Las rosas de Heliogábalo

Ficha técnica

Título: Las rosas de Heliogábalo
Autor: Lawrence Alma-Tadema
Cronología: 1888
Estilo: Neoclasicismo
Materiales: Óleo
Ubicación: Colección particular
Dimensiones: 132’7 x 214’4 cm,
Escrito por: Patricia Luis Ruiz

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LAS ROSAS DE HELIOGÁBALO

CONTEXTO HISTÓRICO

Lawrence Alma-Tadema presenta Las rosas de Heliogábalo en la Royal Academy en 1888. En este momento y desde hace más de una década, la práctica pictórica avanza dos direcciones principales. En primer lugar, el impresionismo había puesto de manifiesto en Francia las nuevas ambiciones de la disciplina, marcadas por un fuerte afán de experimentación e innovación.

Lo importante es la expresión a partir del uso de la luz y el color, al margen de la técnica. En segundo lugar, el simbolismo. Surge en ambientes académicos, permitiendo la reinterpretación de escenas clásicas o tradicionales desde un punto de vista lírico-literario. La técnica, ya dominada por los artistas, permite explorar cuestiones tradicionales desde nuevos puntos de vista. Por tanto, se enriquece su contenido al dotar la temática de mayor significado.

Es preciso tener en cuenta que en el período finisecular la pintura apuesta por un paulatino abandono del academicismo. Por ende, el pintor de origen holandés queda relegado al olvido por pintar espacios grecorromanos en una época en que el neoclasicismo ya ha pasado a un segundo plano.

No obstante, es importante reseñar que esta valoración de los nuevos movimientos artísticos del fin de siécle responde a una mirada contemporánea. En el siglo XIX, las obras que cuelgan de las paredes de los salones oficiales obtienen reconocimiento y prestigio. Así, Lawrence Alma-Tadema, nombrado incluso caballero en 1889, pierde con el paso de los años el renombre que había alcanzado en vida.

En cualquier caso, su carrera se desarrolla durante la época victoriana. Llega desde Holanda dispuesto a explorar una pintura de corte historicista y orientalista – académica, al fin y al cabo. Esta deriva del interés suscitado por las expediciones napoleónicas, abriendo a Occidente una parte de la historia antigua que despierta la fascinación de los artistas.

En estos momentos y desde la llegada de la reina Victoria al trono, el Imperio Británico ha afianzado con rotundidad su prestigio a nivel global. Esto se debe tanto a la revolución industrial, que convierte al país en el workshop of the world (el taller del mundo), como a las políticas territoriales y coloniales aplicadas desde el poder. En consecuencia de esto último, Gran Bretaña llega a albergar un quinto de la superficie del planeta.

Por otro lado, es cierto que la revolución industrial impulsa la economía en comparación con el resto del globo. Pero la mayor parte de la población británica padece la hambruna y la miseria derivadas de unas lamentables condiciones laborales y marcadas diferencias entre clases sociales. Así mismo, el pésimo estado de las ciudades propicia la aparición y propagación de enfermedades.

La vida de la aristocracia, por su parte, se desarrolla en torno a la ostentación y los lujos. Además, cobra gran importancia la apariencia, la máscara, la pretensión: cuando se presumir de un exuberante collar de perlas, no importa la malnutrición de quien lo lleva.

Volviendo a la pintura, si bien es cierto que Alma-Tadema ha estado condenado al olvido durante siglos, su obra ha sido reivindicada en las últimas décadas. Esto se debe al carácter simbolista de su pintura, capaz de acercar el pasado grecorromano a su época. Entiende la historia como un ciclo que se repite –aunque no de manera consciente.

Como resultado, establece en su pintura un paralelismo entre la clase adinerada de la sociedad victoriana y los grupos dominantes en el Imperio Romano. Así, viaja al pasado para, a partir de escenas imperiales, ofrecer una nueva visión del presente.

ANÁLISIS DE LA OBRA

Las rosas de Heliogábalo

Marco Aurelio Antonino Augusto es emperador desde 218 hasta 222. Pronto se hace llamar Heliogábalo, máximo sacerdote del dios Sol (Helio). Los escritores de la historia augusta, que recogen la biografía de los emperadores, lo presentan como alguien tremendamente extravagante, vanidoso, excéntrico y fanático, controlado por impulsos pasionales que le llevan a cometer grandes atrocidades.

Esta polémica figura protagoniza una de las obras más famosas de Alma Tadema. Fama que seguramente se deba a la historia que representa. El emperador celebra un banquete en una de las estancias principales de su residencia. En medio de la celebración, el techo de la sala es retirado para dejar caer sobre sus cortesanos una lluvia de pétalos que los asfixia y acaba con sus vidas.

Algunos tratan de escapar y recuperar el aliento que el peso de las flores les ha quitado, pero resulta imposible y mueren sepultados. Como explican los Scriptores Historiae Augustae: «En una sala de banquetes con un techo de quita y pon, dejó caer una vez sobre sus parásitos violetas y otras flores, de modo que algunos se asfixiaron y murieron al no poder salir de entre ellas».

Entonces, lo más llamativo de esta obra es el contraste entre el tema y el modo de representarlo. Quien no conoce la historia, queda cautivado o cautivada por la belleza casi abrumadora de la pieza. Sin embargo, tras esta apariencia de ensueño se esconde una tragedia derivada de la crueldad de un emperador conocido por su falta de escrúpulos.

Parecería incluso que los invitados a la fiesta, en primer plano, se relajan entre los pétalos que caen sobre ellos. Pero nada más lejos de la realidad: se encuentran luchando por su vida. Al fondo, el infame Heliogábalo y acompañantes disfrutan del morboso espectáculo. No es en absoluto una sorpresa que su afán por hacer enemigos le llevara a ser asesinado tras cuatro años en el poder.

Por lo que respecta a la composición, está magníficamente equilibrada. En primera instancia, los cuerpos de los cortesanos, sepultados por los pétalos de tonos rosados. Estos vuelan e invaden toda la escena hasta quedar acumulados en primer plano. De hecho, son las flores las que guían la mirada de quien observa la obra.

Primero, el ojo recae en las personas recostadas bajo esta marea rosa. La luz procedente del lateral derecho también incide con mayor intensidad en los cuerpos en primer término. Luego, nos dirigimos a las flores que aún se encuentran cayendo en un movimiento serpenteante que enmarca las personas al fondo.

Estas disfrutan del macabro show ofrecido por el anfitrión. Llaman la atención, además, las dos personas en la esquina inferior derecha: un joven mira fijamente al emperador, y una muchacha, por el contrario, apela al público, clavándonos la mirada.

Si en algo destaca Lawrence Alma-Tadema entre sus contemporáneos es en la excelente ejecución de las arquitecturas en su obra. Captura como ningún otro el color del mármol e incluso su textura. Además, nada en sus pinturas es casualidad, y hace uso tanto del plano arquitectónico como de reproducciones de esculturas para enriquecer su contenido.

De hecho, al fondo vemos una escultura del dios Baco que, atendiendo a cómo suele mostrarse, está acompañado de un felino y un joven sátiro. Al igual que a la divinidad, a Heliogábalo le encanta el vino y las fiestas, aunque a estas últimas les añade siempre su toque personal: la crueldad.

En definitiva, el artista recrea en su pintura un pasaje dramático de la historia antigua. Los invitados a este banquete, cuando comienzan a caer los primeros pétalos, creen que se trata de un bello espectáculo floral. Pero pronto estos pocos pétalos pasan a ser toneladas, causando sus muertes.

De igual modo, en un primer contacto con la pintura, el espectador cree estar ante una escena festiva, quizás un ritual en honor a cierta diosa de la belleza que tiene la rosa como atributo. Pero al prestar un poco más de atención, nos damos cuenta de que hemos caído en una trampa. No es una fiesta y el «espectáculo», por su parte, es la muerte.

GALERÍA DE IMÁGENES

BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA

Barrow, Rosemary. Lawrence Alma-Tadema. Londres: Phaidon, 2004.

Prettejohn, Elizabeth. Lawrence Alma-Tadema and the Modern City of Ancient Rome. 2002. https://www.jstor.org/stable/3177255

Villena, Luis Antonio de. «Alma Tadema y el decadente sueño burgués» en Maestros en la sombra. Madrid: Fundación Amigos Museo del Prado, 2013.

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