COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA PIEDRA DEL SOL
CONTEXTO HISTÓRICO
Las culturas que comprenden lo que conocemos como “Mesoamérica” son aquellas que se desarrollaron en ámbitos astrológicos, matemáticos, políticos, religiosos y artísticos.
Ubicadas principalmente en la parte central y sur de la actual república mexicana, muchos vestigios arqueológicos quedaron como testimonio de la presencia de estas culturas dejando claro la majestuosidad característica de cada una de ellas.
Para muchos historiadores, el estudio de estas culturas se facilitó por la división del territorio y su ubicación geográfica llegando así al término horizonte cultural.
Cada horizonte contó con el desarrollo de una cultura y entre las representativas para la historia de México se encuentran: La cultura Olmeca ó Cultura Madre (cabezas colosales-área de la costa del Golfo de México), los Mayas (pirámide de Chichen Itzá-Sureste mexicano y algunos vestigios en Guatemala), y los Mexicas (cultura dominante en el centro del país).
Entre los elementos más representativos de los pueblos de Mesoamérica, se encuentran los templos de adoración a sus dioses así como muchas estatuas y piezas dedicadas a la fertilidad (estatua de Coatlicue), el cultivo de la tierra y la muerte (Mictlantecuhtli).
En el periodo posclásico (último de la historia antes de la llegada de los españoles), los mexicas (o inapropiadamente llamados aztecas) gobernaban todo el altiplano central, teniendo como monumentos el Templo Mayor, la piedra de Moctezuma (relacionada a la captura de soldados y sacrificios humanos), y el más conocido e importante La piedra del sol ó el calendario mexica.
ANÁLISIS FORMAL E ICONOGRÁFICO
La piedra está compuesta por una cantidad de símbolos relacionados con las eras cosmológicas. La era del Quinto Sol es la que representa este monolito. El análisis se hace del centro hacia afuera y va en lectura de la cantidad de anillos con los que esta cuenta.
Al centro o primer círculo, se encuentra el rostro del dios Tonatiuh (deidad del sol para los mexicas) el cual parece descarnado; sus manos parecen sostener corazones humanos y la lengua representa una herramienta de pedernal lo cual revela la necesidad de sacrificios para el movimiento del sol.
Algunos historiadores concluyen que la piedra se trataba de un Temalácatl (cilindro para enfrentamientos gladiatorios) y otros consideran funcionó como Cuauhxcalli (recipiente artificial), utilizado por los mexicas para almacenar los corazones dados como ofrenda para los dioses.
En cada una de las orillas se encuentran los cuatro soles o las edades anteriores, y en conjunto con el rostro, forman el Nauil Ollin Tonaituh que representa a la quinta era (la época que se vive actualmente). Los cuatro soles que aparecen en este círculo son: Cuatro Jaguar, Cuatro Agua, Cuatro Viento y Cuatro Lluvia.
La corona que rodea al sol, representa los 20 días que al combinarse con 13 numerales, daba un total de 260 días, los cuales bautizaron con el nombre de Tonalpohualli (Trece meses con veinte días cada uno). Los nombres que representan estos 20 días son:
Cipactli (caimán), Ehecatl (viento), Calli (casa), Cuetzpalin (lagartija), Coatl (serpiente), Miquiztli (muerte), Mezatl (venado), Totchtli (conejo), Atl (agua), Intzuintl (perro), Ozomatli (mona), Malinalli (hierbaseca), Acatl (caña), Ocelotl (jaguar), Cuauhtli (águila), Cozcacuautli (buitre), Ollin (movimiento), Tecpatl (pedernal) Quiahuitl (lluvia) y Xochitl (flor).
El segundo círculo o corona, contiene cinco secciones que representan las semanas de cinco días. Hay también ocho ángulos que dividen la piedra en forma de rayos solares, alineados con los puntos cardinales.
El tercer y último círculo está formado por dos serpientes que bordean la piedra y en la base, se juntan cara a cara: la división del cuerpo de estos animales representa 52 ciclos anuales (siglo mexica de 52 años).
La parte superior contiene un pequeño recuadro entre las colas de las serpientes indicando la fecha “13 Acatl (carrizo)” o al año 1479 (año de la celebración del Fuego Nuevo) que fue cuando se terminó de construir la piedra.
DATOS CURIOSOSOS
Entre los mitos mexicas más conocidos se dice que cuatro veces fueron creados el mundo y el hombre, al igual que cuatro catástrofes que terminaban con estas creaciones. La última era se dice que va a terminar con un fulminante terremoto.
Este monolito permaneció enterrado por 270 años. En 1559, el arzobispo Fray Alonso de Montúfar (sucesor de Fray Juan de Zumárraga, defensor de los indígenas durante el proceso de evangelización), mandó el entierro de la piedra con los relieves hacia abajo; ya que decía que esta estaba maldita y que ejercía mala influencia entre los habitantes de la ciudad.
Tras su descubrimiento en 1790, se convirtió en una “piedra ambulante”. Primero se colocó en una de las torres de la Catedral Metropolitana, después en 1887 se trasladó al Museo Nacional en una galería dedicada a monolitos prehispánicos inaugurada por Porfirio Díaz. Ya en 1964 es transferida al Bosque de Chapultepec y tras una hora y quince minutos de recorrido, es instalada en el Museo de Antropología.
BIBLIOGRAFÍA/WEBGRAFÍA
LÓPEZ LUJÁN, Leonardo: «Culturas del centro de México en el Posclásico Tardío«, 100 Obras, Catálogo Esencial del Museo de Antropología. Ciudad de México, 2011.
NIETO LÓPEZ, José de Jesús: «Las Grandes Civilizaciones de Mesoamérica: Los Mexicas«, Historia 3. Ciudad de México, 2000.
PREM, Hanns: Manual de la Antigua Cronología Mexicana. Ciudad de México, 2008.
ARQUEOLOGÍA MEXICANA: https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/la-piedra-del-sol (Martes 9, Abril 2019)
IMAGEN DE PORTADA POR BARRIOZONA MAGAZINE, FOTOGRAFÍA POR EDUARDO BARRAZA