COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE MOULIN ROUGE: LA GOULUE
CONTEXTO HISTÓRICO-ARTÍSTICO
Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Monfa nace un 24 de noviembre del año 1864, y fallece en Gironde el 9 de septiembre de 1901.
Padece una enfermedad congénita que afecta a su estructura ósea, algo que será un condicionante a lo largo de su vida. Debido a que debía estar inmovilizado en frecuentes ocasiones, desarrollará un gran interés por el dibujo y la pintura.
Al trasladarse de su ciudad natal, D’Albi, a la capital francesa, Toulouse-Lautrec conocerá los diferentes movimientos artísticos del momento, y mostrará un fuerte compromiso con la modernidad.
Frecuentará los ambientes más libertinos de París, siendo un habitual de sus prostíbulos, algo que le servirá de inspiración para algunas de sus obras, como por ejemplo La Lavandera.
Lautrec será reconocido principalmente por su cartelería, que desarrollará profusamente en la última década del siglo XIX. Se trata de imágenes que, aunque en apariencia puedan parecer simples, están dotadas de una gran fuerza y colorido, algo que podemos apreciar en la imagen que nos ocupa.
En relación a su producción pictórica, encuadrada en el Postimpresionismo, destacan obras como Au Moulin Rouge (1892) o Baile en el Moulin Rouge (1890), comentada con anterioridad en el blog.
Tras una vida intensa de creación artística, Lautrec fallece en 1901 a los 36 años de edad.
ANÁLISIS FORMAL E ICONOGRÁFICO
Como hemos mencionado con anterioridad, Lautrec será un maestro de la cartelería, creando un total de 31 carteles entre los años 1891 y 1900.
Estamos ante el primer cartel que realiza el artista, y precisamente lo dedica a uno de los centros de ocio nocturno más emblemáticos del XIX: el Moulin Rouge, que sigue constituyendo, a día de hoy, uno de los lugares más destacados de París.
Forma parte de la promoción del espectáculo que se desarrollaba en él, y aparecen representada una de las bailarinas de más renombre: Louise Weber, quien es conocida con el sobrenombre de la goulue (la glotona) y con el de “la reina del cancán”.
Acompañada de siluetas masculinas, el cartel presenta estas figuras de manera plana y sencilla, apareciendo las mismas superpuestas y configurando distintos planos. En cuanto a los colores, no hay degradación, y emplea tonos de gran fuerza como el rojo o el ocre.
El cartel gozó de una gran aceptación por parte de la crítica y fue muy reconocido, lo que animó a Lautrec a seguir creando.
BIBLIOGRAFÍA
http://musee-toulouse-lautrec.com/