COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE PIERROT
ANÁLISIS FORMAL
Después de varios errores de apreciación e interpretación, que lo entendían únicamente como un punto final del Barroco, el Rococó ha sido entendido, gracias a teóricos de la talla de Pierre Francastel, como una estética independiente que ha de individualizarse en relación a una época determinada. Historiadores del Arte como el profesor Joan Ramón Triadó, lo califican como:
Un Manierismo del siglo XVIII que cuestiona y disuelve en la nada los valores superiores de las Cortes europeas del siglo anterior y los residuos de los mismos que aún perduran. De la misma forma que el siglo XVI disuelve el Renacimiento y prepara el Barroco, el siglo XVIII lleva a sus límites el Barroco y enlaza con el Neoclasicismo.
En algunas ocasiones calificado de frívolo, el Rococó es fruto del espíritu de una nueva época, donde la sensibilidad y el refinamiento sustituyen a la gravedad y el econsertamiento del pasado, y donde se produce una indisociabilidad entre lo artístico y lo bello.
Este cambio de gusto del siglo XVIII se expresa de la manera más clara en el tránsito de artistas de la talla de Le Brun, a figuras como el reconocido maestro de las fêtes galantes (escenas galantes): Jean-Antoine Watteau.
Watteau descubre en la fête galante, la festiva convivencia de los enamorados y en las “Cortes de amor” de los trovadores la forma adecuada a su nuevo sentido de la vida, que está compuesto al presente de optimismo y pesimismo, de alegría y de tedio.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

A través de una escena campestre, representa a protagonistas jóvenes enamorados que pasean, conversan o bailan en paisajes idílicos. Los gestos artificiosos, la coquetería, la pereza o las posturas disciplentes se reproducen en sus lienzos de una forma fresca y poética, lejos de la retórica y pomposidad del arte académico.
Como hemos comentado, la impresión que suscita Watteau suele describirse a través de la “gracia”, el ensoñamiento y la ya mencionada melancolía.
Todos estos rasgos se encarnan en una de sus obras referenciales y que consideramos importante mencionar: Embarque para la isla de Citera realizada en el año 1717.
A la hora de valorar el cuadro con detalle, Watteau representa en un visible primer plano la figura de Pierrot. Si bien la escena representa como punto clave a una figura cómica, el tan remarcado tono melancólico de la composición nos lleva a contemplar la aparente soledad del personaje.
Con un claro fondo paisajístico, Pierrot aparece como esa figura central ataviado con un amplio traje blanco, de pantalones pesqueros y zapatos con lazos rojos.
Watteau muestra a un personaje apático, melancólico y sumido en sus propios pensamientos ajeno a cualquier función o a cualquier mirada del espectador.
Precisamente, es esta actitud del personaje la que establece un fuerte diálogo con el espectador que, conmocionado por la inexpresión del personaje no puede dejar de observarlo esperando de él alguna acción.
La actitud de nuestro protagonista poco tiene que ver con la del resto de personajes representados en el segundo plano.
En el ángulo derecho de la composición, siguiendo una mirada de espectador, se representan tres personajes: un capitán ataviado con vestido rojo, una joven enamorada (cuyo nombre es Isabel y su amado (cuyo nombre es Leandro).
La figura de Leandro destaca por su clara expresión de sorpresa y que tradicionalmente, se ha relacionado con obras renacentistas y barrocas que el artista pudo conocer a través de colecciones privadas.
Los tres personajes mencionados, que son representados por Watteau con vestimentas y sombreros extravagantes, tiran de un asno montado por un personaje conocido por el nombre de Casandro.
CURIOSIDADES
El asno representado es el único que ha sido representado mirando directamente al espectador, dando con ello, una gran variedad de posibles puntos de vista sobre las intenciones que tenía Watteau y su posible interpretación.
Otra de las grandes facetas de Watteau, fue, además de tratar temas amatorios e intranscendentes, reflejar su interés por los personajes de la Commedia dell’Arte (La Comedia del Arte), que era un tipo de representación propia del teatro italiano, cuya procedencia originaria proviene de finales del medievo en Italia, y donde una serie de célebres personajes: Colombina, Pierrot y Polichinela, tramaban historias de amor con grandes cantidades de humor, y que eran de un notable agrado por parte del público.
En la Francia del siglo XVIII, este tema tuvo su gran auge debido al gran gusto e interés por parte de los actores de la época de vestirse a la manera de los personajes y llevar a cabo actos teatrales sobre sus historias.
BIBILIOGRAFIA
Rueda López, R. (2012). Historia del Arte, el lenguaje de los genios: La época del Barroco. Signo Editores; Madrid.
Gesine Baur, E. (2005). El rococó y el neoclasicismo en Los maestros de la pintura occidental. Taschen; Madrid.
Milicua, J. (1988). Historia Universal del Arte: Barroco y Rococó. Planeta; Barcelona