COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE SUEÑO DE DANTE EL DÍA DE LA MUERTE DE BEATRICE
ANÁLISIS DE LA OBRA
En esta obra se representa el «Sueño de Dante«, escena narrada en el poema “Donna pietosa e di novella etate”, del capítulo XXIII de la Vida Nueva, obra del poeta italiano Dante Alighieri.
Su homónimo inglés Dante Gabriel Rossetti, realizaría un estudio exhaustivo sobre la poesía dantesca, siendo pionero en la representación de la misma.
En el capítulo anteriormente señalado, Dante soñará con la muerte de su amada, una señal que prontamente se cumpliría.
La escena creada por Rossetti, representa a Beatrice Portinari con un blanco vestido sobre un lecho, franqueada por dos mujeres de vestimentas oliváceas, que la cubren con un manto cubierto de flores.
En el centro se representa al Amor, quien sostiene la mano de Dante, mientras que besa la mejilla de Beatrice. Dante, situado junto al Amor, es la única figura en la que Rossetti colocó una tonalidad oscura.
La escena se encuadra en una habitación rodeada por ambas partes, por unos pequeños vanos que ofrecen la visión exterior de la ciudad de Florencia.

Observamos también flores en toda la escena inferior de la estancia, así como la intensa brillantez de la solitaria vela que se sitúa sobre el lecho.
Existen tres versiones de la famosa obra, realizadas en 1856, 1871 y 1880, siendo la obra de 1871 la que estamos analizando.
Beatrice, es representada por Elizabeth Siddal, esposa y musa de Rossetti, en las dos primeras versiones, siendo sustituida en la última, tras la muerte de Elizabeth, por Jane Burden, esposa del pintor prerrafaelista William Morris.
Asimismo, en las dos últimas representaciones, se encuentran también representadas las modelos Alexa Wilding y Marie Espartali Stillmann, como las mujeres que franquean a Beatrice en el lecho.
Dante Gabriel Rossetti es presumiblemente el mejor representante pictórico que se conoce actualmente de la Vida Nueva de Dante Alighieri.
La conexión que Rossetti estableció con la vida del poeta como un reflejo de la suya propia, le llevó a sumergirse en este mundo místico y espiritual, deteniéndose en ámbitos que otros artistas no contemplaron.
Es evidente además, que Rossetti era conocedor de los textos dantescos, y que la vasta producción basada en ellos, refleja una minuciosidad y misticismo que no habían encontrado igual hasta la época.