COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE MUJERES EN LA VENTANA
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Obra pictórica realizada por el artista sevillano Bartolomé Esteban Murillo. Es considerado uno de los grandes exponentes de la pintura barroca sevillana.
Formado en el naturalismo tardío, evolucionó hacia formas propias del barroco pleno con una sensibilidad que a veces se anticipa casi al Rococó, como podemos observar en obras tales como las Inmaculadas o el Buen Pastor.
Tuvo un elevado número de discípulos y seguidores que llevaron su influencia hasta bien entrado el siglo XVIII. Fue también el pintor español mejor conocido y más apreciado fuera de España, al igual que Velázquez.
Condicionado por la clientela, el grueso de su producción está formado por obras de carácter religioso con destino a iglesias y conventos sevillanos, pero a diferencia de otros grandes maestros españoles de su tiempo, cultivó la pintura de género de forma continuada e independiente a lo largo de buena parte de su carrera y ahí es donde debemos incluir a las protagonistas del día.
La pintura de género o costumbrista, es aquella en la que se representa a personas normales en situaciones cotidianas, de la calle o de la vida privada, siempre siendo éstas contemporáneas al autor.
Esta obra fue realizada entre los años 1665 y 1675, tratándose de una de las pinturas más enigmáticas del artista.
Nos muestra a dos mujeres, una más joven que la otra que se encuentran, ambas, mirando por la ventana de forma descarada a alguien o algo que está frente a ellas. Dejando así al espectador intrigado sobre quién o qué puede ser.
ANÁLISIS FORMAL
En esta obra, vemos como una de las mujeres es de temprana edad, y se encuentra apoyada sobre sus codos en la ventana. Su mirada fija en alguien o algo, hace que nos acerquemos un poco más a la personalidad de la joven, dándonos a entender que es picara y descarada.
La señora que se encuentra tras ella, se cubre la mitad inferior de la cara con un pequeño pañuelo blanco, ocultando, fallidamente, una sonrisa al ver lo que está frente a ellas.
Hoy por hoy, el motivo de la risa se nos muestra imposible de adivinar, por más que se hayan aventurado algunas teorías. Algunos especialistas, apoyándose en el título antiguo de la obra, «Las Gallegas«, aducen que nos encontramos ante dos mujeres del noroeste de España, que alcanzaron notoriedad en Sevilla como prostitutas, de modo que, la mayor de ellas se entiende que es la alcahueta.
De ello se deduce que la más joven podría estar llamando la atención de un cliente. La generosidad en su escote y sus adornos florales, avalarían esta teoría.
Lo que parece estar claro es que en el siglo XVII, no estaba bien visto que las mujeres honradas se asomasen con descaro a la ventana, porque para mirar lo que ocurría en la calle, sin ser vistas, ya estaban las cortinas. De ahí el refranero de: «Moza que se asoma a la ventana cada rato, quiérese vender barato«.
Otros historiadores, en cambio, sostienen que estamos ante una simple escena de coqueteo y que Murillo solo pretendió realizar un elogio de la gracia y feminidad de las mujeres de Sevilla.
La composición del lienzo es muy acertada. Vemos que la luz del cuadro se enfoca totalmente en las mujeres, el alféizar y la contraventana de madera. Así pues, vemos como el fondo del cuadro queda totalmente oscuro y solo resaltan las dos mujeres simpáticas, que entrampan al espectador con sus miradas.