COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE SANTA MARÍA DE LAS FLORES
ANÁLISIS DE LA OBRA
La catedral, dedicada a la Virgen con el nombre de “Santa Maria dei Fiori” , fue construida sobre la antigua catedral de Santa Reparata, que se había hecho pequeña para acoger a toda la ciudadanía.
Esta obra maestra del gótico es la cuarta iglesia más grande del mundo, después de San Pedro en Roma, Saint Paul en Londres y la Catedral de Milán. La planta de la Basílica tiene tres naves unidas a un enorme cimborrio que soporta la cúpula de Brunelleschi: la más grande que se ha construido en ladrillo.
Empezó a construirse en 1296, con la dirección de Arnolfo di Cambio. Tras su muerte, el potente gremio del Arte de la Lana, contrató primero a Giotto, que se preocupó sobre todo de la torre, y, luego, a Francesco Talenti, que modificó una parte del proyecto original de Arnolfo di Cambio. En 1380 se terminaron las tres primeras arcadas y la cubierta de las tres naves.
En 1420 se empezó a construir la cúpula. Filippo Brunelleschi, primer arquitecto renacentista, para la construcción, tuvo que enfrentarse no sólo a problemas artísticos, sino también técnicos. Las tradicionales estructuras no eran suficientes para soportar el excesivo peso de la cúpula.
Brunelleschi, después de años de estudios, inventó un nuevo y genial método de mampostería que le permitía a la cúpula autosostenerse durante la construcción. Este innovador sistema se basaba en una composición de ladrillos que se cruzaban, la pared a soga.
El resultado fue una doble bóveda autoportante. La cúpula se terminó en 1436 y fue consagrada por el papa Eugenio IV, aunque la fechada estaba sin terminar.
El revestimiento actual, con decoraciones de mármol policromas blanco, verde y rosa, fue realizado por Emilio de Fabris a finales del siglo XIX.
El solemne interior de la iglesia, a cruz latina con tres naves sujetadas por tres pilares, da una extraordinaria sensación de vacío espacial. La pared interior de fachada está dominada por el gran reloj litúrgico, con un fresco de Paolo Uccello de 1443. Las demás decoraciones originales, como los espléndidos coros de Donatello y Luca della Robbia, actualmente se conservan en el cercano “Museo dell’Opera del Duomo”.
En la basílica se conservan todavía cuarenta y cuatro vidrieras policromas originales, realizadas, bajo la supervisión de Lorenzo Ghiberti, por artistas como Andrea del Castagno, Paolo Uccello y Donatello, la “Coronación de la Virgen” en el tambor, que se ve desde la nave es suya.
En el fondo de la catedral hay cuatro ábsides, cada uno con cinco capillas; las sacristías de los Canónigos y de las Misas están separadas. En la parte de atrás del ábside está el altar dedicado a San Zanobi, primer obispo de la ciudad. Su interior está cubierto de frescos que representan el Juicio Universal.
Giorgio Vasari fue el encargado de los trabajos de 1572 a 1579, pero tras la muerte del artista, los continuó Federico Zuccari con sus colaboradores. Las paredes que sostienen la cúpula contienen 8 estatuas dedicadas a los apóstoles.