COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA VIRGEN DEL SUFRAGIO
CONTEXTO HISTÓRICO ARTÍSTICO
El reverso de la obra que hoy os presento está firmado con el nombre de Petrus Machvca Ispanys Toletanvs, por lo que no cabría duda de que su autor es Pedro Pachuca, a quien probablemente relacionaréis con el Palacio de Carlos V en La Alhambra (Granada), y es que, como artista del Renacimiento, Machuca demostró su maestría en varias artes.
Además, Pedro Machuca viajó y se formó en Italia, estudiando a Miguel Ángel y formando parte de la escuela de Rafael Sanzio, de quienes fue contemporáneo.
Las influencias miguelangelescas y rafaelescas están presentes en la pincelada que practica el Petro Spagnolo en obras como El descendimiento de la Cruz o esta misma, La virgen y las ánimas del Purgatorio, cuya elaboración se habría producido en Italia en 1517 y la cual fue recuperada en Spoleto (Perugia) en la primera mitad del siglo pasado.
ANÁLISIS FORMAL
La también llamada Virgen del Sufragio es una representación mariana de la Virgen con el Niño, en una escena que en esta ocasión se divide en dos secciones: en la parte superior y componiendo el epicentro de la imagen, la Virgen entronizada, en una posición que parece simétrica a la Síbila Délfica de la Capilla Sixtina, portando al Niño en su brazo izquierdo y con sus pechos descubiertos, amamantando.
Es una virgen colosal y dinámica, cuya dirección corporal serpentea, razón por la cual se vincula a con el relato manierista. Un marco de ángeles danzantes, cupidos de lo clásico, rodea la escena principal.
En la franja inferior del cuadro observamos a las ánimas del Purgatorio, cuya presencia ha sido reducida en aras de la majestuosidad de María. El color también contribuye a plasmar esta diferenciación: el rojo y el azul de las vestimentas de la Virgen recuerdan a la viveza de la paleta de la Escuela veneciana, en contraste con la palidez de la piel de su rostro y de los cuerpos infantiles desnudos.
Por su parte, las ánimas aparecen imbuidas en una amalgama de colores cálidos y ensombrecidos que reflejan el ambiente confuso del limbo, en el que esperan para ser salvadas en mitad de un revuelo, también, manierista.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
La Virgen de la leche es una representación mariana cuyo origen iconográfico se remonta a los siglos medievales.
Realmente, el concepto de la leche tiene una relación directa con el mundo clásico, y es la creación de la Vía Láctea según Júpiter y la alimentación de Hércules con la leche de Juno, quien, en su negativa a amamantar a un hijo ilegítimo, zarandeó su cuerpo desparramando la leche que le brotaba de las mamas, originando así nuestra galaxia. Esto explica que la temática fuese ampliamente reproducida durante los siglos del Renacimiento y en el contexto del Barroco clasicista, tal y como representó Rubens en El nacimiento de la Vía Láctea.
En lo que respecta a los siglos medievales, la representación de María amamantando al Niño se concibió como una metáfora de la maternidad de la Iglesia, de cuya madre sale el alimento de los fieles y, más concretamente, de aquellos cuyas almas esperan la salvación.
Atendiendo al título completo de la obra de Machuca, las Ánimas del purgatorio necesitan de una purificación antes de ascender a los cielos. En este sentido, podemos interpretar que es la leche el elemento purificante, de tal modo que la Virgen se constituye como la vía de canalización de la que emerge la vida y a través de la que, en sentido opuesto, la vida terrenal termina para iniciarse en la eternidad.
En cuanto a la figuración de esta iconografía, en la que destaca el desnudo del pecho femenino, contemplamos un gesto que para los estudiosos del cuerpo humano en el Renacimiento era tan celestial como los propios dioses.
De ahí que, entre otros detalles, el rostro de María sea etéreo, adolescente. Sin embargo, y a excepción de las escuelas clasicistas italianas y flamencas del Barroco, durante dicho periodo artístico se rechazó esta representación.
Aplicando una perspectiva de análisis histórico, Machuca pintó esta obra el mismo año en que Martín Lutero perturbaba a la Iglesia católica con sus tesis protestantes; se detecta en este contexto un intento de democratización en el seno de la Iglesia, un amago de acercar el discurso a la superficie terrenal, imagen que representa perfectamente esta madonna nodriza con su actitud: le brota la leche del pecho.
Más tarde, a partir de 1545, el Concilio de Trento condenó la relajación de la moral católica, por lo que en los siglos del Barroco esta obra no habría tenido tanto sentido como lo tuvo, por ejemplo, la Inmaculada.
En las inmaculadas barrocas se ensalza la virginidad de María, su pureza conceptiva, mientras que las vírgenes del sufragio son hembras, en un sentido biológico literal, que intermedian de forma voluntaria por sus hijos, los fieles, para que puedan salvar su alma; la virgen del sufragio es, pues, una representación de altruismo.
A la paleta ítalo-española de Machuca se atribuyen también iconografías tradicionales del Barroco como El Prendimiento o La Oración en el Huerto de la Capilla Real de Granada, que, sin embargo, el manierista toledano representa con aire rafaelesco, como también lo hicieron otros renacentistas españoles, caso de Juan de Juanes en El martirio de San Esteban.
Así pues, su afincamiento en Granada bajo la órbita de la Universitas Christiana del emperador católico Carlos V no impidió a Machuca, debido a su formación italiana, desarrollar un arte cuyos valores trascienden la órbita nacional para insertarse en la de las grandes manifestaciones del renacimiento europeo.
BIBLIOGRAFÍA
- HISTORIA-ARTE. https://historia-arte.com/obras/el-nacimiento-de-la-via-lactea 15/12/2022.
- RODRÍGUEZ PEINADO, Laura. La Virgen de la leche, Revista Digital de Iconografía Medieval, V, Nº 9, 2013, pp. 1-11.
- MUSEO DEL PRADO. https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/la-virgen-y-las-animas-del-purgatorio/d56dec13-b656-488f-bee7-4ae1fbee5540 9/12/2022.