1924 OTROS SURREALISMOS

Un recorrido teórico sobre la exposición de 1924 Otros surrealismos en la Fundación Mapfre de Madrid, disponible en la Sala Recoletos desde el 6 de febrero hasta el 11 de mayo de 2025, comisariada por Estrella de Diego. 

Hace más o menos 100 años André Bretón escribía el Primer Manifiesto Surrealista, donde defendía el funcionamiento real del pensamiento, evadiéndose de las ataduras de la razón y de las cuestiones estéticas y morales, buscando una forma de dar respuesta a la realidad del momento. En esta exposición se recogen todos los tipos de surrealismos que se desarrollaron en el mundo, y se otorga un nuevo valor a las mujeres surrealistas que no tuvieron consideración en el núcleo de Breton. Todo esto manifiesta la brillantez de una vanguardia que perdura a día de hoy entre nosotros. 

“No hay ninguna conversación en la que no se dé cierto desorden” escribía Breton en 1924 poniendo al surrealismo como metáfora de la conversación, en la que se da cierto desorden por las diferentes ramas que salieron de un mismo movimiento artístico. 

Y a día de hoy seguimos recordando estas palabras en la exposición de la Fundación Mapfre sobre Otros surrealismos. ¿Por qué otros surrealismos? Porque encontramos diferentes vertientes surrealistas que no estuvieron bajo la influencia de Breton, o si estuvieron, se alejaron por desavenencias o rivalidades. Por ejemplo, los surrealistas belgas propiciaron este alejamiento para mantener su independencia, uno de los preceptos más importantes del surrealismo. 

En esta exposición encontramos muestras de este surrealismo canónico vinculado a André Breton con artistas como René Magritte, Max Ernst, Salvador Dalí, etc. Pero también encontramos artistas que se han alejado del canon surrealista para crear uno más propio como en América Latina. 

Esta exposición abre con la obra de Marcel Jean, Armario surrealista, de 1941 que sirve para dar la bienvenida a este mundo surrealista, esta obra presenta un objeto cotidiano transformado en contenedor de lo misterioso, lo insólito o lo poético. Abrir cada compartimento es una forma de interrogar al inconsciente, desafiando la lógica utilitaria del objeto moderno. Esta obra hace recordar que el surrealismo no solo pretendía subvertir las formas artísticas, sino también los modos de ver el mundo. 

1924 OTROS SURREALISMOS

Encontramos diferentes bloques temáticos, primero presentando la tesis de la exposición, mediante el estudio de las diversas lecturas del Surrealismo, más cerca o más lejos de los escritos de Breton. A partir de aquí se propone una reflexión sobre los grandes temas que ocuparon al Surrealismo: el sueño, el deseo, el automatismo psíquico, las relaciones con la naturaleza, la nueva visión de la ciudad, el cosmos, la alquimia, etc. 

Siguiendo con el recorrido temático entramos en el sueño, uno de los temas que más interesaron al Surrealismo, ya que es el lugar donde se producen encuentros extraordinarios e involuntarios. Junto al sueño podemos destacar el automatismo, un medio por el cual dejamos que los pensamientos vuelen sin las trabas de la razón o la lógica. A través de esto en el movimiento surrealista se llevaron a cabo los “cadáveres exquisitos” donde varios participantes dibujan sin conocer lo que el jugador anterior había realizado, así desarrollarán una imagen fruto del azar. Ejemplo de esto tenemos el cadáver exquisito realizado por Oscar Domínguez, André Breton, Victor Brauner, Jaques Herold, Remedios Varo, Jacqueline Lamba, Wifredo Lam.

La exposición divide este tema del inconsciente, en tres fases que conforman una misma narración: los productos y espacios del sueño, las pesadillas y el deseo, y las quimeras y dobles. Estas obras no representan el sueño, sino que funcionan como sueños en sí mismas. 

En esta segunda subfase, el inconsciente toma una forma más oscura, las pesadillas, el deseo codificado. Como ejemplo de esta fase nos presenta a Toyen (Marie Čermínová) que adoptó una estética de género fluido y desafió la noción de lo femenino. Sus obras, como Voz del bosque I, no son simplemente poéticas, sino actos de disidencia simbólica que abren el deseo hacia otros horizontes. 

La tercera fase sobre quimeras y dobles nos lleva al terreno de lo mágico y lo visionario. La figura del médium resignificada por artistas como Leonora Carrington y Remedios Varo, muy interesadas por la alquimia, el esoterismo, o la telepatía, desde un punto de vista activo. 

Esta última fase es la más reveladora, frente al relato tradicional que relegó a las mujeres surrealistas al papel de musas o amantes, esta sección las presenta como creadoras plenas, como figuras esenciales para entender las diferentes vías del movimiento. Se trata de una restitución histórica y crítica. Para el Surrealismo, las mujeres ocuparán el lugar del médium, de comunicación con lo inconsciente en estado puro, con Remedios Varo, que exploró lo inconsciente y los sueños en todas sus expresiones.

1924 OTROS SURREALISMOS

Una de las obras que podemos destacar de Remedios Varo en esta exposición es Papilla Estelar, que se presenta como una síntesis perfecta entre ciencia, espiritualidad y poesía. Es una escena profundamente surrealista, no por su irracionalidad, sino por su capacidad de operar en varios niveles simbólicos a la vez. Una figura femenina alimenta a un ser celestial con una papilla cósmica, como si fuera un ritual alquímico. Aquí lo maternal no viene de la mano de lo doméstico, sino de la creación de mundos. Varo trasciende la dicotomía razón/inconsciente y propone una tercera vía: la de la imaginación como método epistemológico. 

Otra obra bastante impactante es El Mago de Maruja Mallo, que recurre a una imaginería carnavalesca, llegando a ser perturbadora, donde lo festivo se mezcla con lo siniestro. En esta obra se disuelven los arquetipos femeninos y masculinos, la escena realiza una crítica feroz a las normas sociales. En esta obra, Mallo no ilustra el surrealismo, sino que lo encarna. 

1924 OTROS SURREALISMOS

A través de estas artistas, la exposición desmantela el relato de Breton en el que describía a las mujeres como “puertas hacia lo maravilloso” pero no como sujetos creadores. Aquí ellas no son puertas, son arquitectas de lo maravilloso. 

La última sección de la exposición da un giro desde el inconsciente personal hacia el cosmos, lo arquetípico y lo alquímico. El surrealismo aparece como una búsqueda espiritual que atraviesa símbolos antiguos, naturalezas ocultas y visiones cósmicas. Esta fase articula un imaginario donde la materia se transfigura y la imaginación accede a un nivel superior de conciencia. 

Se utilizan distintos elementos para relacionar con la magia y la alquimia, la piedra como símbolo alquímico, el árbol como eje del mundo. La piedra filosofal, como metáfora del poder transformador del arte y del pensamiento mágico. Estos elementos de la naturaleza son receptáculos de lo sagrado, lo que no está manchado por la lógica racional.

Una de las figuras clave en esta sección es Leonora Carrington, que fusionó el simbolismo esotérico, la mitología celta y el feminismo onírico. La obra que se presenta en esta muestra es Darvaux que representa un espacio cerrado e interior, pero a la vez cósmico y expansivo, una figura que habita una arquitectura de lo secreto, rodeada de símbolos alquímicos y criaturas híbridas. En estas obras, el cuerpo femenino no es objeto de deseo, sino el centro del conocimiento místico, representando, mujeres sabias, magas, animales sagrados… 

Desde estos temas pasamos a la ciudad como espacio mental y narrativo. Las ciudades que retratan los surrealistas, no son simples escenarios, sino laberintos de la mente. Son ciudades espectrales, modernas, vacías o suspendidas en tiempos sin cronología donde lo inesperado puede alterar la vida cotidiana. Para los surrealistas estas ciudades, significaban un lugar de ensoñación, de máscaras y de encuentros. En la obra literaria de Nadja de Breton, la ciudad se convierte en territorio de lo mágico, lo narrativamente imprevisible. Un lugar donde el inconsciente camina rodeado de tranvías o farolas. 

1924 OTROS SURREALISMOS

La última parte de esta exposición alcanza su dimensión más universal, ya no solo miran hacia dentro sino hacia las estrellas. La naturaleza se lee en forma de galaxias, como una vía de conocimiento metafísico. Obras como Perro ladrando a la luna de Joan Miró o las visiones cósmicas de Ángeles Santos sugieren que el surrealismo no explora solo lo interno (el sueño o el deseo) sino también lo más remoto e infinito. Este impulso trascendental que no es religioso sino metafísico, de convertir el arte en alquimia, y al artista en médium de otra forma de la verdad. 

Más allá de su riqueza artística, esta exposición cuenta con implicaciones políticas. El surrealismo desde su fundación ha cuestionado el canon, la historia del arte. Esta muestra propone una lectura horizontal y feminista del Surrealismo, más allá de las fronteras. No se trata de “complementar” el relato oficial, sino de reescribirlo desde otra lógica.  

Este recorrido nos propone cuestionar el relato único del Surrealismo,  mirar lo que antes no se quiso ver: las mujeres, las periferias y las disidencias. Cada una de estas fases amplía nuestra comprensión del surrealismo no solo como un estilo sino como una actitud ante el mundo. 




OTRAS ENTRADAS EN NUESTRA WEB QUE PUEDEN INTERESARTE

¿COMPARTIR ESTE ARTÍCULO?

Share on facebook
Compartir en Facebook
Share on twitter
Compartir en Twitter
Share on linkedin
Compartir en Linkdin
Share on pinterest
Compartir en Pinterest

Deja tu comentario

Deja una respuesta

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Configurar y más información
Privacidad