Prismas eléctricos Nº 41

Ficha técnica

Título: Prismas eléctricos Nº 41
Autor: Sonia Delaunay
Cronología: 1914
Estilo: Fauvismo abstracto
Materiales: Óleo sobre lienzo
Ubicación: Museo de arte Moderno de París
Dimensiones: 250×250 cm

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE PRISMAS ELÉCTRICOS Nº 41

CONTEXTO HISTÓRICO ARTÍSTICO 

Crear un nuevo estilo en la historia del arte es algo complicado. Y más si eres mujer. Se puede tener un gran talento pero necesitas el sitio y el momento.

Sonia Delaunay tuvo la suerte de encontrar el suyo. 

Nacida en Ucrania en 1885 no nació en una familia que la impulsara al arte. Sin embargo tuvo una desgracia que se convirtió en suerte. Ante la imposibilidad de que sus padres pudieran mantenerla, se crió con un tío suyo, con una posición económica holgada que además tenía interés por el arte y que también la paseó por toda Europa. De esta forma tuvo acceso a educación, cultura y novedad. 




La vida la llevó a París donde conoció a Robert Delaunay y a otros artistas del momento como Braque, Picasso y Derain junto con otros músicos y escritores de la época. Un hervidero de creatividad. 

En aquellos años las tendencias artísticas eran movidas. Aparecían el cubismo, las vanguardias, el futurismo e incluso la abstracción. 

El matrimonio Delaunay, consciente de este movimiento, buceó por lo que surgía inclinándose a favor del color. Esto fue clave a la hora de concebir su arte.

Porque para ellos, además de la racionalidad y el sentido de lo que se pintaba, había una expresión personal que se transmitía a través del color, lo cual se acabó convirtiendo en algo característico de su pintura, 

Es fácil confundir a esposo y esposa. O más bien unificarlos. Pero es algo lógico cuando han pasado a la historia como un matrimonio simultáneo. Mientras convivieron juntos fueron creciendo en el arte de la mano.

Habitualmente es más fácil conocerle a él, a Robert. Pero esto no es de extrañar. Sin embargo, ambos pintaban, se relacionaban y experimentaban juntos lo que en esos días se les ofrecía. 

En 1913 Sonia participa en el Primer Salón de Otoño de Berlín, y un año después en París con sus prismas eléctricos, que años después la hicieron mundialmente famosa. 

Lo curioso de esta artista es que, como pasa habitualmente, no se restringió a la pintura. Hay muchos artistas son multidisciplinares que buscan expresarse a través de varios medios.

Por ejemplo pintura pero también ir más allá. Sonia pudo colaborar en la decoración de pabellones, realizó ilustraciones y, posiblemente lo más reconocible, el uso de su pintura en los diseños de moda. 

Esto es algo que se puede interpretarse con un doble rasero. Por un lado, y durante un tiempo, Sonia Delaunay era una diseñadora, esposa de su marido. Cuyo arte, parejo al de su cónyuge, servía para vender vestidos que han llegado hasta nosotros.

Sin embargo, en otros casos hemos visto figuras que esta misma acción les ha hecho ser icónicos: Dior, Karl Lagerfeld o Armani. Pero antes de ellos estuvo la señora Delaunay, haciendo que el arte más moderno y

rompedor del momento llegara a los vestidos que salían a la calle. Democratizando el arte por delante de los manifiestos teóricos que muchos otros pudieran idear.

Algo que algunos pudieran ver como básico pero que hizo que su arte estuviera vivo en cada prenda que se llevaba. 

ANÁLISIS FORMAL E ICONOGRÁFICO 

El cuadro que hoy presentamos es Prismas Eléctricos. Un cuadro lleno de contrastes de color, disolución de las formas, que hace que la abstracción llegue a nosotros antes de que explotase en América, años después. 

Tiempo atrás ella ya había concebido formas sin figuración, en la que no hay nada que ver, o que identificar pero en la que el color lo invade todo. 

La luz acompaña a estos colores, que nos recuerdan a un dibujo de un niño. Círculos geométricos y coloreados que parecen más un trabajo escolar o un experimento que una obra que se pudiera enmarcar.

Sin embargo, se trata de volver al origen, a lo simple. Esto hace que la pintura ya no sea algo que se nos presente de forma evidente sino que sea un cuadro disponible para todos. 

Esta obra, que podríamos encajar en el fauvismo, nos llega de forma atractiva, llamativa e incluso loca, que a día de hoy hemos visto varias veces porque ha sido infinitamente repetida.

Ahí reside su importancia. Ser lo suficientemente valiente para cambiar lo que se está haciendo en su momento, estar en boca de todos y después de ser criticada y valorada, ser muy repetida. 

Sonia fue y sigue siendo, un referente en la historia del arte. Encontró su manera de contar lo que llevaba dentro, invitándonos a todos a seguir intentándolo.

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