COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE MONA LISA
COMENTARIO HISTÓRICO
Fernando Botero es un artista actual colombiano que se dedica a la pintura, al dibujo y a la escultura. Desde muy joven fue capaz de demostrar sus habilidades, comenzó su carrera copiando obras de arte de los artistas conocidos que vendía para sustentarse y estudió en París y en Florencia.
Tras varios años de trabajo, pasando la década de los 50, creó un estilo único y característico que se convirtió en su seña de identidad artística con la que todos saben reconocerle sin necesidad de ver su firma.
A partir de entonces saltó a la fama consolidándose con una exposición en 1962 en el Milwaukee Art Center, Estados Unidos, que le llevó a tener visibilidad en las mejores galerías de París y en el mercado artístico de todo el mundo.
ANÁLISIS FORMAL
Botero es reconocido por ese peculiar estilo que le define, que resumidamente es pintar “gorditos”. En este sentido, las obras del artista son originales por el grosor y las grandes proporciones de los cuerpos que realiza.
Este estilo ha llegado a denominarse como Boterismo o Gordismo para describir un arte figurativo donde se marca la máxima expresión en el volumen de la forma.
Además en esa deformación de las figuras, el artista dirige su mirada a lo grotesco y su obra queda llena de cierto humor y sátira.
Por eso esta obra parece una «broma» a la Mona Lisa de Da vinci, en la que se representa a una Giocconda con la misma composición, la misma gama cromática que la original y hasta se imita el sfumatto, pero todo con un aspecto voluminoso que desconcierta y deja al espectador de cualquier forma menos indiferente.
Es interesante plantear que el artista siempre tuvo presente a lo largo de su carrera a los grandes maestros, por lo que no es de extrañar que de su influencia se encuentren ciertas referencias a obras como puede ocurrir con «Dos mujeres corriendo por la playa» de Picasso en la que se observan mujeres voluminosas y de pesada estructura.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Partiendo de la idea de esa representación de la mujer con grandes volúmenes, Botero ha realizado más retratos de mujeres que de hombres, con ese estilo donde sus formas adquieren grandes proporciones.
Es su discurso artístico; para el pintor colombiano la mujer es el tema principal a tratar porque es el que más se ha desarrollado en toda la historia del arte. Así, Botero adora y admira a la mujer y la convierte en la protagonista de su obra.
Además, es uno de los artistas contemporáneos que más ha pintado figuras femeninas desde reinas, madres, hijas e incluso prostitutas.
Tras su interés en los artistas consolidados y en la figura femenina Botero ha ensayado varias representaciones de la Mona Lisa porque es la pura imagen de la delicadeza del Renacimiento y todo un icono artístico.
En el MOMA de Nueva York se encuentra La Mona Lisa a los doce años datada en 1959, y también está La Mona Lisa niña que se encuentra en el museo de Antoquía de 1961.
Esta Mona lisa guarda una mayor correlación con la de Da Vinci a diferencia de las anteriores. Se encuentran convergencias en la mirada misteriosa, la nariz estrecha y en la mueca o sonrisa enigmática; así como en la posición de las manos y en el vestido.
Sin embargo sus desmesuradas proporciones hace que ocupe casi toda la representación en el espacio y entra en juego un horizonte diferente al original representando un paisaje montañoso que guarda relación con la geografía colombiana que hasta deja observar un volcán activo a lo lejos.
Por otro lado, Botero no ha sido el primer artista en recrear La famosa Gioconda, ya la reinterpretaron artistas como Marcel Duchamp con su obra L.H.O.O.Q en 1919, Salvador Dalí en 1954 y Andy Warhol una Mona Lisa doble en 1963.
La iconografía y el significado intrínseco de la Mona Lisa de Da Vinci provocó que los artistas de vanguardia cuestionasen los supuestos del arte, las limitaciones entre lo que es arte y lo que no, la ridiculación, la belleza en lo absurdo, y el papel del arte actual en el mercado.
Y en este contexto, de la vanguardia parisina y el desarrollo hacia un arte no académico, se encontraba Botero en sus años de aprendizaje.
CONCLUSIÓN
La reinterpretación de obras famosas ha pasado a ser casi un nuevo genero para arte contemporáneo desarrollado desde las vanguardias del siglo XX para desafiar los limites del arte y generar una nueva concepción sobre su valor y significado.
Botero no solo pintó una Mona Lisa, también un Matrimonio Arnolfini, alguna bailarina que recuerda a Degas, Madonnas y retratos de Reyes y obispos conocidos…
Lo que distinguía al artista es que reemplaza varios detalles de la obra original por elementos llevados al terreno de su propio estilo. Por todas aquellas reinterpretaciones y sus obras originales cargadas de invectiva Botero es hoy uno de los artistas más cotizados de la actualidad y sin duda el pintor colombiano de mayor resonancia internacional.
BIBLIOGRAFÍA
BOTERO, Fernando: 50 años de vida artística, 1932. Madrid
BOTERO, Fernando: Mujeres, 2003. Bogotá.