COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE MUERTE Y VIDA
Muerte y Vida es obra de Gustav Klimt (1862 – 1918), pintor simbolista austriaco y uno de los más insignes representantes del movimiento modernista de la secesión vienesa. A través de esta obra alegórica, el pintor profundiza en una temática que fue muy recurrente en sus últimos años de vida y que caracterizó su recorrido artístico: la preocupación por la dicotomía entre la vida y la muerte. Una obsesión que transmitió a otros artistas de la época, como Schiele o Munch, y que se extenderá a los miembros del expresionismo.
Klimt comenzó la obra en 1908 y fue expuesta por primera vez en 1911 en la Exposición Internacional de Arte en Roma, donde fue galardonado con la medalla de oro. Sin embargo, no la daría por completada hasta 1915 pues el pintor pasó casi ocho años retocando la pintura, explorando el tema de la muerte y la decadencia humana, adaptándola a medida que su estilo se fue transformando por influencia del expresionismo.
En 1915 murió su madre y Klimt comenzada a ser consciente de su propia vejez mientras Europa ve cómo se acerca la sombra la Gran Guerra. De esta manera, Muerte y Vida se vincula directamente con sus últimos años, cuando la muerte está más presente en la vida del artista. Apenas tres años después, tras haber sufrido un infarto, fue víctima de la devastadora pandemia de gripe española y fallece el 6 de febrero de 1918.
La versión definitiva fue expuesta por la Secesión de Berlín en 1916 y hoy en día puede visitarse en el Leopold Museum de Viena como una de las obras estrella de la colección, pues Gustav Klimt llegó a declarar esta pintura como su obra más importante.
ANÁLISIS FORMAL
Considerada como una de sus obras más transcendentales, Gustav Klimt representa en ella la relación de la vida y la muerte. Aborda el tema del ciclo de la vida, como ya hizo anteriormente en su obra Las tres edades de la mujer (1905), a partir de una composición en la que juega con el contraste formal entre la figura de la Muerte, solitaria y oscura, y una aglomeración de cuerpos desnudos, casi enredados, rodeados de color y naturaleza, que representan la Vida.
Se trata de una composición dramática, en la que preciamos la maestría del pintor a través de un dibujo delicado y lleno de detalle. La ausencia de perspectiva y las formas onduladas que muestra en las figuras y en el fondo, crean un entorno más propio de una ensoñación. Estos son los elementos característicos de la pintura de Klimt que dominan el conjunto, siguiendo su carácter innovador y anticipándose a la línea expresionista.
La obra fue comenzada en plena época dorada del pintor, pero registra los cambios que experimentó su pintura a partir de 1909, el paso a una paleta de tonalidades más frías y sombrías, así como a una pincelada más suelta. Lo dorados del fondo en Muerte y Vida fueron sustituidos por una tonalidad gris casi azulada, más oscura, y tanto la Muerte como la Vida recibieron retoques adicionales. A la columna de cuerpos de la derecha fueron añadidas figuras y rostros que hicieron que adoptase formas más onduladas, sinuosidades que también afectaron a la figura de la Muerte.
A la izquierda del lienzo se representa a la Muerte como una lúgubre figura esquelética ataviada con un sudario de colores fríos y decorado con un estampado de cruces, como si se tratase de un cementerio. Porta un cetro de color rojo como testimonio de su poder y triunfo, mientras que la curvatura de su espalda y la posición del cráneo logran que la calavera parezca esbozar una sonrisa macabra mientras observa a las figuras que componen el grupo de la derecha.
En el centro de la composición hay un espacio vacío que pone de manifiesto la ausencia de relación entre ambos simbolismos, una tensión sustentada en la división espacial que parece estrecharse a medida que la Muerte avanza desde su oscuridad hacia la luz donde se encuentran las figuras humanas, llenas de colorido.
A la derecha se encuentra la Vida, un grupo de personas encabezadas por el abrazo de una madre a su hijo y en la parte inferior, otro abrazo, el de un hombre a una mujer. Llena de luz, dominada por colores cálidos que contribuyen a restar dramatismo a la escena, y rodeada por diversos adornos florales repletos de colorido a modo de guirnalda.
Sus personajes tienen los ojos cerrados para no ser conscientes del inevitable final, dan la espalda a la muerte. Sin embargo, en el centro, destaca por su tonalidad fría, una anciana que parece estar en actitud orante, resignada, como si su avanzada edad le hiciera presentir la presencia cada vez más cercana de la Muerte. Mientras que a la izquierda surge la figura de una mujer joven, el único personaje con los ojos abiertos, que mira directamente a la Muerte con expresión hipnotizada, casi de locura.
Como sucede en la obra La joven (1913), los seres humanos enredados forman un óvalo truncado, que tiende hacia la izquierda, donde espera la Muerte. Así, las sinuosidades del lado izquierdo de la columna de la Vida se complementan con las del perfil derecho de la Muerte, poniendo de manifiesto que no es un enfrentamiento sino de una inevitable unión, ya que el curso natural de la vida sólo se comprende con la presencia de la muerte.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
El gran lienzo de Gustav Klimt representa la Muerte no como un proceso individual, sino como una alegoría donde consigue demostrar que vida y muerte, aparentemente antagónicas, son en realidad complementarias. La Muerte mira a la Vida con una sonrisa maliciosa mientras esta permanece indiferente a su presencia, las figuras que la conforman se componen de todas las edades del hombre, desde la infancia hasta la vejez. Es el elemento unificador de toda la humanidad, nadie escapa a la hora de su muerte, pues aguarda expectante mientras en sus manos sostiene el cetro símbolo de su poder.
Es una reinterpretación contemporánea muy personal en la que Klimt recupera el género tradicional de la danza macabra tardomedieval. La idea de que la muerte te va a alcanzar, sin importar tu edad o clase social, porque a todos nos llega de forma inexorable, sin distinción alguna, pero introduciendo una nota de esperanza y reconciliación.
GALERÍA DE IMÁGENES
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
NÉRET, Gilles: Klimt. Taschen, 2012.
LEOPOLD MUSEUM: https://www.leopoldmuseum.org/alte-en/leopoldcollection/masterpieces/41 (21/11/2019)