COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LECCIÓN DE ANATOMÍA DEL DR. NICOLAES TULP
El cuadro que vamos a analizar es la Lección de Anatomía del Doctor Tulp de Rembrandt. Se trata de un óleo sobre lienzo pintado en 1632 que hoy conservamos en Mauritshuis de La Haya (Países Bajos).

RAZÓN DE SER DEL CUADRO
Comenzamos el análisis del cuadro con el grupo de hombres que se apelotona sobre el cadáver.

Si nos fijamos todos los representados van formalmente vestidos, con el cuello blanco propio del momento y con un aspecto cuidado. Son cirujanos preparados para una ocasión especial.

Hasta el siglo XVII los cirujanos, intervenían sobre todo el cuerpo. Esto significaba que además de curar o sanar también realizaban otras labores como la de barberos. Sin embargo, esas eran funciones de las que intentaba desligarse poco a poco, queriendo darle mayor reconocimiento a su profesión.
Por lo tanto, este cuadro nace con una intención clara: decorar la sala del gremio en una búsqueda de prestigio de la profesión representada.
Para ello se decide inmortalizar el momento de disección de un cadáver. Este era un acontecimiento público, que organizaban las universidades o gremios médicos y debía ser aprobado por las autoridades civiles. La entrada costaba unos florines para poder hacer frente a los gastos que conllevaba, como por ejemplo pagar al verdugo que entregaba el cuerpo.
El objetivo de estudiar el cuerpo humano y “descubrir dónde se escondía el alma”. Esta búsqueda del alma le confería a la autopsia un carácter religioso además de científico. Era una práctica habitual, no solo en Ámsterdam, y se realizaba al menos una vez al año frente a estudiantes, nobles y burgueses. Por lo tanto hablamos de un acto solemne y muy respetado. Todo un acontecimiento académico y social.
PUNTO DE VISTA
Es importante analizar el punto de vista desde que está organizada la escena. La sala donde se realizaban estas demostraciones eran denominadas “teatros anatómicos”. Eran espacios circulares o semicirculares en los que la mesa quedaba a la vista de todos.
Aunque Rembrandt no da muchos datos del espacio concreto en el que se desarrolla la acción, sí que podemos intuir el punto de vista desde el que se sitúa el espectador. Este sería desde uno de los bancos o gradas donde los asistentes se colocaban para asistir a la demostración.

El ARTISTA
El autor de este cuadro es Rembrandt Harmenszoon van Rijn. Uno de los pintores holandeses más importantes de la historia. Nacido en 1606 en el seno de una familia acomodada en la ciudad de Leiden. Pronto se fue a Ámsterdam para ser retratista.

La vida del pintor pasó por diferentes etapas. Se convirtió en un maestro barroco y en la figura central de la edad de oro holandesa, cuando el país era una de las mayores potencias internacionales.

Sin embargo, y especialmente hacia el final de su vida, tuvo que hacer frente a la muerte, la bancarrota y la soledad. Estas dos etapas de su vida quedan reflejadas en sus cuadros. Por lo que encontramos algunos, sobre todo sus primeros retratos, son alegres y brillantes. En ellos abunda la mitología.

Por otro lado, a medida que avanza su vida vemos como su obra se vuelve sombría, profunda y sin miedo a representar la realidad ausente de belleza.

Rembrandt era conocedor de la pintura italiana y el claroscuro que se estaba haciendo en ese momento. Supo dominarlo con maestría hasta convertirse en todo un referente e imprimiendo a su pintura de una personalidad arrolladora.

Otro de los aspectos más valorados de este artista han sido sus obras grupales. Destaca la composición de las escenas de grupo en la que sabe caracterizar a cada uno de los personajes.

Lección de anatomía fue pintada en 1632, cuando el pintor tenía 26 años y es el ejemplo perfecto de ello.
GÉNERO: AUTOPSIAS
Como no podía ser de otra manera, Rembrandt introdujo novedades en este lienzo. En los cuadros de autopsias que se habían pintado hasta el momento los representados miraban directamente al espectador. Como si de una fotografía se tratara. Como queriendo congelar el momento que viven.

Sin embargo, Rembrandt decide realizar un juego de miradas. Para ello, sitúa a los asistentes en forma piramidal alrededor de la escena, y aunque algunos de ellos efectivamente interpelan al espectador, otros personajes parecen ajenos a todo lo que no sea la lección que se está dando.

De esta manera la escena parece mucho más real. Como si fuéramos un espectador que sorprende a los cirujanos absortos en su explicación. El pintor se recrea en los ojos de los dos asistentes más cercanos al doctor Pulp. Su mirada está fija en la escena y denota un verdadero interés por aprender.
Rembrandt creía que en los ojos se veía la verdad del alma por lo que pone especial cuidado en ellos.

CUADRO GRUPAL
Este es el primer cuadro grupal del pintor. En la escena, además del doctor y el cadáver, aparecen 8 personas más. Es posible que dos de ellos fueran añadidos posteriormente. El de la izquierda del todo y el de arriba. Así como la lista de nombres que aparece en una hoja que sostiene uno de los asistentes. Jacob Blok, Hartman Hartmanszoon, Adraen Slabran, Jacob de Witt, Mathijs Kalkoen, Jacob Koolvelt y Frans Van Loenen

Lo curioso de este cuadro es que en realidad se trata de un montaje. Por un lado Rembrandt retrató de forma individual a los personajes que aparecen, juntando luego sus caras en la pintura final.
Por otro lado, el brazo del fallecido se esbozó en el lugar de la autopsia aunque puede que se ayudase en un atlas y material médico especial. Esto explica el realismo que vemos de las venas y tendones.

LA MANO
Vamos a pararnos en la mano brevemente porque es un elemento curioso. En las lecciones de anatomía, tal y como vemos en otros cuadros, se solía comenzar abriendo la cavidad abdominal.

No es el caso. Y es que, recordemos que el cuadro quiere transmitir un mensaje religioso. En este sentido, las manos de los hombres son el instrumento de Dios en la tierra. El querer estudiarlas significa querer acercarse y conocer más a Dios.

No solamente expresaba el deseo de querer elevar el oficio de cirujano. Además, era una forma de validar las autopsias que durante la Edad Media estuvieron prohibidas.

La Iglesia consideraba que el cuerpo humano, al ser creado por Dios, era perfecto y no debía ser dañado ni modificado por la curiosidad de los hombres. Sin embargo, una búsqueda de Dios a través de la anatomía era la justificación perfecta para poder realizar esta práctica.

Sin embargo, recordemos que han sido muchos los artistas que se han saltado esta prohibición a lo largo de la historia. De Leonardo Da Vinci, por ejemplo, se dice que asistió a más de 30 autopsias.
EL DOCTOR TULP
El personaje de honor de toda la escena es el Doctor Tulp.

Nacido en 1593, pertenecía a la clase dominante de Amsterdam y provenía de una familia acaudalada probablemente dedicada al comercio del tulipán, oficio que daría origen a su apellido. Además tenía un puesto importante en la universidad de Leiden y ejercía de médico siendo la anatomía su especialidad.
Probablemente el único con un título académico, está ligeramente separado del resto de colegas que al fin y al cabo aprenden de él. Un dato curioso que demuestra su relevancia sobre el resto la encontramos en el sombrero. Tulp es el único que se cubre la cabeza en un espacio cerrado. Un acto reservado para personajes distinguidos.
Sin embargo, y precisamente dada la importancia de Nicolaes Tulp, echamos en falta la presencia de un personaje: el preparador, cuya tarea es preparar el cuerpo para la lección.

En el siglo XVII un científico de la talla del doctor Tulp no se involucraba en tareas manuales como la disección. Es por esta razón que la pintura no muestra instrumentos con los que cortar. En lugar de ello vemos un enorme libro de texto abierto en la esquina inferior derecha.

¿QUIÉN ES EL MUERTO?
El difunto que vemos sobre la mesa de operaciones es Adriaan Adriaansoom. Un criminal que murió sentenciado a la horca en 1632 por atraco y agresión. Tradicionalmente en los cuadros de autopsias se optaba por tapar la cara del difunto que provocaba una deshumanización del individuo.

Por su parte Rembrandt opta por una solución intermedia. Se trata de difuminar su cara utilizando el claroscuro. De esta forma la cara del difunto queda camuflada en un juego de luces y sombras que es el germen que luego dará lugar al característico tenebrismo del pintor.
AUSENCIA DE MUJERES
Para terminar podríamos analizar el cuadro también desde una perspectiva actual.
La ausencia de mujeres en la escena es evidente, aunque a día de hoy pueda resultar llamativo. Fue entre 1850 y 1890 cuando las mujeres adquirieron en Europa el derecho de acceso a la universidad por lo que lo llamativo habría sido verlas representadas en un cuadro de estas características en 1632.

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