Nuestra Señora Andalucía

Ficha técnica

Título: Nuestra Señora Andalucía
Autor: Julio Romero de Torres
Cronología: 1907
Estilo: Simbolismo andaluz, Costumbrismo.
Materiales: Óleo sobre lienzo
Ubicación: Museo Julio Romero de Torres, Córdoba.
Dimensiones: 1,69×2 metros
Escrito por: Inés María Ramos Díaz

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE NUESTRA SEÑORA ANDALUCÍA

CONTEXTO HISTÓRICO

Nuestra Señora Andalucía de Julio Romero de Torres es la obra cumbre del Regionalismo andaluz. A finales del siglo XIX el mundo del arte está dominado por las Vanguardias, que nacidas en París, se van multiplicando, apareciendo nuevas cada pocos años.

A medida que estas movimientos llegan a otros países, van impregnando de modernidad las tendencias artísticas dominantes en cada uno de ellos.




En la España de fines de siglo reinan las pinturas históricas, no obstante también existen pintores que siguen las líneas modernistas y simbolistas como Darío de Regoyos y Ramón Casas.

Julio Romero de Torres es un pintor culto, en contacto con la intelectualidad de su época. Sus viajes internacionales influirán notablemente en su pintura, sobre todo el simbolismo francés de Puvis de Chavannes y los Prerrafaelitas ingleses.

Nuestra Señora Andalucía es, sin duda, una declaración de amor del pintor a su Tierra, retrata toda su esencia, poniéndole cara a la idiosincrasia e identidad andaluzas.

Los planteamientos políticos de la época, reclamaban los derechos del andalucismo -Andalucía, como una región histórica- cuyo líder mas reconocido fue Blas Infante. En consonancia con estos postulados Nuestra Señora Andalucía se convierte en un cuadro lleno de simbolismo y significado. 

Precisamente, fue el uso del símbolo nada tradicional, incomprendido por sus coetáneos, a pesar de que sus compañeros de la Generación del 98 (los Machado, Valle Inclán, Unamuno…) lo defendían y animaban constantemente. 

La lectura de sus cuadros van más allá de la mera observación, pues se sirven de elementos populares para llegar a mensajes mas profundos y complejos.

ANÁLISIS FORMAL

Nuestra Señora Andalucía
Nuestra Señora Andalucía

Esta tela que en origen se tituló sólo Andalucía, fue presentada a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1908. Es una de las pinturas más conocidas del pintor, un canto a Andalucía y a su modo de vida.

La composición

Está compuesta por dos escenas claramente diferenciadas:

  • Al fondo un paisaje de campo andaluz imaginario con elementos urbanos de la ciudad de Córdoba.
  • Al frente, la escena central del cuadro donde se han colocado los personajes principales.

Esta es la primera vez que Julio Romero de Torres usa este tipo de composición, que le será muy discutida, es el llamado retablo pagano. Efectivamente si atendemos a la disposición de las figuras centrales de Nuestra Señora Andalucía, vemos como todas miran al espectador.

Al mismo tiempo que establecen una relación entre ellos, se muestran independientes los unos de los otros dentro del escenario.

Esta forma procede del género pictórico dentro de la pintura religiosa llamado “Sacra Conversazione”, que consiste en representar una escena divina de manera más natural.

El simbolismo de la composición

Imaginemos que estamos ante un retablo en una iglesia donde todas contribuyen al relato pero están separadas las unas de las otras, aportando cada una un mensaje, un símbolo.

Esta forma de representar un mensaje pagano, usando elementos propios de la religión católica, fue -por poco entendida- muy criticada en la época.

Al utilizar este recurso, el pintor nos quiere decir que Andalucía, su tierra, es tan especial, que merece veneración, cual figura divina. Por tanto, la composición es otro símbolo más dentro del cuadro.

Su amor por su tierra y sus costumbres marcarán toda su obra, hasta tal punto que hoy en día si vemos un cuadro de Romero de Torres, automáticamente pensamos en Andalucía. 

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

La escena principal, el “retablo” contiene cinco personajes. Cuatro de ellos se encuentran subidos a un pequeño escenario, que si atendemos al simbolismo de la pintura, se puede considerar la metáfora de un pequeño altar.

Y esto es así por Julio (personaje número cinco) que aparece autorretratado delante del escenario, es un apasionado del cante hondo y del flamenco. En otras obras suyas (ver Cante Hondo) aparecen elementos relacionados con la música, el cante y el baile.

En su biografía se cuenta que se llegó a presentar a un concurso de “cantaores”, cuyo resultado adivinamos puesto que volvió pronto  a los pinceles.

El flamenco, no solo para Julio Romero de Torres sino para la mayoría de los andaluces a principios del silgo XX (no existía otro estilo musical popular)  era un elemento definidor de la cultura andaluza.

Se entonaban coplillas en cada casa, marcaba la forma de vestir, incluso de actuar ante determinadas situaciones de la vida como el cortejo amoroso, tal como se detalla en las numerosas coplas que la tradición nos ha legado. 

El simbolismo de las figuras

Todos los personajes miran directamente al espectador, identificándolo como el como el director de la escena ,son tres mujeres y un hombre . Iluminados por una luz irreal,c reando una atmosfera onírica, destaca claramente el vestido blanco de la figura central.

Esta mujer de mirada desafiante representa la “Divinación de la mujer andaluza”, y se identifica con Andalucía. El vestido absorbe toda la luz del cuadro. Sus zapatos y medias también, son blancos.

A cada lado dos mujeres posan arrodilladas junto a ella en actitud de adoración. A la izquierda, una famosa cantaora, Carmen Casena, personifica el cante, y sostiene el vestido blanco con las dos manos. Su mirada es menos penetrante , vestida por ropas mas oscuras.

A la derecha de «Andalucía»,  una joven bailaora llamada “La Cartulina”, enseña sus brazos en actitud orante hacia la figura central. ambas mujeres posan de perfil y giran la cabeza hacia el frente, sus miradas también interpelan al espectador, al que miran fijamente.

Detrás el hombre, que simboliza “la música”, sostiene una guitarra española y va cubierto por el típico sombrero cordobés.  

La escena del fondo, la secundaria no está exenta de simbología. Las dos escenas en miniatura : una de amor ( dos jóvenes se besan) y otra de muerte(dos mujeres ante una tumba), son los símbolos de Tánatos y Eros, que exponen algo muy característico de Romero de Torres: el dialogo de contrarios.

SIGNIFICADO Y RELEVANCIA DE LA OBRA

Julio Romero de Torres es uno de los pintores más populares de la historia de España. La belleza y la sensualidad que se desprenden de sus retratos femeninos se convirtieron en el símbolo de la mujer andaluza (ver galería) y por extensión de la mujer española.

La chiquita Piconera, Julio Romero de Torres. 1929-1930. Museo del pintor en Córdoba.

Es cierto que, durante los primeros años del siglo XX, el auge del regionalismo andaluz extrapoló el ideario popular de Andalucía hasta convertirlo en la imagen de la cultura española.

Durante la Dictadura de Franco ( 1939-1975), se apropiaron de elementos plasmados en la pintura de Julio Romero de Torres, porque condensaban una serie de valores que desde el Régimen se fomentaban. Usaron su imagen en los billetes, crearon una colección amplísima de sellos etc.

Billetes de cien pesetas, con la imagen del propio pintor , y de una de sus obras titulada Fuensanta.

Esta concepción andaluza de la cultura española se prolongó hasta bien entrado el Franquismo. A través del cine franquista -propaganda de la época- llegó a todas las casas y caló en la población española.

De esta manera , el arquetipo de «lo español» se fue implantando en el imaginario colectivo nacional pero también extranjero: en España todos cantan coplas y van vestidos de flamenca a diario.

Aquello del “Spain is Different”  fue la base del llamado “exotismo cultural español” ,que utilizaron como recurso de marketing, para atraer el turismo internacional.

Por tanto, se demuestra el peso que tuvo la identidad popular andaluza en el grueso de la cultura española, hasta el punto de producirse una simbiosis entre ambas, dando lugar a estereotipos vigentes hasta el día de hoy.

La pintura de Julio Romero de Torres con su estética andaluza (mantillas, peinas, guitarras, sombreros cordobeses, mantones de Manila) y sus elementos casi oníricos, como si de un embrujo se tratara, sin duda contribuyeron a ello.

BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA

GARCÍA DE LA TORRE, Fuensanta: Julio Romero de Torres, 2008.

https://museojulioromero.cordoba.es

https://www.carmenthyssenmalaga.org

https://es.wikipedia.org/wiki/Julio_Romero_de_Torres

https://www.museoreinasofia.es

https://www.youtube.com/@educacciontv

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