COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE PERSEO CON LA CABEZA DE MEDUSA
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Nos encontramos ante una obra considerada por muchos historiadores como una de los mejores ejemplos de la escultura manierista italiana. Esta escultura fue encargada por Cósimo I de Médici en conmemoración de su toma de posesión como Duque de Florencia.
El personaje representado es Perseo, quién según la mitología griega, se ha considerado un modelo de fuerza, juventud y belleza, y que gracias a eso pudo vencer a la malvada Medusa.
Respecto al tema representado, el artista ha representado la figura de Perseo pisoteando el cuerpo ensangrentado de Medusa, mientras sostiene su cabeza en la mano izquierda y teniendo la espada en su derecha.
La escultura se encuentra colocada sobre una base rectangular formada por una especie de almohada, inspirada en el grupo escultórico de Judith y Holofernes de Donatello.
Bajo la escultura, sitúa un pedestal compuesto de pequeñas figuras de bronce en diversas hornacinas y piezas de mármol con la representación de divinidades, todas ellas relacionadas con el mito de Perseo.
ANÁLISIS FORMAL
La obra escultórica se encuentra en posición de un fuerte contrapposto, abriendo múltiples líneas entorno a ella gracias a la posición de los brazos hacia delante y la cadera inclinada.
En el cuerpo consiguió un gran realismo en su anatomía y rostro, donde muestra la serenidad de la victoria conseguida sobre el Mal, representado en la cabeza de Medusa.
En los múltiples detalles que rodean la obra, podemos ver la gran técnica como orfebre que poseía Cellini. En la nuca de la estatua, se puede observar un autorretrato de Cellini.
El casco forma las cejas, la nariz y la forma de la cara, mientras que el pelo de la nuca de Perseo, es la barba de Cellini. El rostro de Medusa fue construido a partir del modelo del rostro de uno de los aprendices del autor.
Todos los elementos que se relacionan con la figura de Perseo se encuentran perfectamente representados: el casco que le otorga ser invisible, regalo del dios Hades; la espada indestructible llamada Harpe y las sandalias aladas regalo de Hermes, así como el escudo-espejo regalo de la diosa Atenea con el que evitó la mirada petrificante de Medusa.
Hoy en día, la espada que porta en la mano Perseo es una copia en bronce realizada en el año 1947, ya que la original se ubica en la Galeria de los Uffizi, debido a sus malas condiciones.
Esta obra escultórica está realizada en bronce fundido a la cera perdida, una técnica que ya parecía olvidada en la Italia del siglo XVI y sobre la que Cellini tuvo que realizar diversos bocetos preparatorios que actualmente se conservan.
El artista nos cuenta en su «Autobiografía» como esta escultura fue un gran desafío para él. Por un lado, tuvo muchos problemas durante su fundición, ya que estaba realizada en un sólo bloque, e incluso tuvo que fundir varias piezas de su vajilla para conseguir la consistencia adecuada.
Por otro lado, la técnica implicaba un gran esfuerzo físico, ya que primero se trabajaba la figura en cera y después se cubría con una capa de yeso o barro.
Debía colocarse respiraderos para dejar salir la cera y un orificio en la parte superior por donde verter el bronce derretido. Después debía repasarse la pieza con un cincel para marcar los detalles.
MITO
Perseo (hijo de Zeus y de la Mortal Dánae) fue uno de los semidioses más famosos de la Mitología Griega.
Cuando un Oráculo advirtió a Acrisio (Rey de Argos y padre de Dánae) que su nieto lo mataría, encerró a su hija en una torre para que ella no tuviese un hijo con ningún hombre, sin embargo, Zeus deseaba a Dánae así que la visitó en forma de lluvia de Oro quedando ella embarazada de él.
Cuando el bebé nació, Acrisio hizo que Dánae y el recién nacido fueran encerrados en una enorme caja, arrojándolos posteriormente al mar.
Zeus por otro parte, los protegió y llevó a la Isla de Sérifos donde Dánae y Perseo fueron acogidos por el Rey Dictis. Perseo creció junto a su madre y el Rey, pero Polidectes (un rey malvado) se enamoró de Dánae y planeó deshacerse de Perseo. Amenazó a su Madre que sería sacrificada si Perseo no le traía la Cabeza de Medusa.
Algo imposible para cualquiera dada a la horripilante apariencia de la Gorgona y a su maldición de que la persona que la vea, se convertía en Piedra.
Hay que decir que, cuando los Dioses se enteraron de decisión, decidieron ayudarlo: Atenea le dio su escudo para que pueda evadir directamente la mirada de Medusa; Hades le dio un Casco para que pueda ser invisible en el momento adecuado; Hermes le dio unas sandalias con alas para poder volar y moverse ágilmente; Las Ninfas le dio un saco especial para poder llevar la Cabeza de Medusa; y Hefesto le dio una poderosa espada. Atenea le advirtió que evite mirar directamente a Medusa, ya que al solo verla, moriría.
Asimismo, cuando llegó, sigilosamente pudo observar que las otras tres Hermanas de Medusa estaban durmiendo. Cuidadosamente Perseo pasó delante de ellas y sin perder de vista a Medusa, usó su escudo como espejo para no tener que mirarla directamente.
Finalmente, ya tuvo la oportunidad adecuada, con un movimiento rápido de su espada, cortó la cabeza llena de serpientes de Medusa, la puso en el saco y se encaminó rápidamente hacia su hogar.