COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA TRÍADA DE MICERINOS
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Uno de los grupos escultóricos más bellos del Reino Antiguo es la Tríada de Micerinos.
El lugar donde se halló esta escultura fue el templo del valle de la pirámide del faraón, donde se desenterraron cuatro grupos enteros y un fragmento de una quinta tríada.
En ellas aparece el faraón Micerinos acompañado por dos divinidades: una de ellas es siempre la diosa Hathor y la otra es una personificación de un nomo (división administrativa) de Egipto.
La distribución del grupo no es siempre la misma. En ocasiones, el faraón aparece de pie flanqueado por dos divinidades, y en otras la figura central es la diosa Hathor y Micerino aparece en uno de los costados.
No se puede hablar verdaderamente de esculturas exentas sino más bien de esculturas de busto redondo, ya que las figuras parecen surgir de la grauvaca, un mineral de color oscuro bastante difícil de trabajar pero con un aspecto magnífico.
La función de estas tríadas estaba relacionada con la diosa Hathor, una de las divinidades adoradas en la zona de las pirámides. Hathor era la señora del sicomoro y diosa de la fertilidad, por lo que su presencia al lado de Micerino le aseguraba la provisión de alimentos y ofrendas necesaria para su sustento en el Más Allá.
Aunque sólo se han desenterrado cinco piezas, los expertos creen que en un principio habría ocho tríadas, correspondientes a las ocho capillas presentes en el patio del templo del valle.
La Tríada de Micerinos está considerada uno de los más notables conjuntos escultóricos del arte egipcio.
Podemos identificar las tres figuras gracias a los símbolos que llevan además de las inscripciones en escritura jeroglífica situada en la base de la estela.
La obra muestra al faraón Micerinos entre dos divinidades femeninas. Al lado derecho del faraón se encuentra la diosa Hathor y en el lado izquierdo la diosa protectora del nomo de Cinópolis.
La temática de esta obra es religiosa, mostrando al faraón como un dios en compañía de dos diosas recibiendo el gesto protector a través de las manos que se tocan.
Toda la obra transmite una imagen sobrenatural, siendo los personajes representados en un plano superior, el mundo de los dioses.
Esta representación del faraón como un dios, no era muy común en el arte egipcio, donde los personajes son representados como humanos y no como dioses. Las funciones de esta obra serían varias:
- Funeraria: con la representación del faraón con las dos dioses se aseguraba en el otro mundo la lealtad y los tributos de éstas, además de una mejor vida.
- Religiosa: esta obra se veneraría en el templo del Valle.
- Política: demostrar que Micerinos era el señor y protector de todas las tierras de Egipto, como dejaba recalcado la inscripción del pedestal.
ANÁLISIS FORMAL
Este grupo escultórico mide 92 cm. de altura y está realizado mediante la talla directa sobre la piedra, con pulimentado posterior por el que resbala la luz creando efecto de luces y sombras.
La técnica utilizada por el escultor es el alto relieve pues las esculturas sobresalen más de tres cuartos con respecto del fondo.
El monarca aparece representado con la corona blanca del Alto Egipto y viste un faldellín plisado que deja al descubierto sus brazos, piernas y torso.
Además porta la típica barba postiza característica de la realiza egipcia. El faraón aparece en actitud de avanzar, adelantando su pierna izquierda.
Las diosas que aparecen a su lado visten sencillas túnicas casi transparentes que dejan apreciar sus rasgos anatómicos.
La diosa que se sitúa a la derecha de Micerinos es Hathor, cuya cabeza se remata con cuernos y el disco solar entre las astas.
Tradicionalmente se la identificó con la madre del faraón y más frecuentemente con la esposa de éste, por ello, no es de extrañar que su rostro presente los mismos rasgos de la reina, cuyas facciones conocemos gracias a una estatua hallada en el templo de la pirámide de Micerino.
A la izquierda del rey encontramos a la diosa protectora del nomo de Cinópolis, sobre su cabeza se coloca su emblema característico, en el que se distingue un chacal.
Existe una diferencia entre ambas diosas: mientras que la diosa Hathor avanza levemente su pie izquierdo, la otra diosa se mantiene quieta con los pies juntos. Su tamaño es inferior al del faraón, tal y como corresponde a la perspectiva jerárquica del arte egipcio.
En esta obra podemos aprecias las principales características de la escultura egipcia:
- Hieratismo: este recurso consiste en plasmar lo representado siguiendo la máxima solemnidad, eliminando prácticamente la gestualidad o cualquier expresión de proximidad. Así se alcanza un efecto de sobriedad y distanciamiento, pero también se consigue la idealización.
- Ley de frontalidad: consiste en representar el conjunto para ser contemplado de frente preferentemente.
- Canon: las figuras se encuentran bien proporcionadas mostrando una gran armonía entre sus partes, siendo el canon de la figura de 18 puños distribuidos: dos para el rostro, diez desde los hombros hasta las rodillas y seis para las piernas y pies.
Lo que más llama la atención de este grupo escultórico es el refinamiento, la perfección y el detalle que conforman las fracciones del rostro, lo que supone que debieron tener un gran parecido con la realidad.
OTROS DATOS DE INTERÉS
La Tríada de Micerinos fue descubierta por un arqueólogo estadounidense llamado George Andrew Reisner en un corredor del Templo del Valle del complejo funerario de Micerinos. Existieron otro tríadas del faraón Micerinos que se encontraban en ocho capillas del llamado Templo del Valle, pero desgraciadamente solo se conservan cuatro.
BIBLIOGRAFÍA
«El arte egipcio«, Sergio Donadoni, 2002
«Egipto. 4000 años de arte«, Jaromir Malek, 2003
«Egipto. El mundo de los faraones», Regine Schulz, 2012
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