COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA RONDA DE NOCHE
ANÁLISIS DE LA OBRA
La ronda de noche (De Nachtwacht en neerlandés) es una de las obras más reconocibles del pintor barroco Rembrandt. En esta dinámica escena, se observa a un grupo de soldados preparados para su patrullaje.
La posición en la que están situados no parece seguir un orden jerárquico, sino más bien uno estético, encontrándose un gran método racional bajo lo que podría parecer una gran desorganización de la multitud.
En la escena central encontramos las figuras principales, compuestas por cuatro personajes de los que parece irradiar una brillante y dorada luz, que dirige la mirada del observador hacia ellos.
Y es esta luz que ilumina solamente a los protagonistas de la escena frontal, la que crea un marcado contraste con el tenebrismo y la oscuridad que envuelven el resto de la obra, así como las vestimentas de los personajes y el entorno, que también son marcados por tonalidades cálidas y apagadas.
La obra fue un encargo de la Corporación de Arcabuceros de Ámsterdam, con el fin de que decorara el Groote Zaal o Gran Salón del Kloveniersdoelen, sede de la milicia. En ella se representa la milicia del capitán Frans Banninck Cocq en el momento en el que éste da la orden de marchar al alférez Willem van Ruytenbyrch.
Los dieciocho soldados de la compañía y los oficiales, pagarían una suma considerable al pintor para aparecer en la escena, aumentando la cantidad de la misma dependiendo de la posición de ocupar por cada personaje. En la escena se hallan también un niño y un perro corriendo.
Como ya hemos comentado, el Capitán Frans Banninck Cocq es la figura central de la escena, vestido con un uniforme azabache. Se halla indicando la orden con las manos levantadas. A su izquierda, encontramos al Teniente Willem van Ruytenburch, quien viste un uniforme de tonalidad amarillenta.
Hay que destacar asimismo, la aparición de una pequeña niña junto a estos personajes centrales. El trazo desdibujado de la misma, así como la brillante luz dorada que radia de ella, la asemejan a un espíritu en movimiento.
Muchos críticos han querido ver en ella además, un retrato de Saskia van Llylenburg, la primera esposa del pintor, que falleció de tuberculosis con reciente anterioridad a la creación de la obra. Porta un magnífico traje amarillo, y sobre la cintura lleva colgado un gallo blanco, emblema de la compañía militar.
UBICACIÓN Y RESTAURACIÓN DE LA OBRA
Este encargo debía ser concluido para el banquete inaugural de la sede de la compañía, y acompañado de otros retratos que conmemorarían la llegada en 1638 de la Reina María de Médicis a Ámsterdam. Al parecer además, la mayor parte de los integrantes se mostraron reacios a pagar la cantidad acordaba, alegando la poca definición de su personaje en el conjunto.
En 1715, la obra se trasladó al Ayuntamiento de Ámsterdam, donde se procedió a ser cortada por su franja superior y sus laterales, eliminando a tres de los personajes de la escena. Este corte fue debido a las grandes dimensiones del cuadro, que debían ajustarse a un espacio más reducido en el ayuntamiento.
Al ser la compañía una institución municipal, esta obra sigue siendo propiedad del Ayuntamiento de Ámsterdam, que la cedió en 1885 al Rijksmuseum en préstamo de uso sin contraprestación económica.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los fondos del Rijksmuseum fueron conservados en distintos bunkers de Heemskerk y Zandvoort. La ronda de noche estuvo oculta durante cinco años bajo un bunker de la capital de Limburgo, siendo separada de su marco y enrollada en un cilindro. En 1945, la obra vuelve a Ámsterdam y es restaurada en el Rijksmuseum.
Además del corte del lienzo en el siglo XVIII, la obra ha sido víctima de varios ataques vandálicos durante el siglo XX. El 14 de Septiembre de 1975, un hombre causó cortes irregulares a la obra tras usar un cuchillo sobre ella.
Aunque el lienzo fue restaurado con éxito, se pueden apreciar las huellas de la atrocidad. Asimismo, en 1985, otro visitante roció pintura con spray de ácido sobre la misma. Por suerte, el ácido fue rápidamente neutralizado con agua pulverizada, por lo que sólo se dañó el barniz y no la pintura.
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