COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA JIRAFA EN LLAMAS
ANÁLISIS FORMAL
Esta obra nos sitúa en un espacio nocturno con un cielo de un tono azul oscuro que dota a la escena de una cierta incógnita.
Si bien no es una noche cerrada tampoco es de día lo que crea este espacio que roza la atemporalidad, podría ser la última hora de la tarde cuando anochece o bien el amanecer cuando desaparece la noche dejando paso a la luz, a lo cual se suma el horizonte de un tono claro que ayuda a crear esta atmósfera ambigua.
El paisaje es característicamente árido, como si fuera un desierto con unas formaciones rocosas situadas en el fondo de la escena, donde vemos el horizonte.
Este espacio despojado de elementos ayuda y justifica la idea de atemporalidad, es un espacio no identificado que se interpreta como un escenario ficticio, permitiendo la representación del mundo del inconsciente, del mundo de los sueños del artista, en este caso de Salvador Dalí.
Destacan tres figuras humanas, dos de ellas extraordinariamente grandes encarnando el protagonismo de la escena y relegando a la jirafa, el motivo del titulo de la pieza, a un lado en el plano izquierdo de la composición.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Las figuras gigantes son femeninas con una forma clásica que se ha asimilado a la Venus de Milo, por sus proporciones y silueta.
Si bien no es tanto la similitud física como la idea de la belleza clásica en si, como decíamos con las proporciones, el equilibrio y la armonía de las partes del cuerpo humano que aquí se recuperan y metamorfosean con la óptica surrealista de Dalí.
Así les abre el cuerpo de forma literal, con una sucesión de cajones abiertos como si se tratara de una cómoda, de manera que no solo desnuda la figura sino que nos muestra su interior de forma directa.
Destaca también, más allá del desequilibrio y la desestructura, la elegancia de las figuras, estilizadas y sutiles que se sustentan sobre las muletas. Este elemento de soporte es un elemento muy recurrente en las obras de Dalí que vemos desde sus primeras producciones.
El propio artista relata que era un elemento que siempre vio de pequeño en su casa y lo convirtió en un símbolo de sus primeras obras, interpretada como un punto de contacto con el mundo real, un soporte que conecta su inconsciente con el mundo tangible. En esencia es un elemente de apoyo tanto mental como físico.
Las figuras sin rostro ponen de manifiesto su ceguera, presentadas sin ojos con una postura inestable como si fueran sonámbulas.
Este concepto se refiere a personas físicas y activas pero mentalmente dormidas, sumidas en el mundo de los sueños, del inconsciente como mencionábamos anteriormente. Además su color, de un azul oscuro refleja la oscuridad de la escena que vemos representada.
Como suplemento al discurso de la obra y objeto que le da titulo a la misma, encontramos la jirafa en llamasen la izquierda de la composición.
Cabe decir que era un elemento del que el pintor ya había hecho mención en discursos e incluso en otras obras, lo describía como un símbolo de la guerra y del cual llegó afirmar que era un elemento premonitorio de lo que acabó siendo la Segunda Guerra Mundial.
Esta obra guarda también una moraleja del tiempo, del tiempo dormidos, del tiempo inactivos y a la vez “activos inconscientes” como encarna el sonámbulo.
Ahora bien, esta obra va mucho más allá de la representación del espacio del inconsciente y es reconocido que describe el trabajo del onírico realizado por el Dr. Freud.
Es destacado el trabajo del psiquiatra para quién el sueño era el camino directo al subconsciente, de manera que todo lo que se representa en el sueño son herramientas que se podrán usar en el psicoánalisis de la persona, es decir son elementos útiles de la vida de las personas.
Además, ya vemos representada en esta pieza la actividad paranoico-crítica que formuló Salvador Dalí en lo que sería su segunda etapa surrealista, cuando ya había sido desterrado del grupo originario por el propio André Breton y encarnó su carrera en solitario.
Es gracias a este método, el paranoico-crítico, que lo irracional pasa a existir en el mundo tangible, es decir, ahora los sueños existen en la realidad física descubriendo así nuevas fronteras para el mundo conocido.
Así esta obra, como otras en la producción del artista Salvador Dalí, nos muestra una pequeña realidad recuperada de su inconsciente, de sus sueños, y la representa para nosotros, el público, haciendonos partícipes de su experiencia personal.
BIBLIOGRAFIA
Breton, A. (1974) Manifiestos del Surrrealismo. Madrid: Guadarrama
Ades, D. (1975) El dadá y el surrealismo. Barcelona; Editorial Labor.
Gordillo, E. (2017-18) Teoria estètica en Salvador Dalí. Anuari de la Societat Catalana de Filosofia XXVIII – XXIX [pags. 243-256]
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