COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LUCIFER
ANÁLISIS DE LA OBRA
Jackson Pollock es, sin duda alguna, uno de los principales representantes del expresionismo abstracto: movimiento gestado durante la Segunda Guerra Mundial y que presenta el terror y la crisis existencial del hombre, forjando un lenguaje que se basa en las experiencias de las primeras vanguardias y que muestra interés en la búsqueda de soluciones originales a la vez que innovan en materiales y técnicas.
Es un estilo que triunfa en Estados Unidos y que permite por vez primera no fijar su atención en Europa, tal como venían haciendo antes de la irrupción de dicha corriente artística.
La aparición del expresionismo abstracto viene dada por una serie de factores; primeramente la llegada de distintos artistas que huían de Europa para esquivar los horrores de la guerra, así llegaron figuras de la talla de Duchamp o Dalí, por ejemplo; por otra parte existió un fuerte auge de galerías y museos especializados en arte contemporáneo.
Nueva York es el principal centro neurálgico de la mayoría de pintores adscrito a este movimiento. Jackson Pollock gustaba de usar la técnica del dripping que consistía en colocar grandes lienzos-algo muy común en el panorama artístico americano tras la Segunda Guerra Mundial- en el suelo y verter pintura directamente desde la lata, formando un trazado irregular que permitía, en cierta medida, ver el movimiento y proceso creativo que siguió el propio autor.
Dicha manera de trabajar evidencia una clara influencia surrealista en cuanto al sentido de automatismo en los trazos formado por chorreones de pintura.
El fondo del cuadro no es liso y se pierde ante una maraña de ritmos de colores. Es importante señalar que en sus cuadros no había nada al azar y que todo estaba sujeto a una idea preconcebida sobre la cual trabajaba hasta ver los resultados que él estimaba fieles a su boceto mental.