COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE SAN SEBASTIÁN
SAN SEBASTÍAN
Un santo desnudo, una muerte idealizada: Reni a la paleta.
La figura de San Sebastián mártir ha sido representada en múltiples ocasiones en la historia del arte (por Pietro Perugino, Giovanni Bazzi, Cecco del Caravaggio…), por lo que no sería reseñable si siete de ellas, nada más y nada menos, no fuesen obra de Guido Reni (1575-1642): uno de los más aclamados pintores barrocos de la Escuela boloñesa que, sin embargo, no fue recuperado por la historiografía contemporánea hasta mediados del siglo pasado.
ANÁLISIS FORMAL
El barroco es el arte de la Iglesia católica, el que representó la vida de los santos desde el dramatismo de las heridas mundanas, tanto físicas como emocionales.
En este sentido, la obra que os presento respeta la temática cristiana, ya que San Sebastián fue un soldado romano condenado a morir asaeteado por practicar la herejía del cristianismo, en los tiempos en que dicha religión todavía no estaba tolerada en el Imperio (antes del año 313 d.C., momento en que el Edicto de Milán reguló lo contrario).
Sin embargo, lo diferente del San Sebastián de Guido Reni salta a la vista: no hay dramatismo en su sufrimiento y está desnudo. Es más, su cuerpo es perfecto: es la belleza clásica idealizada, casi escultural, atravesada por la condena de unas flechas que no alteran, pese a su filo, la calma de lo divino.
Esta calma también se aprecia en su mirada que, lejos del llanto, acepta la voluntad de la providencia, como el ser que abraza su destino siendo consecuente con sus pensamientos.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
La maestría del barroco de Reni consistió en adoptar las características del estilo sin renunciar a la perfección clasicista que había aprendido de los grandes del Renacimiento, estudiando a Rafael, reproduciendo esculturas clásicas o tomando el dibujo de los cuerpos miguelangelescos.
Esta tendencia fue la característica de la escuela de los Carracci (Ludovico, Angostino y Annibale), una familia boloñesa que practicó una corriente pictórica conocida como clasicismo barroco, y de la que Reni fue alumno.
En lo que respecta a la técnica, observamos en Guido la influencia del tenebrismo de Caravaggio, es decir, el recurso de los contrastes entre luces y sombras.
En San Sebastián, la luz recae sobre el cuerpo del mártir, que palidece y se alza en primer plano sobre un fondo natural lúgubre y apagado.
Junto con su cuerpo, el paño de la pureza que lo cubre, propio del Nazareno o de Apolo, termina de combinar lo divino con lo mundano: lo clásico con lo barroco.
Desde una perspectiva iconológica, el San Sebastián de Reni ha trascendido a la modernidad por considerarse un baluarte de la homosexualidad.
Esta lectura se puso sobre la mesa a partir del siglo XIX, cuando determinados personajes homosexuales de la literatura o el arte vieron reflejados en el semblante del santo sus sentimientos de opresión y condena por formar parte de lo no normativo.
Este significado encuentra sentido porque, además, el propio Reni habría sido homosexual, según el testimonio que Carlo Cesare Malvasia deja entrever en su obra Felsina Pittrice (1678), traducida como Vida de los pintores boloñeses.
Volviendo a la era decimonónica, en la que el romanticismo puso énfasis en las angustias de las almas solitarias, el escritor inglés Charles Dickens (1812-1870), cuya sexualidad fue objeto de debate, sería un ejemplo de esta lectura, ya que empatizó con el martirio de San Sebastián al tiempo que habría sentido, al igual que muchos otros hombres, el despertar sexual que provoca el carácter homoerótico de la figura de Reni: en efecto, el cuerpo de San Sebastián es un estudio anatómico de la masculinidad sensual, por su desnudez, su aspecto lozano y la delicada composición serpenteante que lo direcciona.
Recuperar a Guido Reni no es solo una tarea historiográfica, sino también social.
La permeabilidad de los cuerpos es objeto de debate en la actualidad, y es constructivo señalar cómo en los siglos del Barroco, dominados por el cristianismo del Concilio de Trento, la supremacía pictórica otorgó a artistas como Reni la posibilidad de elaborar mensajes transversales a la historia.
Guido sentó un precedente que ha sido recogido en la actualidad por el arte contemporáneo, trascendiendo a estilos como el de Rick Herold, que ha representado a San Sebastián empleando la técnica del vinilo, o alcanzando incluso la performance, de la que Yukio Mishima se sirvió en 1968 para representarse como mártir, antes de quitarse la vida por la condena que la cultura japonesa vierte sobre la homosexualidad.
BIBLIOGRAFÍA
- CENTER FOR ADVANCED STUDY IN THE VISUAL ARTS: Carlo Cesare Malvasia. Felsina Pittrice: Lives of the Bolognese painters. A Critical edition and Annotated Translation. National Gallery of Arts, Washington: 2012.
- FURNEAUX, Holly: Queer Dickens: Erotics, Families, Masculinities. Oxford, 2009.
- MUSEO DEL PRADO: https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/san-sebastian/d98d334e-a7f4-44eb-9d7c-7cfc689a6d5b (17/11/22).
- LA PIEDRA DE SÍSIFO: https://lapiedradesisifo.com/2021/12/01/san-sebastian-el-santo-catolico-que-se-transformo-en-el-patron-de-los-homosexuales/ (17/11/22).