El Museo Cerralbo es una de las joyas menos conocidas pero más fascinantes de la ciudad. A diferencia de otros museos como el Prado o el Thyssen-Bornemisza, el espacio del Museo Cerralbo ofrece una experiencia única que permite sumergirse y viajar a la vida aristocrática del siglo XIX. Es un museo que no solo expone obras de arte y objetos históricos, sino que también preserva el entorno original en el que vivía su fundador, el Marqués de Cerralbo, al tratarse de un palacio-museo, proporcionando una perspectiva sin igual sobre la época.
El museo está ubicado en el antiguo palacio-residencia del Marqués de Cerralbo, Enrique de Aguilera y Gamboa (1845-1922), en su vida destacó por erudito, político y arqueólogo. A lo largo de su vida desempeñó un papel clave en la investigación y conservación del patrimonio histórico español. En su vida reunió una de las colecciones más impresionantes de la España de su tiempo, con piezas de un valor incalculable tanto histórico como artístico.
Su legado destaca por la diversidad de su colección, además de por su meticuloso interés por la museología y la conservación del arte. A diferencia de otros grandes coleccionistas del mismo momento, como el Duque de Alba o José Lázaro Galdiano, que también reunieron valiosas piezas de arte, el Marqués de Cerralbo destacó por su visión integral del coleccionismo. No solo adquirió obras maestras, sino que también se interesó en la disposición y conservación de su colección como un todo, con el propósito de que fuera apreciada por futuras generaciones en su contexto original.
El marqués invirtió en su pasión por la arqueología, financiando y participando en numerosas excavaciones en España. Destacaba su enfoque sistemático y académico en la recopilación de objetos, que lo convirtieron en una de las figuras más influyentes en la museología española de finales del siglo XIX y principios del XX.
Su deseo fue que su casa y su colección fueran preservadas tal como estaban en su vida, ofreciendo a las generaciones futuras una imagen fidedigna de la vida de la nobleza española del siglo XIX.
El museo como hoy lo conocemos se inauguró en 1924, siguiendo la voluntad del marqués, habiendo donado su residencia y su colección al Estado español con el objetivo de fomentar el conocimiento de la historia y el arte. A día de hoy, el Museo Cerralbo no solo permite a los visitantes apreciar su colección, sino que también nos transporta a una época pasada, donde la aristocracia vivía rodeada de lujo y cultura.
El palacio-museo Cerralbo se distingue entre otros por conservar su estructura y decoración original. Cada sala refleja fielmente la estética y el gusto de la nobleza del siglo XIX. La visita al museo se convierte en un viaje en el tiempo, donde los visitantes pueden admirar los salones de baile, comedores de gala y habitaciones privadas que se conservan ricamente decoradas.
Cuando recorremos sus estancias, se pueden observar impresionantes techos ornamentados, paredes cubiertas de terciopelo y muebles de época que resaltan sobre la sofisticación del hogar del marqués. Además las numerosas pinturas que decoran las paredes, las esculturas que encontramos en el recorrido y los objetos de arte que se exhiben por cada rincón, reflejan el espíritu coleccionista de su fundador.

En cuanto a piezas del Museo Cerralbo que sean de interés para la Historia Moderna, el museo se centra sobre todo en el siglo XIX, pero contiene elementos de gran interés para la edad moderna. Entre estas piezas incluimos:
- Pinturas de maestros del Siglo de Oro, en el museo encontramos obras de artistas como Zurbarán, El Greco y Ribera que reflejan la evolución artística y el impacto del arte religioso y cortesano en la España de los siglos XVI y XVII.
- Armas y armaduras de la época, espadas dagas, armaduras y mosquetes muestran el desarrollo de la tecnología militar, en una era de grandes conflictos europeos y durante la expansión del Imperio Español.

- Mobiliario renacentista y barroco, la gran mayoría de piezas de mobiliario
- Mapas históricos, encontramos documentos cartográficos de los siglos XVI y XVII que ilustran el conocimiento geográfico de la época, incluyendo mapas de los territorios coloniales y las rutas comerciales que reflejan el poderío español en el mundo en esta época.
- Platería y cerámica de la época, el museo posee una numerosa cantidad de objetos de uso cotidiano de gran valor artístico, entre ellos, vajillas, jarrones, piezas de orfebrería que buscan demostrar la riqueza y el refinamiento de la nobleza.
Entre las obras más notables del siglo XVII que alberga el Museo Cerralbo, destaca “Betsabé bañándose” de Franck el Joven, un pintor flamenco cuya obra ilustra la influencia del barroco en la pintura de la época. La obra elegida, representa un tema del Antiguo Testamento, lo que ejemplifica el poder que seguía teniendo la iglesia y la importancia de la enseñanza de la biblia a través del arte, incluso en las altas esferas aristocráticas.

La pintura representa la historia bíblica de Betsabé, esposa de Urías, quien fue observada por el rey David mientras se bañaba. El artista logra capturar la sensualidad y la tensión del relato, usando una composición equilibrada y una iluminación dramática, típica del estilo barroco flamenco. El artista presta especial atención a los detalles del paisaje y a la riqueza de las telas y adornos, lo que refuerza la opulencia y el carácter narrativo de la escena.
El uso de colores vibrantes y el dinamismo de las figuras reflejan la influencia de la escuela flamenca, mientras que la delicadeza con la que se representa la figura de Betsabé la convierte en el centro de la composición. Esta obra destaca en la colección del Museo Cerralbo por su calidad artística y por el testimonio que ofrece sobre el gusto estético y las influencias internacionales en la España del siglo XVII.
Otra de las obras que cabe destacar de la amplia colección del Museo Cerralbo es “Judith y Holofernes” del pintor Francesco Conti. Esta pintura barroca narra el episodio bíblico en el que Judith, la viuda hebrea, decapita al general asirio Holofernes para salvar a su pueblo. De nuevo un pasaje bíblico con el que se quiere reforzar el poder de la Iglesia en este momento.

La composición de la obra es de gran dramatismo, con un fuerte contraste entre las luces y las sombras que resalta la crudeza del momento. La expresión decidida de Judith y la teatralidad de la escena reflejan la estética barroca italiana, algo que se va a seguir viendo en otras piezas de la colección por lo que podemos descifrar que al marqués le fascinaba el barroco italiano. La escena refleja el realismo y la intensidad emocional, el artista utiliza una pincelada fluida y una rica paleta de colores para dar profundidad y volumen a la obra, reforzando el dramatismo del instante representado.
Este museo resguarda esta pieza como un excelente ejemplo de la iconografía barroca sobre heroínas bíblicas, un tema recurrente en la pintura de la época.
En cuanto a la figura de Judith, encarna la idea de heroína que mediante su valentía e inteligencia logra derrotar a un enemigo poderoso. Este tipo de representaciones fue común en el barroco, ya que permitía mostrar el conflicto entre el bien y mal con gran teatralidad. En esta elección podemos ver dos caras de una misma moneda, por un lado Betsabé está siendo violentada, mientras que Judith es la que lleva a cabo la acción contra el enemigo.
La representación de heroínas bíblicas como Judith o Betsabé era habitual en el Barroco, ya que permitía explorar la complejidad de los personajes femeninos desde una perspectiva moral y estética. En el Museo Cerralbo, encontramos varias obras con temáticas similares que refuerzan esta tradición, como otras pinturas de episodios bíblicos y mitológicos en las que las mujeres juegan un papel clave.
El Museo Cerralbo es un recurso invaluable en la investigación histórica, para los historiadores que estén interesados en la España de los siglos XVI y XVII, así como en la vida aristocrática del siglo XIX. Esta colección no solo ilustra la evolución del arte y de la cultura de estas épocas, sino que también proporciona pistas sobre la estructura social, económica y política de la nobleza.
Uno de los aspectos más interesantes es la relación del marqués con la arqueología y la historia antigua. Su labor como investigador y promotor del estudio de la historia, se ve reflejado en los numerosos objetos arqueológicos que forman parte de la colección, algunos de los cuales fueron clave para el desarrollo de la arqueología en España.

El museo alberga una rica y abundante biblioteca, con documentos y manuscritos que son fuente de investigación necesarios para académicos que estudian la histórica del arte, hasta la política de la edad moderna.
Podemos concluir con que el Museo Cerralbo es una visita obligada para quienes desean comprender mejor la historia de España y la vida de la aristocracia. Su autenticidad, combinada con la riqueza de su colección, lo convierte en un destino fascinante tanto para turistas, como para investigadores, y amantes de la historia y el arte.
Este museo ofrece una visión detallada de una época de transición, mediante sus obras de arte, documentos históricos y objetos cotidianos, una era marcada por profundos cambios políticos, sociales y económicos. Sin duda es un espacio que permite conectar el pasado con el presente y apreciar cómo la historia sigue influyendo en nuestro mundo actual.
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