COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DEL RAPTO DE LAS HIJAS DE LEUCIPO
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Nos encontramos ante una de las obras de tema mitológico más importante de Peter Paul Rubens. Se trata de “El rapto de las hijas de Leucipo” que mide 2,22 metros de alto y 2,09 metros de ancho.
Rubens es considerado por muchos como uno de los pintores barrocos más importantes. Trató una amplia variedad de temas pictóricos: religiosos, históricos, de mitología clásica, escenas de caza, paisajes, retratos; así como dibujos, ilustraciones para libros y diseños para tapices.
El artista realizó esta obra al principio de su carrera, un periodo de transición entre el renacimiento y el barroco.
En esta obra pictórica se representa el mito en el que Cástor y Pólux raptan a las hijas de Leucipo. Durante años no se supo exactamente qué tema representaba esta obra, pero fue el poeta Wilhelm Heinse en 1777 quién lo descifró tras leer los «Idilios» de Teócrito.
Los hijos gemelos de Leda y Júpiter, Cástor y Polux, decidieron raptar, con ayuda de Cupido, a las hijas del rey Leucipo, llamadas Hilaíra y Febe, que ya habían sido comprometidas a otros hombres.
ANÁLISIS FORMAL
Esta pintura se trata de una de las escenas más dramáticas y violetas creadas por Rubens, formando un dinamismo típicamente barroco pero con una composición equilibrada muy común en el clasicismo.
Peter Paul Rubens se inspiró en unas estatuas emplazadas en el Quirinal de Roma para la representación de esta obra. También tomó como referencia un grupo escultórico ejecutado por Juan de Bolonia en la plaza de la Signoria de Florencia.
Los gemelos aparecen a caballo en pleno rapto, reforzando la violencia con el caballo encabritado del fondo y la resistencia ejercida por Hilaíra y Febe, quienes aparecen con cuerpos en escorzo.
Además, elige para el rapto un paisaje imaginario sobre el que sitúa, en un primer plano, al grupo de figuras y, en un segundo plano, el paisaje. En el suelo pinta árboles de diferentes tamaños para así crear una sensación de profundidad.
Los caballos aparecen nerviosos, acompañando la tensión del momento. En el caballo del fondo se observa más agresividad porque levanta sus dos patas delanteras.
En cambio, el más cercano se muestra más tranquilo. Las figuras forman dos diagonales entrelazadas, ocupando buena parte de la obra, incluyéndose dentro de un círculo bien definido.
Su acentuado dinamismo refuerza el dramatismo de la escena, complementando las poses y los movimientos de los personajes.
En la zona izquierda aparece Cupido agarrado a un caballo. Rubens con esto, pretende suavizar el carácter de la obra donde los gemelos raptan a las hermanas por amor.
Este personaje contrasta con el resto de la obra puesto que su rostro es tranquilo y sereno, mirando fijamente al espectador. Respecto al cromático, podemos observar el contraste del color de la piel entre los personajes femeninos y masculinos, siendo la de los gemelos más oscura.
Asimismo, mezcla colores primarios con secundarios, creando unos magníficos contrastes. Esta obra en diversas ocasiones se ha interpretado como una alegoría del matrimonio o de la armonía conyugal e incluso como una alegoría política.