Sarcófago de los esposos

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LOS SARCÓFAGO DE LOS ESPOSOS

ANÁLISIS FORMAL

El Sarcófago de los esposos está hecho con terracota. La tapa tiene forma de kliné (cama); encima, sobre el lecho esculpido, hay las figuras reclinadas de un hombre y una mujer en actitud plácida y amable.

Él, detrás de la mujer, se presenta fuerte y protector; lleva el torso desnudo, va descalzo y lleva el pelo echado atrás ceñido a la manera característica del pueblo jónico. La mujer, en primer término, va vestida con una larga túnica griega (quitó), lleva unos zapatos acabados en punta y se cubre la cabeza con gorra frigia de la cual escapan unas largas trenzas.

A pesar de que las miradas de los personajes no se cruzan, la relación cariñosa entre ellos se transmite a partir de los gestos de las manos. El hombre apoya el brazo derecho sobre el hombro de la mujer, mientras la mano izquierda queda tendida apacible delante, como esperando la mano de la mujer.

El trabajo de las dos figuras es muy esmerado en la parte superior del cuerpo, así como también en los pies y los zapatos; en las piernas, en cambio, la simplicidad técnica es notable. Los rostros presentan un claro perfil geometrizante y hierático en el cual destacan la forma almendrada de los ojos, la barbilla puntiaguda y la sonrisa estereotipada.

Los pequeños restos de policromía que todavía conservan las figuras, las almohadas y los trajes de este grupo escultórico, hacen pensar que el conjunto estuvo pintado con unos colores bastante vivos.

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

Este tipo de sarcófago tenía la función de guardar las cenizas de la persona muerta, que eran depositadas en el parte posterior una vez acabado el ritual de incineración. Así pues, el Sarcófago de los esposos es en realidad una urna funeraria.

El pueblo etrusco tenía un gran respeto por sus dioses y un gran miedo en la muerte. Para contrarrestar este temor, creían que el difunto no había muerto del todo, sino que continuaba vivo, en otra vida dentro del sepulcro.

Por esta razón, las tumbas etruscas solían reproducir las casas de las personas muertas, se decoraban las cámaras mortuorias con pinturas al fresco que representaban escenas de danza, banquetes, jinetes, acróbatas y animales y se depositaban manufacturas y objetos cotidianos destinados a acompañar el difunto en la otra vida.

También era deber del artista reproducir de la manera más fiel posible los rasgos corporales y faciales de la persona muerta, que era representada en una escena habitual y plácida.

Se cree que este sarcófago es el de un matrimonio. Los esposos están representados celebrando un banquete, charlando de manera distendida. La esposa ocupa el primer término, porque la mujer etrusca no estaba marginada de la vida social, a diferencia del que pasaba con las mujeres griegas y romanas, que se mantenían subordinadas al hombre.

En la civilización etrusca, la mujer participaba activamente en la vida pública y asistía a los restos, los banquetes, los bailes y los juegos gimnásticos.

CURIOSIDADES

El Sarcófago de los esposos recoge algunos aspectos estilísticos que se pueden relacionar con los koúroi y las korai de la escultura arcaica griega: el torso desnudo del personaje masculino, los ojos almendrados, los peinados geométricos y la sonrisa forzada que muestran ambas figuras. Igualmente, las urnas funerarias están inspiradas en modelos jónicos de la Asia Menor o de Egina.

Aun así, hay que advertir la voluntad del arco etrusco para presentar cada rostro con una evidente voluntad individualizadora, a pesar de la utilización de ciertos estereotipos faciales.

Esta voluntad realista ausente en la escultura griega del periodo arcaico e incluso del período clásico, acontece el inicio del género del retrato en la escultura, y tuvo posteriormente una fuerte influencia en la escultura de la Roma clásica tanto en cuanto a los relevos históricos, como, sobre todo, en los bustos de los emperadores.