COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA NECRÓPOLIS DE CARMONA
HISTORIA DEL CONJUNTO
La Necrópolis de Carmona, que queda englobada dentro de un conjunto arqueológico más amplio, data de época imperial romana, más concretamente de los siglos I y II d.C.
A pesar de ello el conjunto no fue redescubierto hasta el año 1869, de forma puramente fortuita.
Al no existir en ese momento una legislación capaz de proteger dicho patrimonio, los expolios y la venta de objetos encontrados en la zona por aficionados se convirtió en una lacra para la necrópolis, hasta que en 1881, el artista francés Jorge Bonsor y el farmacéutico carmonense Juan Fernández López, se deciden a comprar los terrenos del conjunto para comenzar nuevas excavaciones.
Tras prepararse visitando museos arqueológicos europeos con un carácter puramente científico, en el año 1883 comienzan a excavar sin ayuda del gobierno ni de ningún tipo de corporación.
El proceso de estos dos entusiastas de la arqueología culmina con la creación del Museo de la Necrópolis, en el que se exponían las piezas encontradas en sus trabajos.
En el año 1930 se cede el conjunto al Estado, que iniciará a partir de entonces excavaciones en dirección opuesta, encontrándose con el anfiteatro y otras estructuras funerarias.
LA NECRÓPOLIS
El conjunto arqueológico de Carmona cuenta con una extensión aproximada de unas ocho hectáreas.
Nosotros nos vamos a centrar en el análisis de la necrópolis, donde se realizaban enterramientos por el método de la incineración en una serie de cámaras que tienen como característica común el estar excavadas en la roca, algo posible gracias a la piedra blanda que existe en la zona.
Estos auténticos hipogeos fueron profusamente decorados mediante pinturas que, por desgracia, hoy se encuentran perdidas en la mayoría de los casos.
El modelo de tumba habitual es el de las cámaras de pozos verticales y nichos para las urnas, que tiene orígenes egipcios y que seguramente llegó a la zona a través de la cultura cartaginesa.
A esto se suele añadir en algunos casos un orificio para las libaciones (rituales de ofrenda a los dioses) y bancos para la celebración de banquetes.
Pero el tipo de tumba más relevante de la Necrópolis de Carmona es la que combina la cámara funeraria con un patio para la celebración de ceremonias o reuniones. Al ser un tipo de enterramiento más caro, solía ser empleado por personajes de la alta sociedad carmonense.
Tumba de Servilia
Se encuentra enmarcada por un imponente patio porticado que estructura las dependencias de alrededor.
El mausoleo, según el arqueólogo e historiador Bendala Galán, perteneció a una familia de la aristocracia funcionarial romana que decidió elegir un enterramiento según modelos helenísticos, para así diferenciarse de la sociedad del momento.
De la parte excavada en la roca llama la atención la cámara que antecede a la funeraria, que cuenta con una estructura cupulada con nervios y un óculo central.
Para decorar la tumba se usó no sólo decoración pictórica sino también escultórica, destacando en sobremanera la escultura de Servilia, esculpida en mármol blanco y que parece representar a la persona enterrada en el mausoleo. Cuenta con una inscripción en el pedestal, en la que se puede leer que la tumba fue dedicada a Servilia por su madre Polia. Ésta talla puede apreciarse en el museo del recinto.
Tumba del Elefante
Se trata en realidad de un santuario en el que se veneraba a la diosa Cibeles-Magna Mater y al dios Attis, vinculados con la muerte y la resurrección. Su estructura es extraña, con un patio que queda dividido mediante un pasillo central y que da lugar a diferentes dependencias, entre las que se hayan un triclinium y espacios concebidos para la realización de cultos funerarios.
A pesar de ello no pierde su carácter de tumba, puesto que alberga diferentes nichos en su interior.
Recibe su nombre de la escultura de un elefante realizada en piedra arenisca que fue hallada en el lugar y que hoy se puede observar en el museo del recinto, hallándose una réplica de la misma en el punto que presumiblemente presidía.
Dicha escultura está relacionada con el culto oriental y según Bendala Gálan se identifica también con la realización de ritos mistéricos.
Tumba del Mausoleo Circular
Llamativo por su doble configuración: al exterior se nos presenta como una superficie circular a base de sillares, mientras que al interior la estructura es rectangular y queda cubierta por una bóveda de cañón.
Tumba de Postumio
Cuenta con un patio de más de cuatro metros de profundidad, aunque lo más destacable y lo que supone un hecho insólito en el mundo romano es que sus pinturas murales aparecen firmadas por un tal C. Silvanus.
Otras tumbas de relevancia dentro del conjunto arqueológico de Carmona son la Tumba de los Cuatro Departamentos, que posee una original distribución, la Tumba de las Guirnaldas, que destaca por la decoración pictórica de la que recibe el nombre, la Tumba del Mausoleo Cuadrangular, que conserva su cubrición original y la Tumba de las Cuatro Columnas, de elaborada construcción. Los ustrinum, que servían para incinerar a los difuntos, se distribuyen a lo largo de la necrópolis.
Separado por una carretera del resto del conjunto se encuentra el Anfiteatro, que destaca por estar construido aprovechando la pendiente de un alcor y que tiene como particularidad que también servía como lugar de enterramiento.
PINTURA EN LA NECRÓPOLIS
Los elementos pictóricos que encontramos en la necrópolis están muy fragmentados. Sabemos que las paredes estaban encaladas, no con un sentido artístico, sino por la constitución blanda de la piedra del lugar, para garantizar una mejor conservación de las tumbas.
A partir de esta norma general, los enterramientos se decoraban con líneas que servían para enmarcar los diferentes nichos. Los motivos más usados fueron guirnaldas, frutos y animales, aunque la figura humana también fue representada.
Pero, si los restos son escasos y están mal conservados, ¿cómo conocemos la constitución de las pinturas? Pues fundamentalmente gracias a la labor del ya citado Jorge Bonsor y del también pintor, natural de Osuna, Juan Rodríguez Jaldón, quien fue conservador de la necrópolis.
Las interpretaciones del primero tuvieron aires idealizantes, aunque es cierto que también incluyeron datos arqueológicos.
Las del ursaonense, sin embargo, se ajustan a la realidad en términos generales, ya que al parecer, cuando las realizó, el estado de las pinturas era bastante mejor que el que podemos observar en la actualidad.
CURIOSIDADES
- El Museo de la Necrópolis, creado en el año 1887, fue el primer museo de sitio de España.
- A pesar de que el rito de enterramiento más extendido en la necrópolis fue el de la incineración, encontramos ejemplos puntuales de inhumaciones en tumbas como la de Postumio, sin duda, de un momento posterior al resto.
BIBLIOGRAFÍA
BENDALA GALÁN, Manuel: La antigüedad: de la prehistoria a los visigodos. Madrid, 2004.
DE LA RADA Y DELGADO, Juan de Dios: Necrópolis de Carmona: memoria. Madrid, 1885.
ABAD CASAL, Lorenzo; BENDALA GALÁN, Manuel: «La Tumba de Servilia de la necrópolis romana de Carmona: su decoración pictórica», Habis, 6, 1975, pp. 295-325.
Museosdeandalucia.es. (2017). Conjunto Arqueológico de Carmona. Portal de Museos y Conjuntos Arqueológicos y Monumentales de Andalucía. http://www.museosdeandalucia.es/cultura/museos/CAC/?lng=es
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