Sueño y su hermanastro Muerte

Ficha técnica

Título: Sueño y su hermanastro Muerte
Autor: John William Waterhouse
Cronología: 1874
Estilo: Prerrafaelita
Materiales: Óleo, lienzo
Ubicación: Sotheby’s Collection
Dimensiones: 70 × 91 cm.

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE SUEÑO Y SU HERMANASTRO MUERTE

ANÁLISIS FORMAL E ICONOGRÁFICO

No es casualidad que a la muerte se la llame también “sueño eterno”, y es que las similitudes entre la muerte y el sueño son muchas. Así lo creían en la Antigua Grecia, y por ello surge un mito que pone en relieve este parentesco de la muerte y el sueño.

El dios Hipnos, dios del sueño, y el dios Tánatos, dios de la muerte, eran hermanastros con diferentes funciones pero con efectos parecidos.

Cuando llegaba la noche, decidían qué hombres irían con cada dios, otorgándoles así o una noche de sueño o la muerte. Hipnos, el pequeño, imitaba a su hermano Tánatos, por eso cuando Hipnos dormía a alguien parecía, en efecto, que estaba muerto.




Este mito griego se usaba para explicar la muerte repentina: se decía que esa noche le había tocado a Tánatos.

Así lo quiso plasmar el pintor prerrafaelita John William Waterhouse, que en Sueño y su hermanastro Muerte representa a los dos hermanastros cada uno ejerciendo su papel.

A simple vista parece que no hay una diferencia entre ambos, pero los pequeños detalles que el pintor ha dejado como pistas en el cuadro nos permiten identificar cuál es Sueño y cuál es Muerte.

El cuadro consta de cuatro planos: un primerísimo plano en el que vemos una mesita banca con flores y flautas, un segundo plano que sería la cama con los protagonistas, un tercer plano que sería el resto de la estancia y finalmente un último plano que nos mostraría el interior de un patio.

Precisamente este patio es el que ubica la escena: vemos columnas jónicas y un friso con tondos, es decir, una arquitectura de ordenación clásica que nos remite a las domus romana. Esto alude al origen grecorromano del mito de Hipnos y Tánatos.

El resto de la escena aparece sumida en una bruma, con colores cálidos y mucha presencia del textil, ya que vemos las cortinas, el dosel de la cama y las sábanas. También vemos una oscuridad predominante, así como una ordenación espacial principalmente horizontal.

Los protagonistas del cuadro son parecidos entre ellos puesto que son hermanastros, pero hay una clara diferenciación en su actitud y sus posturas.

El que está más cercano al espectador, está iluminado con una luz cálida mientras que el otro queda en penumbra. Lleva, además, una toga de estilo griego que deja parte de su cuerpo al descubierto mientras que el otro joven está mucho más tapado. 

Estos son algunos de los elementos que nos indican que el más cercano es Sueño mientras que el otro es Muerte. Sueño aparece con las mejillas rosadas y los labios colorados, además de tener una postura relajada.

Sueño y su hermanastro Muerte
Sueño y su hermanastro Muerte

En cambio, Muerte aparece en una postura de claro rigor mortis, es decir, muy estático y quieto. Sus labios están entreabiertos como si acabase de exhalar su último suspiro, y tiene la tez pálida.

Además, cabe destacar que aparece con una corona de laurel, elemento que se utilizaba en la Antigua Roma para divinizar a los difuntos.

Pero, aún más, hay algo significativo en las posturas de los dos hermanos: Muerte está tapado con la sábana mientras que Sueño está tumbado encima de ella.

Esto nos haría pensar que Sueño ha llegado después, estando ya su hermano en este estado, y se ha tumbado a su lado a descansar plácidamente, acoplándose a la postura de Muerte.

Ambos están en una postura horizontal y las cabezas en reposo, si bien es evidente que Sueño transmite una sensación de paz y calma mientras Muerte aparece carente de vida, con sus extremidades casi petrificadas.

Aún hay algunos elementos por identificar: la flor que aparece entre las manos de Sueño y de nuevo en la mesita, las flautas, la lira y la gran antorcha.

Las mencionadas flores son amapolas, cuyo nombre técnico es Papaver Somniferum precisamente porque ya desde la Antigüedad clásica se sabe de sus propiedades somníferas.

Desde la Grecia clásica hasta el momento de esta pintura (siglo XIX), la amapola había sido tratada y se le habían extraído sustancias que se usaban como droga.

En la Antigüedad, el consumo de esta sustancia derivada de la amapola se usaba para inducir al trance en los Misterios (unos rituales de carácter religioso, relacionados con la iniciación).

Estos Misterios solían realizarse quemando diferentes tipos de droga en una antorcha o recipiente para que el humo afectase a todos los presentes y así todos estuviesen en el trance producido por la sustancia.

Esto justifica la presencia de la gran antorcha del fondo de la que, además, sale un humo que inunda toda la habitación. Las celebraciones mistéricas también contaban con música, por lo que la presencia de una lira y de unas flautas es algo lógico.

Además, las flautas están relacionadas con el dios Pan, uno de los dioses a los que más se les rendía culto durante estos Misterios.

En el siglo XIX también se utilizaba la amapola con los mismos fines. Una de las sustancias que deriva de la amapola es el opio, droga más popular entre la población británica del momento y que causó la muerte a algunas personas cercanas a la Hermandad Prerrafaelita, como es el caso de Elizabeth Siddal, esposa del pintor Dante Gabriel Rossetti y musa de Millais para su más conocida obra Ofelia.

Volvemos a encontrar la amapola precisamente entre las manos del joven Sueño, lo cual nos vuelve a hablar de la conexión entre los sueños místicos inducidos y esta planta.

La diferencia entre la Muerte y el Sueño es un tema interesante que se ha tratado desde diferentes disciplinas: en pintura, en literatura, en psicología, en medicina, etcétera, y sin duda esta obra de Waterhouse refleja a la perfección la similitud entre morir y dormir.

CURIOSIDADES

Este cuadro es una excepción en la trayectoria de John William Waterhouse, ya que no representa ninguna mujer, cosa poco habitual en sus cuadros donde la presencia femenina es una constante.

Hay algo escrito al lado de las flautas de la mesa. Aunque no se lee con claridad, puede apreciarse que se parece bastante a la firma del pintor “J.W. Waterhouse”

BIBLIOGRAFÍA

BIRCHALL, Heather. Prerrafaelitas. Madrid, 2010. Ed. Taschen.

DES CARS, Laurence. The Pre-Raphaelites. Romance and Realism. 2000. Thames & Hudson.

MARSH, Jan. Pre Raphaelite Sisterhood. 1985. Ed. Quartet Books.

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