UN EJEMPLO DE CÓMO LA CIUDADANÍA Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS SON FUNDAMENTALES PARA LA PRESERVACIÓN DEL PATRIMONIO
La catedral de Winchester, ubicada en Hampshire, Reino Unido, es considerada una de las iglesias más grandes de Europa. Su historia se remonta a mediados del siglo VII, cuando se levantaron los primeros cimientos de una iglesia de origen anglosajón conocida como «Old Minster».
En 1066, tras la batalla de Hastings, los normandos, bajo el mandato de Guillermo el conquistador, se convirtieron en la nueva dinastía real. Winchester, como capital del reino, fue testigo de la construcción de nuevos edificios que reflejasen los gustos de este nuevo régimen.
La necesidad de un nuevo edificio religioso que representase a la nueva dinastía hizo que, en 1079, el primer obispo normando de la ciudad, Walkelin, ordenara la demolición la iglesia primitiva para comenzar la construcción de una catedral de estilo románico en el mismo lugar.
A lo largo de los siglos, la catedral fue objeto de ampliaciones y remodelaciones, evolucionando hacia un estilo gótico de sección perpendicular. Sin embargo, a comienzos del siglo XVI, la ciudad de Winchester comenzó a perder importancia, lo que provocó un descenso en su población y un progresivo descuido del edificio.
Durante la guerra civil inglesa, entre 1642 y 1649, la catedral sufrió daños, especialmente en sus hermosas vidrieras de la zona oeste, que fueron destruidas. Los habitantes de la ciudad trataron de conservar las piezas para su reconstrucción, y aunque no se consiguió una restauración exacta, gran parte del cristal original aún se encuentra en la catedral actual.
Como es de esperar, la catedral requería un extenso trabajo de mantenimiento tras estos eventos. Entre los siglos XVIII y XIX, se destinaron grandes cantidades de dinero para su remodelación.
Otra amenaza acechó a la catedral. A comienzos del siglo XX, se detectó que la cripta, que era de origen normando, tendía a inundarse por su ubicación geográfica y las condiciones del terreno pantanoso. Esto se debe a que los cimientos de la iglesia original eran de madera, cubiertos en la parte superior con piedra caliza, por lo que, tras 800 años, la madera había comenzado a debilitarse, poniendo en riesgo la estabilidad del edificio.
Para salvar la catedral, se decidió reemplazar la capa de madera en descomposición por una de hormigón. Para ello, se excavó una trinchera a lo largo de la catedral, pero el agua pantanosa dificultaba el trabajo. Se les ocurrió buscar a un buzo experto, para que realizase ese intercambio sumergido en el agua. Así fue como se contactó a William Walker, quien entre 1906 y 1912 realizó la tarea de salvamento sumergido, convirtiéndose en un héroe.
Otra curiosidad relacionada con la historia de esta catedral es que, en 1960, un grupo de arqueólogos, bajo la dirección de Birthe Kjølbye-Biddle y Martin Biddle, excavó los cimientos de la iglesia primitiva. La planta del edificio estaba marcada por unos ladrillos en la hierba al norte de la catedral actual. Según los hallazgos, la iglesia contaba con una nave, un coro rectangular y transeptos, y posteriormente se le añadieron dos torres en el extremo oeste de la nave, un ábside en el extremo este del presbiterio, así como dos ábsides laterales.
Aunque se desconoce el aspecto exacto de la iglesia primitiva, existen diversas teorías basadas en la interpretación de los datos arqueológicos y otras evidencias.
Entre 1984 y 1986, se llevó a cabo un innovador proyecto informático que consistió en la recreación digital de esta primitiva catedral anglosajona. Este fue uno de los primeros modelados informáticos en 3D de la historia, diseñado para mostrar al público los resultados obtenidos de la investigación arqueológica, tomando como base los dibujos y reconstrucciones tridimensionales de la arqueóloga Birthe Kjølbye-Biddle. IBM fue la empresa responsable de este pionero modelo informático, utilizando una aplicación llamada WINSOM (WINchester SOlid Modeller).
La historia de esta iglesia y sus desafíos nos invita a reflexionar sobre varios aspectos. En primer lugar, destaca la importancia de la comunidad en la conservación del patrimonio, que nos pertenece como sociedad y, por tanto, nos convierte en responsables de su cuidado, protección y preservación.
Por último, la relevancia de las tecnologías y su rápido desarrollo, que acercan el patrimonio y las investigaciones científicas al público. El proyecto innovador de IBM ha sido un catalizador para la avanzada situación actual de la digitalización del patrimonio, que es una herramienta esencial para su gestión.
BIBLIOGRAFÍA
CÉSPEDES GONZÁLEZ, Lillian. (2011). La catedral de Winchester. Revista Medieval, 40(4), pp. 36-44.
PERAZA SÁNCHEZ, José Enrique. (2005). La arquitectura en madera de los normandos. Boletín de Información Técnica de AITIM, nº 238, pp. 48-54.
WEBGRAFÍA
- https://3dvisa.cch.kcl.ac.uk/project12.html
- https://www.lavanguardia.com/historiayvida/edad-media/20200612/481698064415/catedral-winchester-inundacion-submarinista-william-walker.html