COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA MUERTE DEL REY ARTURO
CONTEXTO HISTÓRICO
James Archer (1823 – 1904) fue un pintor nacido en Edimburgo, conocido por sus retratos, paisajes y obras de temática histórica. Educado en la Royal High School, en 1840 fue aceptado como estudiante en la Royal Scottish Academy.
A partir de 1859, se ve influenciado por la corriente del Prerrafaelismo, caracterizada por la representación de escenas de temática medieval, fantástica y literaria, como pueden ser las leyendas vinculadas al ciclo artúrico. Es por ello que realiza las obras La muerte del rey Arturo y Sir Lancelot y la reina Guinevere.
Tras una vida relativamente tranquila dedicada a su arte, James Archer falleció en el año 1904 en Halsemere, Surrey.
ANÁLISIS FORMAL
En esta obra tenemos en primer plano la figura del rey Arturo yacente, acompañado de otras cuatro figuras femeninas. La principal de ellas es la reina Guinevere, sobre la que el rey tiene apoyada la cabeza.
A la derecha del grupo aparece, además, una figura semitransparente que porta un cáliz dorado, que podemos entender es el Santo Grial.
Al fondo de la composición aparecen varios barcos situados en el agua, así como otras dos figuras humanas.
La paleta de colores es típica de muchas de las obras prerrafaelitas: colores vivos en los ropajes de los personajes, así como un ambiente natural, con árboles y vegetación.
Se trata, en general, de una obra serena, sencilla pero muy hermosa, en la que no sucede gran acción pero que nos relata a la perfección lo que está ocurriendo.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Las representaciones artísticas sobre el ciclo artúrico son realmente numerosas en el mundo del arte. Gran parte de las mismas se encuentran realizadas en los siglos XVIII y XIX, cuando encontramos un auge del periodo medieval y del sentimiento romántico. Sir Thomas Malory fue, en el siglo XV, el que compuso gran parte de la obra del ciclo artúrico que posteriormente inspirará multitud de obras literarias, artísticas, etc.
En esta obra de James Archer nos encontramos con la representación del fallecimiento del rey Arturo, herido de muerte por su hijo Mordred. Tras estos sucesos, el monarca fue trasladado a la mágica isla de Avalon para tratar de curar sus heridas.
Aunque se trata de una obra de pequeñas dimensiones, hay multitud de simbolismos interesantes. En primer lugar, encontramos la figura de Arturo, que porta en su armadura un dragón, símbolo de su casa, los Pendragón.
La reina Guinevere, por su parte, sostiene la cabeza de su esposo en sus rodillas, mientras otras mujeres tratan de evitarle sufrimiento, y las cuales están apenadas por su monarca.
A la derecha del grupo se encuentra una figura de mujer semitransparente que porta el Santo Grial. El Grial es un motif de suma importancia en el ciclo artúrico, un legendario objeto que puede curar cualquier herida y proveer la juventud eterna.
Al tratarse de un objeto religioso, podemos entender su búsqueda por los caballeros de Camelot como una intención de vincularse con el Cristianismo, y alejarse de los cultos paganos de época prerromana en las Islas Británicas.
A la izquierda de la obra, al fondo de la composición, nos encontramos con dos figuras humanas, que podrían representar al mago Merlín y a la Dama del Lago, ambos personajes clave en el ciclo artúrico.
La presencia de los barcos nos hace pensar que Arturo va a ser llevado a la isla de Avalon, donde reside el hada Morgana, para tratar de curar sus heridas.
Se trata de una obra que, aunque sencilla en su composición, narra uno de los acontecimientos más importantes del todo el ciclo artúrico.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
GARCÍA GUAL, Carlos. Historia del rey Arturo y de los nobles y errantes caballeros de la Tabla Redonda. Alianza Editorial. Madrid. 2018.