La rue Montorgueil a Paris

Ficha técnica

Título: La rue Montorgueil a Paris
Autor: Oscar Claude Monet
Cronología: 1878
Estilo: Impresionismo
Materiales: óleo sobre lienzo
Ubicación: Musée d’Orsay, París
Dimensiones: 81 x 50 cm

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA RUE MONTORGUEIL À PARIS

CONTEXTO HISTÓRICO

Tras fallar en la empresa de anexionarse Luxemburgo a Francia, Napoleón III tuvo que representar a la gran potencia mundial ante Prusia, que era liderada por el canciller Otto von Bismarck.

Las diferencias de poderes y varias apropiaciones de territorios desencadenaron el incremento de fuerza militar francesa. El resultado fue un conflicto bélico que inició en 1870 para culminar en 1871, esto se le conoció como «Guerra franco-prusiana«.

La rendición de Francia obligó a que pagara por el desastre ocasionado por la guerra, aunque poco a poco se recuperó para prosperar. Los años consecuentes fueron de aparente paz y patriotismo.

ANÁLISIS FORMAL

La rue Montorgueil a Paris
La rue Montorgueil a Paris

Esta pintura con motivo de la celebración de la paz y recuperación de Francia tras el conflicto bélico da una sensación de gozo, de júbilo, de amor fraternal: es el alma de Francia grabada en un lienzo. Desde sus inicios, los impresionistas –al principio autodenominados subversivos— buscaban nuevas formas de representar la realidad e imitarla, tanto como un parpadeo.

Aquí no es la excepción: Monet se apropia de la luz de casi mediodía para captar un momento glorioso en el 30 de junio de 1878. La luz es el elemento primordial en la obra de Monet y los impresionistas.

No hay un punto de fuga –característico de su obra desde que se unió al movimiento–, hay una ruptura total con la perspectiva euclidiana. El rasgo que provoca la ausencia de esta perspectiva, tiene su objeto en la vista del espectador: aquel que admira el lienzo se ve inmerso en esa realidad retratada, sin planos ni lugares inmediatos donde los ojos deban acudir.

Esta pintura carece de volumen, es bidimensional: nos acerca y al mismo tiempo nos aleja, es el yo espectador el que, desde las alturas, avista cómo una nación celebra su restauración sin perder el sentido de fraternidad. Edificios dorados por el sol; el cúmulo de trabajadores; burócratas; mujeres; niños y todo individuo.




Todo se funde y se vuelve humano, cooperativo. Las banderas viven más que ondear. Con tonos azules, blancos y rojos, nos pinta más que banderas: nos pinta el rostro gráfico de un país que a pesar de los errores, sigue creyendo en el progreso. Exquisitez y energía se respiran al presenciar el retrato de una nación en busca de la armonía, y Monet logra plasmarlo.

Es donde, más allá de ser un pintor, Monet se vuelve un vocero del mensaje que pone a la enmienda como solución. Un verdadero acto revolucionario.

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

A partir de su trato frecuente con el pintor Eugène Boudin (1824- 1898), Monet siguió el consejo de éste para adentrarse más en el paisajismo además de sus caricaturas de tinte político. El primero tuvo una fuerte influencia en el prematuro impresionista, ya que de él aprendió la importancia de la pintura al aire libre.

En esta técnica, el pintor se ve casi obligado a reaccionar a la atmósfera que supone un cambio constante de la luz. Desde esta perspectiva, Monet experimenta con este factor para luego combinarlo con otros –ruptura de la perspectiva y la bidimensionalidad–, de ahí que surgiera esa pasión por el oficio frente al leitmotiv.

Resultado de esa técnica fue La rue Montorgueil, en la cual, Monet presencia el motivo en persona desde el balcón de un edificio. Las personas en la calle representan la vitalidad de la nación, la celebración de la vida, del renacimiento.

La luz que impregna toda la pintura es de un toque pragmático, ya que se presta a la interpretación anímica, al esplendor, a la prosperidad y la riqueza –metafóricamente, ya que en la Historia se justifica–.

Los elementos principales son las banderas francesas, que ondean desde las ventanas y balcones de los edificios: alegoría del patriotismo y el orgullo nacional. En el cielo, además de las nubes difuminadas, una bandera vuela gracias al viento de junio.

En esencia, nos presenta a un pueblo en ascenso, uno que va hacia el cielo –tolérese la metáfora–. Una muestra de la fortaleza de un pueblo vista desde las alturas, pero, formando parte de él, a fin de cuentas. Ahí reside la labor del verdadero artista.

BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA

– HEINRICH, Christoph: Monet. México, 2003.

GALERÍA DE IMÁGENES

OTRAS ENTRADAS EN NUESTRA WEB QUE PUEDEN INTERESARTE

¿COMPARTIR ESTE ARTÍCULO?

Share on facebook
Compartir en Facebook
Share on twitter
Compartir en Twitter
Share on linkedin
Compartir en Linkdin
Share on pinterest
Compartir en Pinterest

Deja tu comentario

Deja una respuesta

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Configurar y más información
Privacidad