Escultura, Pintura

El poder femenino en el arte y las creencias

EL PODER FEMENINO EN EL ARTE Y LAS CREENCIAS: VENERADAS Y TEMIDAS

Desde el 18 de julio, la sede de CaixaForum en Sevilla acoge una exposición dedicada exclusivamente a la figura femenina a lo largo de la Historia, como ha sido tratada en diferentes periodos y en diferentes culturas y cómo se la ha representado.

Vamos a dar un paseíto por ella.

El poder femenino en el arte y las creencias — *Hécate*

Esculturas, objetos sagrados e incluso obras realizadas exclusivamente para la muestra, esta increíble exposición con piezas procedentes del British Museum de Londres aparecen junto a obras de arte realizadas por mujeres artistas contemporáneas que dialogan con piezas de miles de años en un recorrido diseñado a través de las diversas formas bajo las que se ha venerado a la figura femenina.

Desde el principio de los tiempos, la figura femenina ha estado presente en el arte, tanto como dadoras de vida como deidades vengativas que castigan con total impunidad.

Precisamente el rasgo de FERTILIDAD es el esencial relacionado con la feminidad. El poder femenino se asocia a la naturaleza y a la abundancia, por ello hay tantas divinidades que actúan sobre la tierra y el mar. Pero estas deidades pueden ser tanto creadoras como destructoras. Un buen ejemplo es Pele, la diosa hawaiana de los volcanes que destruye la tierra con la lava pero que, a su vez, esto permite que se regenere y la vida vuelva a prosperar.

Otras características asociadas a lo femenino son la PASIÓN y el DESEO. Estos sentimientos tienen una doble vertiente: pueden crear armonía y caos al mismo tiempo pues, ya se sabe, del amor al odio hay un paso.

En algunas tradiciones la pasión y el sexo son sinónimo de vida y un camino para llegar a lo divino. Ejemplos son algunos rituales que se hacían en la antigua Mesopotamia con prostitutas sagradas entregadas al culto a la diosa Inanna.

Quizá el ejemplo más cercano y conocido, por ser hijos e hijas del mundo clásico, sea la diosa del amor por excelencia: Afrodita-Venus.

Entre muchos de los rasgos negativos que el mundo fememino ha tenido que soportar desde que el mundo es mundo está la MALICIA, muchas veces relacionada con la MAGIA.

No tenemos que irnos muy lejos, pues quizá uno de los mejores ejemplos de esta dualidad es el caso de Medusa: ser monstruoso femenino y malvado que petrifica con la mirada, temido por todos pero también deseado por sus poderes. Lo que nunca nos han contado es que Medusa sufrió la ira de Atenea sin tener culpa alguna. Medusa era una joven sacerdotisa de la diosa que fue violada por Poseidón y para castigarla por haber sido “mancillada” la convirtió en el ser que todos conocemos.

Pero, a pesar de ese temor hacia la mujer relacionada con la magia, a la que siempre se le ha llamado bruja de manera despectiva, se acudía a ellas para pedir protección y consejo.

Cierto es que otro rasgo de las divinidades femeninas, polivalentes como se puede apreciar a lo largo del recorrido de la exposición, es el de JUSTICIA.

Hay tradiciones para las que la figura femenina es símbolo de autoridad, liderazgo y gran fuerza física. Buenos ejemplos son la diosa Atenea-Minerva en época clásica o la diosa egipcia Sekhmet, ambas veneradas como líderes capaces de desatar una violencia extrema, por ello se las relaciona con el ejército y la guerra.

Pero esto también se relaciona con la justicia pues, aunque puedan parecer crueles, se las invocaba para pedir protección en algún conflicto y ellas, con ese poder marcial, protegerían a los suyos.

El recorrido termina en una sala dedicada a la COMPASIÓN y SALVACIÓN, aspecto que relacionamos inevitablemente con la Virgen María por nuestra tradición judeocristiana, pero que no es única.

Divinidades del mundo asiático e hindú cumplen las mismas funciones que María e incluso el modelo en el que después derivó la diosa madre por excelencia. Me refiero a Isis con Horus niño, claro ejemplo de cómo una divinidad pagana pasó a convertirse en icono de la cristiandad. La protección, el amor incondicional de los padres y la falta de reproches es, en muchas culturas, un ideal de compasión divina.

ALGUNAS PIEZAS IMPRESCINDIBLES

Reina de la noche

Arcilla pintada. Hacia 1750 a.C.

Inanna para sumerios, Ishtar para babilonios y asirios, era una divinidad relacionada con la guerra pero también encarnaba el deseo sexual.

En este bellísimo relieve se cree que vemos la representación de Ishtar. Está de pie, subida a dos leones, mientras sostiene en sus manos una vara y un aro, símbolos de justicia. El tocado con cuernos simboliza su divinidad.

Llama la atención su desnudez, algo fuera de lo común en su iconografía. También es curioso como sus pies se tornan en garras, quizá haciendo referencia a un episodio mitológico en el que baja al Inframundo y, durante su estancia en él, toda actividad sexual se detiene. Esto nos recuerda al mito de Perséfone, en el que la tierra es infértil cuando ella está junto a su esposo-secuestrador en el mundo de los muertos y todo florece al subir a la tierra junto a su madre.

Por cierto, os recomiendo que os fijéis bien, pues aún conserva bastantes restos de la policromía original.

Sacerdotisa de Deméter

Esta lápida fue descubierta cerca del santuario de Deméter y Perséfone en Eleusis y, originalmente, estaba pintada en colores muy vivos.

Se cree que está dedicada a una sacerdotisa de las diosas, como apunta la túnica que viste y la llave que porta, que indica un oficio sagrado.

Conocemos su nombre, Chorine, grabado en la parte superior, y parece ser que está relacionado con la palabra griega choiros, cerdo, animal que se ofrecía en sacrificio a Deméter durante la celebración de los misterios de Eleusis.

Papiro de Nut

Hacia el 950-930 a.C.

Los habitantes de la antigua ciudad de Heliópolis, que hoy forma parte de El Cairo, creían que el cielo era la diosa Nut, cuyo cuerpo formaba una especie de bóveda sobre la tierra. Según la mitología heliopolitana, como madre de los cuerpos celestes, cada mañana daba a luz al dios sol, Ra, al que consumía por la noche, en un ciclo de creación y destrucción eterno.

Precisamente por esto, la relación de Nut con la reencarnación es clave para la tradición funeraria egipcia.

Lo que vemos es un fragmento de un papiro mayor de tinte funerario realizado con motivo del enterramiento de una mujer llamada Nestanebetisheru.

En él vemos a Nut, la figura más grande, que se inclina sobre Geb, la tierra, que yace en la superficie. Están separados por su padre Shu, dios del aire, y rodeados de divinidades. Geb y Nut eran hermanos y esposos. La difunta está arrodillada en la parte inferior izquierda con las manos en actitud orante.

Ánfora con el nacimiento de Atenea

Alrededor del 510 a.C.

Según la mitología griega, Atenea nació ya adulta y completamente armada de la cabeza de Zeus, su padre. El dios había devorado a la madre de la diosa, Metis, pues según una profecía el hijo de ésta sería más poderoso que él mismo. Tras esto, acusado de un dolor de cabeza terrible, pidió a Hefesto, dios de la forja, que le partiera la cabeza con un hacha, surgiendo de ella Atenea.

A la derecha, Hefesto, con un hacha en la mano, mira asombrado como surge la diosa de la cabeza del padre de los dioses.

Mahadevi

Es la gran diosa hindú.

Es muy venerada dentro del shaktismo, una rama del hinduismo. Sus seguidores la veneran como encarnación de shakti (poder) la fuerza divina que da vida al universo.

Mahadevi es la creadora, protectora y a su vez destructora del universo y su poder se expresa a través de las divinidades hindúes. Se puede manifestar a través de diversas formas pero se suele identificar más con Durga, diosa de la guerra, que lucha contra las fuerzas malignas del caos, el miedo o la arrogancia y enseña a sus seguidores a superar estos rasgos en ellos mismos.

Tenéis hasta el 27 de octubre para visitarla y conocer a fondo este apasionante mundo de divinidades femeninas.

MÁS INFORMACIÓN: https://sites.fundacionlacaixa.org/codigosQR/veneradas-sevilla/es/intro.html