COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DEL TEATRO ROMANO DE MÉRIDA
CONTEXTO HISTÓRICO
El emperador Octavio Augusto fundó la Colonia Iulia Augusta Emérita en el año 25 a. C. para asentar a los soldados eméritos de las legiones X Gemina y V Alaudae que habían combatido en las guerras cántabras.
Situada junto al río Anas y en una zona de paso entre la Bética y el norte de Hispania, Emérita se convirtió en una réplica de la madre Roma en la otra punta del Imperio, siendo capital primero de Lusitania y después de Hispania.
Como buena ciudad romana, contaba con todos los pormenores necesarios para la vida romana: acueductos, templos, vías de comunicación… y, por supuesto, edificios de espectáculo. Emérita contó con un magnifico circo, un grandiosos anfiteatro y un espectacular teatro, todos ellos afortunadamente en pie.
José Ramón Mélida fue el descubridor del teatro, que comenzó su excavación en el año 1910. Esta zona se conoció durante años como “Las Siete Sillas”, aludiendo a los asientos que, según la leyenda, usaron siete reyes moros para decidir el futuro de la ciudad.
En realidad, estos asientos son los restos de la parte superior del graderío. Con la implantación del cristianismo, se dejaron de realizar obras teatrales, pues las consideraba inmorales, por lo que se abandonó el edificio y se usó como cantera. Incluso en el siglo XVIII fue usado como plaza de toros.
ANÁLISIS FORMAL
Como dijo Menéndez-Pidal (arquitecto que dirigió su reconstrucción desde 1964) el Teatro romano de Mérida es el “príncipe entre los monumentos emeritenses” y el único edificio que, tras su recuperación, ha vuelto a su uso original.
Como todo edificio romano, el teatro también se construyó por intereses políticos, pues la autoridad realizaba propaganda de su persona y del modo de vida romano, tanto a través de los representado en el escenario como a través del edificio (iconografía, inscripciones, monumentalidad…).
El cónsul Marco Agrippa fue el promotor de la construcción del Teatro romano de Mérida, inaugurándose entre los años 16-15 a. C., como podemos ver en las inscripciones situadas sobre las puertas de acceso a la orchestra.
Sufrió algunas reformas, sobre todo en el frente escénico: una en el año 105, cuando se construyó el frente actual y otra entre los años 333-335 para reformar dicho frente.
La fachada es de mortero de cal y piedra con paramento de sillares de granitos, bien encuadrados y almohadillados. Los sillares restituidos presentan una R grabada para así diferenciar lo original de lo restituido.
Al graderío (cavea) se accede por corredores abovedados (vomitoria) y se divide en tres partes separadas por anchos pasillos (praecinctiones) y por muretes (baltei):
- La summa cavea (parte superior del graderío) es la más deteriorada debido al hundimiento de las bóvedas de los corredores. En este espacio se situaban los esclavos, la plebe más pobre y las mujeres.
- La media cavea acogía a la plebe libre y a los extranjeros, entre otros.
- La ima cavea (parte inferior) se reservaba a los equites o caballeros.
Las diferentes partes de la cavea se comunicaban entre sí mediante escaleras.
La orchestra era la parte más destacada del Teatro romano de Mérida. Aquí se situaba el coro y era el espacio reservado para los senadores y máximas autoridades. Se trata de tres gradas en las que se situaban sillas móviles.
Esta zona está pavimentada con losas de mármol blanco y azul, conservándose aún el suelo original.
Para acceder a la orchestra desde la calle se usaban vomitoria que terminaban en unos vanos adintelados sobre los que se situaban las tribunas de honor, en las que se sentaba la persona que costeaba el espectáculo. Sobre uno de estos vanos aparece una inscripción que reza así:
M.AGRIPPA.L.F.COS.III.TRIB.POT.III
“Marco Agrippa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, ejerciendo la potestad tribunicia por tercera vez”.
Entre la orchestra y el escenario (pulpitum) se encuentra el proscenio (proscaenium), muro que alterna vanos semicirculares y rectangulares para una mejor acústica.
El escenario estaba cubierto de madera y presenta unos orificios en los que se colocaban los mástiles del telón y demás infraestructura escénica.
El frente de la escena (frons scaena) es la zona más espectacular, con podio, columnas y un entablamento con casi 13 metros de alto.
El basamento está recubierto de mármol, con dos cuerpos de columnas corintias que combinan el mármol azulado de los fustes con el blanco de basas y capiteles. Sobre cada cuerpo de columnas, un entablamento con arquitrabe, friso y cornisa ricamente decorados.
Un gran muro revestido de mármol cierra la escena. Entre las columnas, esculturas (réplicas, las originales están en el Museo Nacional de Arte Romano) completan la decoración.
Tres puertas dan acceso a los actores a la escena. Una central (valva regia) y dos laterales (valva hospitalia). Unas dependencias adosadas a los extremos y a la parte posterior del frente eran usadas por los actores y técnicos de las representaciones.
Tras la escena, el peristilo, zona ajardinada rodeada de pórticos con columnas, usada como área de esparcimiento entre función y función.
Al fondo, en eje con la puerta central de la escena encontramos el Aula Sacra, una pequeña habitación dedicada al culto imperial como indican los hallazgos, entre los que se encuentra la cabeza de Augusto velado.
Esta estancia está pavimentada en mármol, conservando aún el enlosado original.
En uno de los extremos del peristilo, en un nivel superior, encontramos los restos de unas letrinas. Al oeste del peristilo encontramos una casa basílica, construida con el teatro aún en funcionamiento.
Conserva pavimentos de mosaico, un vestíbulo que comunica con un patio rodeado de columnas y pilastras y una serie de habitaciones entre las que destacan las terminadas en ábside. Una de ellas conserva aún las pinturas murales.
En una reciente publicación sobre la reconstrucción ideal del teatro, los autores proponen que el frons scaena era de granito estucado cuando se fundó el teatro. Además, contaría con un techo de madera, como se ha podido comprobar en otros teatros de la época.
Por último, sostienen la teoría de la existencia de un gran velum o toldo que se usaría para proteger al publico del sol en los días calurosos basándose en unos huecos encontrados en unos sillares de la cavea.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Como se menciona en el análisis formal, el frente escénico de Teatro romano de Mérida presenta esculturas entre las columnas. Sobre la valva regia (puerta central) se sitúa la escultura de la diosa Ceres, aunque recientes teorías defienden que en realidad se trata de Livia, la esposa de Augusto.
Entre las columnas se sitúan los dioses del Inframundo, Proserpina y su esposo Plutón, además de togados y esculturas con coraza, interpretadas como retratos imperiales. Estas esculturas se reutilizaban, pues se iban cambiando la cabeza según se iban sucediendo los diferentes emperadores.
Estas esculturas son réplicas, pues las originales se encuentran en las salas I/II/III del Museo Nacional de Arte Romano y se fechan entre finales del siglo I y principios del siglo II.
En los teatros tenían lugar ceremonias de culto al emperador, como podemos ver en el Aula Sacra que se sitúa en el fondo del peristilo. Aquí se encontraron los retratos de Tiberio y Druso, además del magnífico retrato de Augusto velado, representado como Pontífice Máximo.
Es uno de los tesoros más preciados del museo y uno de los retratos más bellos. Está realizado en mármol de Carrara y sigue el modelo conocido como «Augusto de Vía Labicana».
Presenta un velo en la cabeza, el característico flequillo mechonado y las orejas un poco «despegadas» propias de la imagen del emperador.
En el libro de la reconstrucción ideal del teatro, los autores proponen una disposición diferente de las esculturas en el frente escénico, siguiendo un criterio arquitectónico en función del tamaño y la importancia.
Así, en la parte central (sobre la valva regia) estaría el retrato del emperador como togado. La diosa Ceres o Livia se situaría sobre una puerta lateral y sobre la otra estaría Neptuno.
Completando el primer piso se situarían los dioses Plutón, Proserpina y Baco. En el piso inferior, en hornacinas, se situarían los emperadores vestidos como militares (esculturas con coraza).
Por último, en la casa basilical encontramos mosaicos con motivos geométricos y en las paredes de la habitación que aun conserva las pinturas murales se pueden ver la parte inferior de figuras humanas con vestiduras hasta los pies y decoración con lo que parecen candelabros con motivos florares.
CURIOSIDADES
En el año 1933 dio el pistoletazo de salida el Festival de Teatro Clásico de Mérida, siendo la primera representación la obra de «Medea» interpretada por Margarita Xirgu. En una de las dependencias laterales de la escena se erige una escultura en honor a la actriz, que tuvo que exiliarse.
Entre los años 1934-1953 cesaron las representaciones debido a la Guerra Civil y a la dura Posguerra vivida por el país. Ya en 1954 se retomó el Festival que se ha celebrado hasta hoy de manera ininterrumpida.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
ÁLVAREZ, J. MARÍA; DE LA BARRERA, J. LUIS; VELÁZQUEZ, AGUSTÍN; Mérida. Editorial Everest. León, 2014.
MARTINEZ VERGEL, JESÚS; MESE HURTADO, RAFAEL; Reconstrucción ideal del Teatro Clásico de Mérida. Visita guiada por el ayer y hoy de un teatro romano. Publica Amigos del MNAR, 2014.
Mérida, Patrimonio de la Humanidad. Guía del Conjunto Monumental. Consorcio de la Ciudad Monumental Histórico-Artística y Arqueológica de Mérida.
Museo Nacional de Arte Romano. Ministerio de Educación y Cultura. Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales. Subdirección General de los Museos Estatales. Madrid, 1997.
CONSORCIO CIUDAD MONUMENTAL DE MÉRIDA
www.consorciomerida.org
MUSEO NACIONAL DE ARTE ROMANO
www.culturaydeporte.gob/mnromano/home.html