La promulgación de la Constitución de 1812

Ficha técnica

Título: La promulgación de la Constitución de 1812
Autor: Salvador Viniegra
Cronología: 1912
Estilo: Historicista
Materiales: Óleo sobre lienzo
Ubicación: Museo Iconográfico e Histórico de las Cortes y Sitio de Cádiz
Dimensiones: *

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA PROMULGACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN DE 1812

Etapa de selectividad y muchos de los futuros estudiantes universitarios pueden encontrarse en su examen de Historia de España de EBAU (selectividad para el resto de los mortales) con la siguiente pregunta para desarrollar tema:

“Crisis de la monarquía borbónica. La Guerra de la Independencia y los comienzos de la revolución liberal. La Constitución de 1812”.

Esperemos que la temática de la obra de Viniegra nos pueda ayudar a comprender la situación por la que atravesó España durante el inicio del siglo XIX y qué aportó la Constitución de 1812, conocida popularmente como “La Pepa”.

CRISIS DE LA MONARQUÍA BORBÓNICA

La promulgación de la Constitución de 1812
La promulgación de la Constitución de 1812

En plena crisis del Antiguo Régimen, España estaba bajo el reinado de Carlos IV, el cazador. El apodo ya nos da una idea de lo implicado que estaba en el gobierno del país. De hecho, su valido Manuel Godoy era quien llevaba las riendas de las decisiones del Estado español.

En Francia, Napoleón Bonaparte llega al poder en 1799 y se proclamó emperador en 1804. El expansionismo francés provocó que Godoy llegara a acuerdos sistemáticos con el país vecino, como en el caso del Tratado de Aranjuez (1801), por el que España se comprometería a ayudar militarmente a Francia en cualquier enfrentamiento naval contra Gran Bretaña.

Esto provocó otro enfrentamiento que inicialmente no tenía España si no fuera por este acuerdo, y fue con Portugal, ya que el país vecino era el principal aliado de los británicos.

En 1805 se produciría el desastre en la Batalla de Trafalgar, donde la flota hispanofrancesa fue derrotada por la de Gran Bretaña. Esto generó que la única opción que les quedaba a los firmantes de Aranjuez fuera realizar un bloqueo tanto a Portugal como a Gran Bretaña.

Llegados a este punto, España y Francia deciden firmar el Tratado de Fontainebleau en 1807. Manuel Godoy se las prometía muy felices viendo cómo los franceses pretendían realizar una invasión conjunta de Portugal y repartirse el país lusitano entre los dos.

Lo que significaría por fin una porción de éxito en lo que hasta ese momento sólo había traído más guerras y más derrotas.

No sería de otro modo, ya que en el acuerdo se permitió el paso de las tropas francesas a través de la península y la idea de Napoleón no era cumplir el reparto acordado con Godoy, sino quedarse por completo con Portugal y con España.

Así acabó sucediendo y el reinado de Carlos IV terminó en 1808 con las tropas francesas controlando España, decidiendo abdicar en su hijo, Fernando VII. El emperador francés intervino, ya que pretendía hacerse con los derechos dinásticos hispánicos y citó a la familia real en Bayona.

Entre engaños consiguió por un lado que Fernando VII devolviera la corona a su padre, mientras que obtuvo un pacto con Carlos IV para que le cediera a él los derechos para, finalmente, colocar a su hermano José I, Pepe Botella, como monarca español.




LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Y LOS COMIENZOS DE LA REVOLUCIÓN LIBERAL

Fueron las clases más populares las que tuvieron que reaccionar contra la invasión francesa a la hora de recuperar y reclamar su independencia.

Hubo multitud de levantamientos y revueltas espontáneas por la mayoría de las ciudades españoles, destacando la de los acontecimientos del 2 de mayo de 1808 en Madrid. Unos meses antes, en marzo, las Cortes de España se trasladaron a la isla de León, hoy San Fernando (Cádiz), que sería asediada durante más de dos años.

Esto provocó que empezaran a organizarse Juntas Locales paralelas a las que Fernando VII había dejado tras marcha a Bayona con la orden de acatar los mandatos franceses.

La situación de inestabilidad, enfrentamiento y la dureza de las tropas francesas originaron que las instituciones del Antiguo Régimen cayeran en un vacío de poder ante la ausencia de rey y el nulo apoyo popular con el que contaban.

Estas Juntas Locales irán organizándose entre ellas, formando las Juntas Provinciales y uniéndose todas en la Junta Suprema Central, presidida por el conde de Floridablanca, quien fuera secretario de estado del rey Carlos IV.

Se consigue por tanto que las tropas francesas se replieguen, aunque este proceso se alargaría con las actuaciones directas de Napoleón al enviar a su Grande Armée. En este momento, los franceses obtendrían de nuevo victorias y retomarían plazas.

En 1809, el emperador le cedió el mando de la contienda al mariscal Soult, muy conocido en Sevilla por ser el mayor expoliador de pinturas de Murillo, entre otras obras.

LA CONSTITUCIÓN DE 1812

Sería en este contexto del año 1810, cuando el 24 de septiembre se iniciaron las Cortes en el teatro de comedias de la villa de la real isla de León, actual ciudad de San Fernando. Más tarde, se trasladaría al oratorio de San Felipe Neri, de la ciudad de Cádiz.

Los diputados representaban a casi toda la sociedad del momento, nobles, clérigos, comerciantes, militares, magistrados, funcionarios, profesionales liberales…

Siendo el clero, la parte de la sociedad que mayor representación tenía. Esto se va a hacer notar en la futura redacción del texto magno, ya que, por ejemplo, se conseguirá establecer el catolicismo como la única religión que se podía predicar.

Se agrupaban en tres grupos políticos y estaba compuesta por poco más de 300 diputados:

  • Absolutistas. Pretendían el retorno del Antiguo Régimen.
  • Reformistas o jovellanistas, que seguían las ideas ilustradas de Gaspar Melchor de Jovellanos. Buscaban un gobierno compartido entre el monarca y las Cortes.
  • Liberales. En principio el grupo minoritario, pero consiguió imponer sus ideales.

El 19 de marzo de 1812 sería aprobada la Constitución Política de la Monarquía Española, la conocida como Constitución de la Pepa por aprobarse en el día de San José. La primera que se promulgó en España y de un liberalismo muy avanzado a nivel europeo. Destacan los siguientes puntos:

  • La soberanía no reside en el rey, sino en la Nación.
  • El sistema político pasaba a ser una monarquía constitucional.
  • Habría separación de poderes, por tanto, se limitaban estos poderes al rey.
  • Se aplicaría el sufragio universal masculino indirecto.
  • Estado confesional católico, aquí es donde se nota la alta presencia del clero en las Cortes.
  • Libertad de prensa…

Además, se reconocía la ciudadanía de los españoles en todo el territorio español, ya fuera europeo, americano, africano o asiático. Recordemos que España todavía contaba con un amplio número de colonias repartidas por el mundo. Esta Constitución serviría además de inspiración para otras futuras que se crearán en Sudamérica con los movimientos revolucionarios.

En 1813, las tropas francesas serían expulsadas de España tras la victoria de la batalla de Vitoria.

Ese mismo año, Fernando VII firma con Napoleón el Tratado de Valençay por el que recupera la corona española, siendo así liberado y consiguiendo regresar a España para evitar que una futura revolución se impusiera tras aprobarse una Constitución como la de 1812, que le restringía la facultad de ejercer poderes que pretendía ostentar, como buen rey absolutista que era.

El texto además decía claramente que para reconocerlo como rey tenía que prestar juramento a la Constitución en las Cortes, algo que no entraba en sus planes.

Recordemos que en dichas Cortes había un grupo político formado por los absolutistas. Estos apoyaron a Fernando VII desde que volvió a pisar España, hasta el punto de presentarle el Manifiesto de los Persas con el que pretendían suspender las Cortes de Cádiz y retornar al Antiguo Régimen de la mano del rey Borbón.

Y así sería en 1814, cuando Fernando VII decretó que todo lo redactado en Cádiz era nulo “como si no hubiese pasado jamás” y que retornaba la monarquía absoluta.

Llegaría el Sexenio absolutista, el sueño húmedo de Fernando VII, si no fuera por el país arruinado económicamente que tenía tras los años de contienda con el francés, la población dividida políticamente y la poca importancia que tuvo España a nivel internacional en actos históricos como el Congreso de Viena tras derrotar a Napoleón, donde no supo sacar apenas beneficios después de derrotar al emperador francés y el coste que supuso, ya que se perdieron cerca de un millón de vidas.

Contó con la oposición de liberales, burgueses e incluso parte del ejército. En enero de 1820, se produjo el pronunciamiento militar encabezado por Rafael de Riego, que no tuvo éxito, pero consiguió que ante la inestabilidad que provocaron las sublevaciones que se extendieron por toda España, Fernando VII no tuviera más remedio que acabar jurando la Constitución de 1812, ocho años después de proclamarse en Cádiz. Dando fin al absolutismo en España con la siguiente frase:

“Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional”.

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