COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA PIEDAD DEL VATICANO
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
El 27 de Agosto de 1498, Jean Bilheres, un cardenal francés, encargó la realización de la Piedad del Vaticano a Miguel Ángel, a través de Jacopo Galli, representante del artista, quien le prometió una excelencia absoluta de la pieza.
Probablemente, por esta razón, el contrato especifica claramente que debía representar a: «Una Virgen María cubierta con un ropaje y con el cuerpo de Cristo muerto en sus brazos«.
La composición representa el instante posterior a la Crucifixión, en el que el hijo muerto descansa en el regazo de la madre.
En contra de la tradición, el artista decidió dar un aspecto juvenil a la Virgen, más adecuado a la pureza de la madre de Dios.
En palabras del propio artista:
«La Madre tenía que ser más joven que el hijo, para mostrarse eternamente virgen, mientras que el hijo incorporado a nuestra naturaleza humana debía aparecer como un hombre cualquiera en sus restos mortales«.
ANÁLISIS FORMAL


Las dos figuras del conjunto escultórico, conforman una pirámide cerrada. la Virgen, sentada y erguida, sostiene a Jesucristo yacente en su regazo.
El cuerpo de Cristo está encuadrado casi por completo dentro del contorno dibujado por el cuerpo de María, lo que enfatiza la unión íntima entre madre e hijo.
Asimismo, la Virgen, que mantiene la mirada baja y evita dirigirse al espectador, acoge con una mano al difunto, mientras que con la otra parece invitarnos a adorarlo. Su vestido equilibra la composición y actúa como base de la pirámide.
El conjunto contrapone la desnudez del cuerpo estilizado de Jesús al ropaje de profundos pliegues de María. La pesadez de la Virgen fuertemente apegada a la Tierra, a la ligereza del redentor que solo toca el suelo con el pie derecho.
La Piedad del Vaticano es la única obra firmada por Miguel Ángel, quien al finalizarla se sintió profundamente orgulloso de su trabajo. Cinceló la inscripción: «Michael Angelus Bonarotus florentin faciebat» en la cinta que cruza el pecho de la Virgen.

En un principio esta escultura se ubicó en la iglesia de Santa Petronella, puesto que en este lugar estaba enterrado el Cardenal que la encargó. Posteriormente, en 1519, fue trasladada a la Basílica del Vaticano.
Giorgio Vasari, cuenta que Miguel Ángel a los 70 años:
«Atacaba la piedra con una energía que uno esperaba ver como el bosque se rompía en pedazos. Con un mazaso mandaba al aire pedacitos de piedra de tres o cuatro dedos de grosos y penetraba en un punto marcado con una precisión tal que si hubiera penetrado más habría destruido la piedra entera«.
CURIOSIDADES

En España, concretamente en la Catedral de Guadix, se conserva una imagen homónima de la citada Piedad de Miguel Ángel. Al igual que la talla italiana se realizó en mármol de Carrara con el objetivo de ennoblecer el lugar funerario de la familia Carrasco Almansa.
Se trata de una talla anónima, que se presentó por primera vez en el Salón de Arte de Bolonia en 1930. Desgraciadamente, la pieza fue destruida en los avatares de la Guerra Civil española.
En los años posteriores, la obra fue reconstruida por María Ángeles Lázaro Guil. Se considera una imagen excepcional que refleja fielmente la perfección de la original, cobijada en el primer templo de la cristiandad.
ATAQUE A LA ESCULTURA

El 21 de mayo de 1972 este grupo escultórico sufrió un atentado cuando un geólogo de origen húngaro, llamado Laszlo Toth, golpeó en diversas ocasiones el rostro y uno de los brazos de la Virgen con un martillo, mientras gritaba ¡Yo soy Jesucristo!.
A pesar de que las autoridades actuaron rápidamente, el hombre causó importantes daños en la imagen, rompiendo su brazo izquierdo y el codo de la Virgen, quedando también su nariz prácticamente destruida, así como los párpados.
La restauración se inició casi de inmediato, después de un período de estudio, y se llevó a cabo mediante la reintegración de los fragmentos originales, así como una pasta hecha de pegamento y polvo de mármol.
Se llevó a cabo en unos laboratorios cerca de los Museos Vaticanos, gracias a la existencia de dos réplicas en la provincia de Lampa, en Puno, Perú, y una en el cementerio de Medellín; Antioquia, Colombia.
El autor de este atentado, reconocido enfermo mental, se mantuvo en un manicomio italiano por un año y luego regresó a Australia. Desde entonces, la Piedad está protegida por una pared de vidrio especial a prueba de balas.