COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA NOCHE O DIANA
Serie de las Horas
Un mes más, nueva entrada, y en este caso llegamos al final de la serie de las Horas del día de Mengs. Durante estos meses, hemos podido conocer las obras con las que el pintor conforma las diversas partes del día: la Mañana o Aurora, con esta pintura se inicia el ciclo del día y de la propia serie, en ella la calma del inicio de la jornada queda representada gracias a la actitud de la personificación de Aurora y con los colores con los que representa la escena.
Siguiendo el avance de la jornada, nuestro próximo acompañante fue Helios o el Mediodía, donde la fuerza de la luminosidad era la protagonista gracias a las tonalidades y la actitud del propio titán. Os dejo un enlace por si queréis echarle un vistazo al análisis de estas dos obras.
Héspero o la Tarde, empezó a ser el desencadenante del final de la serie y por ende, del día. Los colores suaves y rosados, nos acompañaban hacia el final, dónde Diana nos recibe para acabar el día.
CONTEXTO HISTÓRICO
Para conocer la obra, es importante que sepamos su contexto, y por lo tanto, quién es su artífice, para poder comprender su creación. Así pues, Anton Raphael Mengs nace en el seno de una familia de artistas: Ismael Mengs (1688-1764), su padre, fue pintor de la corte del elector de Sajonia, Federico Augusto II, en Dresde; su hermana, Teresa Concordia (1725-1806/8), también fue pintora y miniaturista. Siguió los pasos de la estela artística, estudiando a los grandes maestros italianos en Roma.
Es interesante cuán importante era el arte para su familia, ya que su nombre proviene de los dos pintores favoritos de su padre: Antonio Allegri, también conocido como Correggio y Rafael Sanzio.
Teniendo en cuenta, las razones que motivan al artista en su aprendizaje, y cómo se generan los contactos que le darán la posibilidad de crecer como pintor, podemos comprender cómo Mengs alcanza la fama en diversas cortes europeas, destacando Dresde, Viena y Madrid. En esta última nos centraremos, para poder conocer el motivo de la creación de las pinturas.
Bien es cierto que el origen de las mismas no está claro del todo, pero sí que se ha llegado a corroborar que estas, gozan del gusto de la princesa María Luisa Teresa de Borbón y Parma, y que iban al compás del trabajo que Francisco Bayeu estaba realizando en la bóveda del dormitorio de los príncipes de Asturias en el Palacio Real.
“El de La Mañana estaba situado en la pared sur, sobre la puerta de paso al dormitorio de los príncipes de Asturias; El Mediodía y La Tarde [cat. 50 y 51], en el muro de poniente, sobre las dos puertas que comunican con los trascuartos; mientras que la diosa Diana como figura alegórica de La Noche estaba emplazada en la pared norte, sobre el acceso a la pieza de besamanos. De este modo el ciclo tenía una correcta lectura de izquierda a derecha, del amanecer a la noche, disponiendo en las paredes norte y sur las figuras femeninas y reuniendo en la oeste las masculinas.”
José Merlo, erudito de la época.
Gracias a haber conservado esta información, podemos conocer en detalle cómo estaban situadas las pinturas en el espacio, dentro del Palacio Real. Posteriormente, la serie se separará en ubicaciones diferentes.
Con la apertura de la Galería de las colecciones reales, se realiza una reubicación de las obras de Patrimonio Nacional para configurar la colección permanente, y ello ha propiciado que se hayan vuelto a juntar, y esta vez se han separado de dos en dos enfrentadas en el espacio. En pareja van Aurora y Helios, y por otro lado Héspero y Diana.
ANÁLISIS DE LA OBRA

La personificación de la noche, como el resto de la serie, mantendrá la manera de representación. Como hemos podido observar, las figuras aparecen suspendidas en el espacio, y todas van acorde con los colores que acompañan al momento del día.
En este caso, Diana, resaltará entre la oscuridad del fin de la jornada, donde la luminosidad de la luna acompañará su protagonismo. Aparece representada entre nubes, sobre el globo terráqueo, tocada por la luna y preparada para poner fin al día.
En el anterior óleo, Héspero, dejaba caer las flechas como alegoría del paso del tiempo, tiempo que Diana se encargará de acabar, por ello, aparece con un a la espalda lleno de flechas y sujetando un arco.
Los vaporosos ropajes que la visten son de diversos colores, como también era el caso de Aurora, en cambio, Helios y Héspero se representan con un solo color. La herencia de la representación de las diosas clásicas estará presente en toda la serie, pero sin duda en Diana es mucho más visible.
BIBLIOGRAFÍA
VVAA, “Guía de la Galería de las colecciones reales” (2023), Patrimonio Nacional. Pág. 141.
WEBGRAFÍA
https://www.patrimonionacional.es/colecciones-reales/pintura/alegoria-de-la-tarde-o-hespero
https://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/133109/4/03.MJRR_3de3.pdf
https://www.amazon.es/Iconolog%C3%ADa-I-II-Arte-y-est%C3%A9tica/dp/8476002084