COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE SANSÓN Y DALILA
CONTEXTO HISTÓRICO
Pedro Pablo Rubens (1577-1640) es uno de los principales artistas que afloran cuando una se sumerge en las aguas del barroco.
Contemporáneo a otros subrayados nombres como Guido Reni o Caravaggio, Rubens es el epicentro del clasicismo que se gestó en Flandes, cuando todavía quedaba algo del Imperio español en dicha región.
El Museo del Prado cuenta con algunos ejemplares del maestro, como Las Tres Gracias o El Juicio de Paris, si bien el respeto y admiración que infunde su pincelada puede sentirse de forma más explícita cuando se tiene la oportunidad de pasear por la sala 18 de la National Gallery de Londres. Al fondo de este espacio, en la pared frontal, se ubica Sansón y Dalila, una captura del relato bíblico que narra las hazañas entre israelíes y filisteos.
La temática de la representación es religiosa, si bien dista del barroco católico que redunda en la ocultación de los placeres carnales: Rubens representa a personajes religiosos bajo cuerpos clásicos desnudos, idealmente bellos. Esta es una de las características de su pintura, que abarcó también la mitología y el retrato.
ANÁLISIS FORMAL
La composición de la escena está dirigida por la línea diagonal que forman los cuerpos de Sansón y Dalila, sobre los que recae también el foco de luz, que procede de la esquina superior izquierda de la tabla.
Este foco contrasta con la oscuridad del fondo de la imagen, en la que aparecen los solados filisteos que esperan para la captura de Sansón, tan solo alumbrados por el punto de luz de la vela que portan. Esta es una muestra clara de la influencia del tenebrismo barroco, cuyo origen técnico situamos en Caravaggio.
Los colores que dominan la representación son los ocres, los amarillos y el bermellón, que destaca en primer plano. Esta paleta nos conduce al renacimiento italiano, a los colores vivos de la Escuela de Venencia, al carmesí de las Venus de Tiziano y Giorgione.
Además, el cuerpo de Dalila presenta una palidez notoria, propia de los cánones femeninos, destacando una tez más morena en el cuerpo de Sansón. Los rostros de los personajes son sinónimo de quietud: Sansón descansa y Dalila contempla, sin alteración, respetando la imperturbabilidad de lo clásico.
Rubens muestra en esta obra una capacidad para representar, al unísono, estatismo y movimiento: es capaz de retransmitir el momento exacto en el que los personajes esperan para actuar o están en ello, congelando una escena de actividad tensionada.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

Feminidad, masculinidad e identidad son las líneas directrices de esta hazaña: Dalila, una mujer filistea, actúa como espía de su pueblo para descubrir el origen de la fuerza de Sansón, recurriendo a las tradicionalmente utilizadas artes de la seducción.
Después de un tiempo ganando la confianza del israelí, la relación de ambos llegó a consumarse tras una noche de alcoba.
Rubens capta el momento exacto en el que, a Sansón, dormido sobre Dalila después del placer, le cortan el pelo y se desvanece, tal y como lo hace su fuerza.
Observamos cómo su cuerpo cuasi escultórico, miguelangelesco, cae desplomado sobre las piernas de Dalila, que tiene los pechos desnudos.
Precisamente, en la parte superior del fondo de la escena aparece una escultura de Venus y Cupido, de manera que Rubens nos muestra un paralelismo entre la diosa de la belleza y la protagonista de su relato visual.
También está presente el paso del tiempo: detrás de la joven aparece una anciana, advirtiendo el devenir del cuerpo, el destino de la belleza.
La bella mujer consigue el propósito nacional de su pueblo, pero su expresión corporal nos revela una doble moral: la mano izquierda aparece sobre la espalda de Sansón, como quien acaricia al amado muerto por última vez; sin embargo, su mano derecha figura retrotraída a todo contacto, como si aguardase insegura ante la valoración de lo que finalmente ha sucedido.
Dalila ha conseguido un propósito que, muy probablemente, ha invertido sus sentimientos iniciales. Rubens está, por tanto, retratando un estado psicológico del personaje.
Además, esta escena da pie a una consideración sobre feminidad e identidad: la mujer es la madre de la patria, Dalila es la garante de los destinos filisteos.
Es esta una consideración histórica que se afianzó posteriormente en el contexto nacionalista del siglo XIX, pero a la que Rubens ya se adelanta y que no dista, por otra parte, del significado que el cristianismo otorga a la figura de la virgen: ella es la madre del redentor, en ella está el origen del salvador de la Humanidad.
En esta línea, los pechos desnudos han sido alimento en las representaciones de la Virgen de la leche medievales y, especialmente, renacentistas y barrocas; saltando en el tiempo, La Libertad guiando al pueblo, de Delacroix (1830), es otro ejemplo de cómo la feminidad aguarda el origen y el valor de un pueblo. Así pues, la imagen que Rubens perfila para Dalila puede insertarse en este significado.
La temática de Sansón y Dalila, procedente del Antiguo Testamento, ha sido representada en más ocasiones a lo largo de la historia del arte, como dan cuenta las obras homónimas de Aton Van Dyck (1618-1620) o José Echenagusía (1887), entre otras.
En lo que respecta a Rubens, tras su pincel hallamos a Miguel Ángel, a Rafael, a los venecianos del alto renacimiento, a Caravaggio…Es una simbiosis entre pasado, presente y futuro del arte; es maestro y maestría.
BIBLIOGRAFÍA
- BILBAO MUSEO: https://bilbaomuseoa.eus/obra-de-arte/sanson-y-dalila/ (Consulta: 18/01/2023)
- MUSEO DEL PRADO: https://www.museodelprado.es/en/the-collection/art-work/the-judgement-of-paris/f8b061e1-8248-42ae-81f8-6acb5b1d5a0a (Consulta: 18/01/2023)
- NATIONAL GALLERY, LONDRES: https://www.nationalgallery.org.uk/paintings/peter-paul-rubens-samson-and-delilah (Consulta: 18/01/2023)
- RUBENS, Peter Paul, E. WIESEMAN, Majorie, VAN HOUT, Bernard, C. SUTTON, Peter: Dibujado por el pincel: bocetos al óleo de Peter Paul Rubens, New Haven: Yale UP, 2004, pp. 88-93.