Venus de Urbino

Ficha técnica

Título: Venus de Urbino
Autor: Tiziano Vecellio
Cronología: 1538
Estilo: Renacentista
Materiales: Óleo sobre lienzo
Ubicación: Galleria Uffizi, Florencia, Italia
Dimensiones: 165 cm x 119 cm

COMENTARIO HISTÓRICO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA VENUS DE URBINO

ANÁLISIS FORMAL

La Venus de Urbino fue una de las primeras representaciones del desnudo femenino yaciente que realizó Tiziano para Guidobaldo II della Rovere, hijo del duque de Urbino, en los años treinta del siglo XVI.

El pintor cadorino se inspiró en la obra de su maestro Giorgione, concretamente, en la Venus Dormida (ca. 1508-1510), pues conocía perfectamente esta obra ya que fue él mismo quien se encargó de concluirla. 

Venus dormida, Giorgione

La imagen de le belle donne o las bellezas de las mujeres se hizo popular durante la segunda mitad del siglo XVI y consistió en la idealización de la belleza de la mujer dentro de la pintura veneciana.

Esta idealización de las diversas bellezas se inspiraba en los versos de amor petrarquescos y también en las doctrinas neoplatónicas de Marsilio Ficino (1433-1499), en donde se entendía el amor como la expresión del deseo de la belleza.

Los grandes pintores venecianos, como Veronese, Sebastiano del Piombo, Palma el Viejo y Tiziano lograron captar con sus técnicas y pinceladas la esencia de aquellas mujeres que de manera realista y natural fueron retratadas.




Además, gracias a la innovación y aplicación de los colores en estas obras se lograron crear espacios abiertos y lujosos, que se acompañan de paisajes con la figura de la mujer desnuda en el centro. 

Todo esto nos habla de lugares y momentos que nos transmiten emociones y sensualidad.

Fue en esta época cuando la representación del desnudo femenino queda justificado y naturalizado, y los artistas lo supieron aprovechar para tratar los temas alegóricos y mitológicos grecolatinos más importantes. 

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

Venus de Urbino
Venus de Urbino

Esta obra representa una figura femenina desnuda que yace en su lecho y que mira sensualmente al espectador.

Una de sus manos está tapando su sexo – por lo que dentro de la tradición grecorromana estaríamos ante la presencia de una Venus púdica – y la otra está sosteniendo un ramo de flores rojas, símbolo del amor. Su cabellera es larga, rubia y rizada, y porta una joyería lujosa.

A sus pies descansa un pequeño perro cuya simbología esta relacionada con la fidelidad conyugal y, también, nos confirma que la mujer representada no es una diosa, sino una mujer carnal y humana.

Este realismo se intensifica en el color cálido de su cuerpo y mejillas, las cuales aparecen rosáceas, y en sus pechos, los cuales nos transmiten la sensación de placidez y deseo.

Ese erotismo que nos produce la presencia de esta Venus también se aprecia en esas sábanas blancas y arrugadas por el calor que su propio cuerpo produce. Al fondo vemos a dos criadas que parecen estar a punto de retirarse de la habitación o cumpliendo alguna tarea.

Una de ellas está rebuscando algo en lo que parece ser un baúl nupcial y la otra está sosteniendo una especie de vestido, quizás el que acaba de quitarse la doncella.

Esta pequeña escena que se encuentra a la derecha del espectador nos habla de que esta obra pudo ser un encargo de Guidobaldo para su joven esposa, Giulia Varano.

Otra de las versiones apuntan a que la mujer retratada podría ser la propia Giulia Varano. Por tanto, estaríamos ante una alegoría al matrimonio, donde la fidelidad, el erotismo y la maternidad son las claves para una vida feliz.

Toda la escena se desarrolla dentro de un interior palaciego, decorado lujosamente con textiles y muebles.

La centralidad de la figura desnuda se obtiene gracias a los tonos claros y cálidos que utiliza el pintor, y que contrastan con el fondo verde oscuro de la cortina.

Tiziano ha logrado crear profundidad en esta obra gracias al juego óptico que reproduce el suelo y esa ventana del fondo, en donde se aprecia una paisaje con un árbol y un atardecer cuyos colores nos recuerdan que estamos ante esos atardeceres venecianos, únicos e incomparables.

Las últimas luces del día – que parecen ser veraniegas – reflejan el cuerpo de la doncella y le dan volumen y masa.  

Esta Venus de Urbino, a diferencia de su predecesora, la Venus Dormida, destaca por representarse dentro de un espacio cerrado y servirá de modelo para las creaciones posteriores de desnudos femeninos:

  • La Venus del espejo de Velázquez
  • La Maja desnuda de Francisco de Goya
  • Olympia de Manet.
Venus de Urbino
Venus del espejo de Velázquez
La Maja desnuda de Francisco de Goya
Venus de Urbino
Olympia de Manet

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