europea, aunque a la vez sirve de contraposición con el resto de componentes de carácter japonés. 

La japonesa
La japonesa

La influencia japonesa se ve claramente en el precioso kimono que Camille viste, de color rojo, y decorado con motivos típicos japoneses de temática floral y animal (cerezos, almendros, grullas, cisnes, etc.,).

En este caso, el kimono también tiene la representación del rostro de un samurái, de expresión facial fuerte, apunto de agarrar la katana que lleva en su cinturón seguramente porque va a participar en un combate, contrastando con la dulzura y sencillez que la modelo posee. 

El kimono no es el único elemento japonés de la obra (pero si el más destacado), sino que hay que ensalzar también los abanicos (uchiwa) que se representan en la imagen.

El contraste en este sentido se ve, por ejemplo, en el que lleva cogido de la mano derecha Camille, un abanico plegable europeo con los colores de la bandera de Francia (rojo, azul y blanco).

La contraposición la tenemos con los abanicos nipones que se encuentran colgados en la pared del fondo y en los que se representan una diversidad de escenas, desde paisajes (en los que el agua y el Monte Fuji son los elementos primordiales), animales (una vez más vemos la representación en uno de ellos, por ejemplo, de una grulla con una corona de color rojo) o humana (destacando uno de los abanicos situado en la parte derecha de la pared donde se ve la imagen de una geisha, vestida con kimono y peinado tradicionales). 

Con respecto a la influencia de la danza en la posición del cuerpo de Camille, hay que mencionar que muchos fueron los manuales que existían en Occidente sobre el tema, destacando los de Charles Wirgman, un historietista e ilustrador de revistas como Illustrated London News, que habló en numerosas ocasiones sobre ciertos aspectos de la sociedad japonesa y cuya obra, A Japanese dinner party, serviría de inspiración a Monet para realizar el retrato oriental de su mujer.

Otra influencia interesante puede ser la de las estampas ukiyo-e del artista Kitagawa Utamaro, y cuya representación de las geishas tenía un toque marcado por la sensualidad que también tiene la obra de Monet. 

CURIOSIDADES

La japonesa de Monet fue presentada en el Salón Impresionista de abril de 1876, que se celebró en la Galería Durand-Ruel de París, teniendo una amplia acogida por parte del público, aunque no tanto por parte de los críticos, debido a que algunos la tacharon como “peculiar” y “sexualmente sugerente”. 

En un principio fue una obra muy admirada por parte del artista, la cual vendería en dicho Salón por un precio de 2000 francos, aunque con el paso del tiempo Monet acabó renegando de la misma y considerándola como una auténtica vergüenza, probablemente avergonzado por las críticas que recibió.

Incluso el precio por el que fue vendida ha sido objeto de discusión por parte de diversos historiadores y especialistas del arte, quienes piensan que fue una estratagema por parte de Monet y su amigo Ernest Hoschedé.

Éste la compraría en secreto (ya que supuestamente el comprador de la obra fue “anónimo”) para posteriormente recomprarla Monet. Esta hipótesis se basa en una carta que Claude Monet envío a su amigo Manet en la que decía lo siguiente: 

«Le estaría muy agradecido si no repitiera a nadie lo que le dije sobre el tema de La Japonaise. He prometido mantenerlo en silencio, me molestaría. Cuento, entonces, a su discreción y, en caso de que ya haya dejado caer una palabra a Dubois, le recomiendo el silencio más completo, de lo contrario, habría un sinfín de chismes y molestias para mí».

La obra fue pasando por distintas manos durante la primera mitad del siglo XX hasta llegar a su ubicación actual, el Museum of Fine Arts de Boston, en el año 1856, quien la adquirió por un precio de 45000 dólares. 

BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA

ALMAZÁN TOMÁS, Vicente David: “La seducción de Oriente: de la chinoiserie al japonismo”, Artigrama, Nº 18, 2003. Pp. 83-106.

BROMFIELD, David: “Monet y Japón”, Galería Nacional de Australia, 2001. pp. 23–25.

BRU, Ricard: Japonismo. La fascinación por el arte japonés, Fundación La Caixa, Barcelona, 2013.

BUTLER, Ruth: Escondidos a la sombra del Maestro: Las esposas modelo de Cézanne, Monet y Rodin, Yale University Press, 2008. pp. 173-185.

DIEZ GALINDO, David: Bellezas de porcelana: El japonismo y la representación de la mujer japonesa y su influencia en la occidental a través de las artes, Universidad de Valladolid, Valladolid, 2016. 

GEDO, Mary Mathews: “Monet y su musa: Camille Monet en la vida del artista”, University of Chicago Press, 2010. pp. 167-176.

MUSEO DE BELLAS ARTES DE BOSTON: La Japonaise (Camille Monet in Japanese Costume) – Works – Museum of Fine Arts, Boston (mfa.org) (Consulta: 01/10/2022)

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