COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE MUJER EN EL BAÑO
ANÁLISIS DE LA OBRA
Roy Lichtenstein es un pintor estadounidense, artista gráfico y escultor, conocido sobre todo por sus interpretaciones a gran escala del arte del cómic.
Nació en Nueva York y obtuvo el doctorado en Bellas Artes por la Universidad estatal de Ohio.
Sus primeras obras eran de estilo expresionista abstracto, pero después de 1957 comenzó a experimentar con imágenes tomadas de los cómics que había en los papeles de envolver chicles, libremente interpretadas y mezcladas con imágenes sacadas de los cuadros del Viejo Oeste de otro artista estadounidense, Frederic Remington.
El tema de la mujer en el baño es bastante frecuente en la historia del arte, fue una imagen habitual entre los artistas pop. La figura de la mujer, con los perfiles delimitados por unas gruesas líneas sobre fondo blanco, está pintada con un cromatismo de colores primarios -azul, amarillo y rojo-, aplicados con los característicos puntos benday.
La visión del rostro y las manos de la mujer en el agua, destacan sobre la estática geometría de la pared de azulejos del fondo.
En la década de 1950, Roy Lichtenstein y otros artistas americanos de su generación, reaccionaron contra el lenguaje del expresionismo abstracto e iniciaron el movimiento pop.
En un momento de expansión y de bonanza económica, estos artistas comenzaron a fijarse en los objetos cotidianos, en los anuncios comerciales y demás productos de la sociedad de consumo, y a utilizarlos como tema en sus obras.
Lichtenstein para realizar la mayoría de sus obras, utilizaba una técnica llamada benday, una trama de puntos estarcidos con la que se imprimían los cómics, técnica inventada en 1879 por Benjamin Day.
El pintor lograba rebelarse contra la textura y el gesto pictórico de sus predecesores abstractos y explorar las complejas conexiones entre el arte y la cultura popular.
Las tiras de los cómics, no pretendían ser obras de arte sino un modo de comunicar sintéticamente un contenido narrativo que produjera una determinada emoción.
Lichtenstein logró unir las bellas artes y el diseño comercial y, de este modo, desafió las bases en las que se asentaba hasta entonces la pintura al convertir una imagen banal en una obra de arte.
El artista hacía un boceto con las formas básicas y los colores, lo traslada a un lienzo de gran tamaño mediante un proyector, después rellanaba las zonas de color y finalmente los contornos.