COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE MADRE Y NIÑO
ANÁLISIS FORMAL
Oswaldo Guayasamín fue un pintor ecuatoriano, de padre indígena y madre mestiza, que desde muy pequeño comenzó a visibilizar sus destrezas en la técnica del dibujo.
En la escuela solía hacer caricaturas a sus profesores y compañeros de clase, llevándolo a ser expulsado varias veces y este tipo de problemas disgustaban a su padre quien siempre lo incitó a estudiar profesiones que pudiesen sacarlos de la pobreza en los que se veían inmersos.
En 1933 entró a la Escuela de Bellas Artes de Quito en donde comenzó a especializarse en varias técnicas de la pintura y, aunque nunca le gustó seguir los prototipos de la pintura académica, fue uno de los estudiantes que más destacó por su talento y la originalidad de sus figuras.
El artista fue consciente del momento histórico por el cual atravesaba el Ecuador y, en general toda la región latinoamericana; vivió las violencias producidas en los años 30 del siglo XX y estuvo al corriente de las luchas que se llevaban a cabo en la Revolución mexicana y en España durante la Guerra Civil.
Todos estos hechos marcaron de por vida toda su obra artística desde donde reivindicó las injusticias posicionándose ideológica y políticamente en favor de los derechos humanos, la dignidad y la justicia.
A finales de los años 50, Guayasamín, ya era un artista reconocido a nivel internacional y llegó a recibir numerosos premios por sus obras. Una anécdota cuenta que Nelson Rockefeller contempló el trabajo de Guayasamín y quedó admirado.
A partir de ese momento, el artista fue invitado por el norteamericano para que viaje a los Estados Unidos y exponga sus obras. Durante su estancia en este territorio aprovechó para visitar todos los museos y contemplar la obra de los grandes maestros de la historia del arte, como El Greco, Goya, Velázquez, Picasso, entre otros.
Posteriormente, viajó a México en donde conoció a los grandes muralistas: Orozco y Diego Rivera. Asimismo, durante su viaje por toda Latinoamérica llegó a conocer al poeta Pablo Neruda.
En este viaje realizado por todos los países andinos Guayasamín fue observando las realidades y los contextos sociales, políticos y económicos. Fue espectador de la injusticia a la cual estaban sometidos los pueblos originarios, sus culturas y las mezclas de identidades producidas tras largos siglos de colonización.
Fue así como en sus obras recogió todo este legado y expuso al público las violencias y las exclusiones que mujeres, niños y hombres viven en estas sociedades por ser indios, negros, pobres y vulnerables.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

Esta obra, Madre y niño, o más conocida como «El abrazo», forma parte de su serie «Mientras vivo te recuerdo» o también llamada «La Ternura», que recoge alrededor de 100 obras que el artista pintó entre 1988 y 1999.
Toda esta serie hace referencia y honor al amor de su madre y de todas las madres del mundo las cuales luchan cada día por defender sus derechos humanos y por defender los territorios en donde viven. Guayasamín perdió a su madre cuando él era aún niño y este hecho lo marcó de por vida.
Por ello, toda esta serie tiene ese componente amoroso y cariñoso, que se inspira en muchas madres que tienen hijos e hijas, estableciendo un vínculo materno-filial importante. A la vez, esta obra nos transmite la inocencia del niño que mira al espectador sin saber lo que esta ocurriendo, mientras su madre lo abraza casi con dolor.
La utilización de colores cálidos y ocres nos transmiten sensaciones que hablan de ese apego y de la protección que la madre está ejerciendo sobre su hijo. El niño en el centro simboliza el embarazo de la madre, sus manos grandes también nos invita a pensar en esa voluntad protectora que son muy características en todas sus obras, ya que son manos expresivas que casi hablan por sí mismas.
Una de las influencias importantes que Guayasamín plasmó en sus pinturas fueron las formas de algunas esculturas precolombinas que se reflejan en los rostros de los personajes, creando figuras casi geometrizadas.
Guayasamín realizó exposiciones a lo largo de su vida en museos importantes de países como Francia, España, Italia, etc.
Su obra es conocida actualmente alrededor del mundo y cuando falleció en 1999 dejó inconclusa una de sus obras magnas conocida como «La capilla del hombre», en honor al ser humano y al pueblo latinoamericano por su historia, sus luchas y su eterna esperanza.