COMENTARIO HISTÓRIC ARTÍSTICO DE SAN FRANCISCO EN ÉXTASIS
CONTEXTO HISTÓRICO ARTÍSTICO
A la obra San Francisco en éxtasis, conocida también como San Francisco en desierto, se está refiriendo como el cuadro renacentista más profundo e animado.
Representa el fundador del orden franciscano – Francisco de Asís, quién está de pie en un paisaje bañado de luz. Se produjo por pedido del oficial Zuan Michiel en Venecia en el año 1480 por la mano de Giovanni Bellini (1430 – 1516).
Este artista aprendió la pintura en el taller de su padre Jacopo Bellini con su hermano Gentilo y con Andrea Mantegna.
Al inicio Giovanni Bellini se dedicó a los retratos y las escenas bíblicas, más tarde se hizo famoso por sus cuadros de altar con un paisaje específico detallado. Él influyó muchos otros artistas, sobre todo su discípulo – Tiziano.
Alrededor del año 1470 Giovanni Bellini se desplaza de la témpera de huevo tradicional hacia el óleo de secado lento. Esta nueva técnica la presentó el artista siciliano Antonello da Messina en Venecia.
El biógrafo Giorgio Vasari describe este momento tan crucial en la pintura renacentista italiana como una historia en la que Antonello da Messina visita Nápoles donde pasea por los cuadros del artista neerlandés Jan van Eyck.
Giorgio Vasari le retrata tanto un pintor como un alquimista que se dedicó a la técnica de la pintura. Al pasear Antonello da Messina de repente huele un olor desconocido.
Así corre al taller de Jan van Eyck para averiguar esta nueva técnica de pintura que usó. De esta manera Antonello da Messino consiguió la receta de la preparación y aplicación del óleo. Un momento revolucionario que transformó completamente la cara de la pintura italiana.
ANÁLISIS FORMAL
El propio título indica la doble interpretación de la escena. ¿Somos testigos de la recepción de los estigmas por San Francisco o el santo está sacando la inspiración para escribir su composición El Cántico de las criaturas (1224)?
Aunque se trata de una obra renacentista más estudiada y documentada, todavía existen supuestos de la interpretación del tema. Lo que pasa es que Giovanni Bellini creó un concepto, que no se nota en ningunas de las otras representaciones de la escena.
Habitualmente se retrata a San Francisco recibiendo estigmas de un serafín (como lo podemos ver en la obra de Jacopo Bellini – San Francisco recibiendo estigmas).
Aquí vemos la figura de San Francisco exponiéndose a la luz mágica casi divina sin ningún serafín al cielo. Pero sí que tiene en sus manos extendidas las llagas de Cristo visibles.
A la primera vista la obra atiende a la figura de San Francisco, pero cuando nos retiramos, el paisaje se vuelve clave. La importancia de un paisaje detallado y una luz elaborada nos revela la influencia holandesa.
En el fondo hay una ciudad italiana fortificada que evoca la Jerusalén celeste. Debajo de la colina rocosa vemos un pastor con un rebaño de ovejas haciendo alusión al Cristo como el Buen pastor.
En el primer plano está de pie un asno, que puede simbolizar la paciencia, pero también la tozudez y pereza. El mayor espacio ocupa la roca dónde San Francisco tiene su cabaña con su oratorio.
Delante de la cueva está el pupitre de leer dónde tiene la Biblia y un cráneo. Este puede ser no sólo un símbolo de la muerte, sino también una referencia a San Jerónimo, quién se hace popular durante el s. XV.
Este santo renunció a la vida mundana por la ascesis y estudio, como lo hizo mucho más tarde San Francisco.
Además de la vida modesta, Giovanni Bellini aquí retrató una naturaleza toscana viva. La roca detrás de la figura de San Francisco, que en comparación con el paisaje es muy pequeña, está cubierta de la vegetación.
Una mirada más detallada nos revela otros animales como una liebre, un martín pescador o una garceta. Se quedan rígido (aun el asno aguza el oído) en un momento tan dramático.
Incluso el árbol láureo parece encorvándose por una fuerza mágica. En el centro de todo está San Francisco en su vestido sencillo ceñido por una cuerda con tres nudos, que recuerdan el voto de pobreza, honor y de obediencia.
Su postura con las palmas arriba y la pierna izquierda adelante responde al momento en el cual el santo está saliendo de su cabaña por una llamada.
Si San Francisco recibe los estigmas o si compone El Cántico de las criaturas por el entusiasmo del brillo, sea lo que sea, el papel de la luz áurea del sol saliente es crucial y da al cuadro el tono místico casi divino, que Giovanni Bellini antepuso a la narración bíblica.
BIBLIOGRAFÍA
Janson, Anthony F., TheMeaningoftheLandscape in Bellini´s „St. Francis in Ecstasy“, In: Artibus et Historiae, vol.XV, n° 30, 1994, pp.41-54.
Rutherglen, Susannah, In a newlight: Bellini´s St. Francis in thedesert,New York, 2011, pp.81–94.