COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LAS AGUACATERAS, DE JANE MILLARES SALL
CONTEXTO HISTÓRICO
Jane Millares Sall trabaja en un momento en el que el arte en Canarias avanza a pasos agigantados hacia la vanguardia y la revolución de la plástica. Entre los movimientos emergentes, destaca el Indigenismo, surgido a finales de la década de 1910 en la Escuela Luján Pérez.
Este nuevo estilo busca denunciar el olvido al que han sido sometidos los orígenes del pueblo canario y reivindica su pasado aborigen y su identidad. Las piezas de la artista se corresponden con una especie de renacimiento de este tipo de obras, ya llegados los años cincuenta, y que puede denominarse Neo o Tardo Indigenismo.
Es importante tener en cuenta la historia del Archipiélago, marcada por un constante proceso de transculturación. Desde los flamencos que llegaban a La Palma en el siglo XVI hasta la actual masificación en las Islas, ha predominado un flujo arrollador de influencias a nivel social y cultural que poco a poco han supuesto el olvido y la pérdida de lo propiamente canario.
En concreto, es a partir del siglo XIX que Canarias recibe a una importante cantidad de personas del norte de Europa, que ven en la singularidad del territorio tanto hogar como sustento.
Esto último ocurre, por supuesto, a través de la explotación de los terrenos por parte de esta recién llegada burguesía; pero también comenzarán a generar estudios sobre la singularidad de un paisaje que pronto será laboratorio. De este modo, encontramos un selecto grupo de personas adineradas frente a una mayoría que vive en la absoluta marginalidad.
Llega el siglo XX y con él la posguerra, la incertidumbre, el hambre y la enfermedad, y los y las artistas rescatan muchos capítulos de la historia de Canarias con tendencia a ser pasados por alto. Es cierto que en este momento, España se encuentra próxima a la apertura llevada a cabo por el régimen franquista a finales de los cincuenta.
No obstante, toda novedad sigue llegando de una manera filtrada. En Canarias, con el mar de por medio respecto a la Península, surge una inquietud intelectual que no para de preguntarse por sus orígenes.
Contrastando con esta realidad de absoluta incertidumbre en distintos ámbitos de la vida, sorprendentemente el arte se ve impulsado en cierta medida por las políticas franquistas. Esto se debe a la intención del régimen de proyectar una imagen “moderna” al exterior.
Sin embargo, no por ello se permite la entrada al país de las ultimísimas noticias de vanguardia. Por tanto, nos encontramos con cierta flexibilidad en lo que a la práctica artística se refiere, pero esta siempre debe obedecer a los intereses del poder. Aun así, como ocurre en Las aguacateras, en toda obra habita su artista y, por ende, su contexto.
De este modo, uniendo la escasa información que llega de las vanguardias europeas y la creciente fascinación hacia el pasado aborigen, los y las artistas en las Islas impulsan el rescate de la identidad que durante siglos ha sido arrebatada a su pueblo.
ANÁLISIS DE LA OBRA
Las aguacateras pertenece a la etapa más temprana en la carrera de Jane Millares como artista. A pesar de estar dando aún sus primeros pasos en la disciplina a nivel profesional, ya desde este momento sus obras están cargadas de significado.
La pieza muestra en primer término a dos mujeres en el campo, cargando los frutos de su trabajo. Una de ellas sostiene su cesta entre sus brazos, su compañera aparece agachada y procede a coger la suya.
Al fondo, una pared de ladrillos y, tras ella, las plantaciones. A pesar de la actitud de las trabajadoras, es imposible determinar en qué momento de la jornada se encuentran. Podrían estar sosteniendo sus canastos tras recoger los aguacates y dando por finalizado el día, o dejándolos en el suelo para continuar con la labor.
En cualquier caso, se trata de una representación de la cotidianidad. Muestra una rutina que, como veremos, está plasmada con sencillez pero dotada de un poderoso mensaje. La primera mujer parece apoyar su cesta sobre la espalda de su compañera. Esto podría entenderse como el reflejo del peso del día a día. El peso de un esfuerzo agotador cuyos resultados van a parar, en su mayoría, a las manos de la clase adinerada y propietaria de los terrenos que trabaja la población local.
Por lo que respecta a la composición, Las aguacateras es una obra equilibrada. Destaca la homogeneidad que Jane confiere a la pieza a través de un magnífico uso del color en contraste con las formas. La espátula aplica la pintura en zonas determinadas hasta reproducir prácticamente las tramas elaboradas en la cestería. Es una pieza muy matérica en la que la luz incide sobre las figuras y parece disolverlas y dotarlas de una apariencia casi fantasmagórica.
La rigurosidad de las formas se ve contrarrestada, como vemos, por el tratamiento del color. La suavidad del segundo logra equilibrar obras como Las aguacateras, donde priman las figuras muy estructuradas, de aspecto escultórico y geométrico. Así, las mujeres representadas parecen ligeras, casi ingrávidas, flotando en una composición ilimitada al carecer de marco alguno.
Jane Millares aúna en su trabajo modernidad y tradición. Recuerda al cubismo de Picasso y al primitivismo de Brancusi, pero a través de un arte generado por impulsos, crea un lenguaje propio, inconfundible: el lenguaje janiano. Lo que pinta brota de su interior, llega a afirmar la propia artista, que siendo autodidacta produce piezas en las que refleja su alma.
La obra de Jane está caracterizada por la sencillez, por la reducción de su contenido a lo esencial. Esto ha supuesto que con frecuencia se la haya calificado de simplista, naif incluso. No obstante, más allá de esta composición tan equilibrada e ingenua, la artista deja constancia de la solidez de sus principios a través de la fuerza de su pintura en forma y contenido.
Frente a la generalizada idealización de la vida en las Islas, creadores y creadoras como Millares ponen sobre la mesa un tema de debate con frecuencia desplazado: la población canaria padece en sus carnes los efectos del durísimo trabajo al sol, pero no le pertenecen los frutos del mismo.
Las aguacateras cuenta con una apariencia onírica y parece pertenecer a una realidad lejana. Sin embargo, a través de su arte, Jane Millares lleva por bandera la verdad, trabajada desde una mirada nostálgica hacia el olvidado pasado y el incierto futuro de una población con frecuencia privada de su identidad.
BILIOGRAFÍA
García Morales, Laura Teresa. Jane Millares Sall. Canarias: Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes, Gobierno de Canarias, D.L., 2020.
García Morales, Laura Teresa. Jane Millares Sall: identidad, género y tricontinentalidad en la ultraperiferia española. Madrid: Silex, 2018.
Villar Hernández, Martina. Leyendo a Jane Millares. Rivas-Vaciamadrid: Mercurio, 2020.