INTRODUCCIÓN
Hace casi un mes, en nuestro canal de YouTube dimos inicio a una trilogía de vídeos cuyo objetivo es abordar brevemente la obra de todos aquellos arquitectos que han tenido el grato honor de recibir el que es considerado el mayor reconocimiento a su oficio: el Premio Pritzker. Se le conoce popularmente con el nombre de «Nobel de la Arquitectura», y no es para menos, ya que quienes reciben este galardón se convierten en el centro de atención de la escena internacional, llegando a ver su carrera espoleada con gran cantidad de nuevos proyectos y encargos.
Esta publicación condensa por escrito todo lo que se muestra y habla en el primer video, que se centra en la historia del premio y los ganadores de América, África y Oceanía. Debajo de estas líneas os dejamos, además del texto como tal, el enlace a nuestro video de YouTube, en el que podréis ver muchas más imágenes que las que os vamos a mostrar en el propio artículo. Estáis invitados, por supuesto, a comentar en el mismo, a dejar un buen me gusta si os atrae lo que veis y, en última instancia, a ayudarnos con vuestra suscripción, contribuyendo así al crecimiento de tan humilde canal.
HISTORIA DEL PREMIO PRITZKER
La idea de crear un premio que supusiera “el mayor honor de la profesión” de arquitecto vino dada por la familia Pritzker, concretamente de Jay y Cindy Pritzker, empresarios con acciones a nivel mundial, en especial centrados en la cadena Hyatt Hotels. Su sede principal reside en Chicago, cuna del rascacielos y, por tanto, ciudad simbólica destinada a convertirse en la matrona del mayor premio de la historia de la arquitectura.

Bajo esta premisa, Jay y Cindy fundaron en 1979 el Premio Pritzker, con el que, además de honorar el trabajo de arquitectos cuyo talento, visión y compromiso suponen importantes contribuciones a la humanidad y su entorno, recompensan sus méritos con un regalo en metálico de 100000 dólares, un certificado oficial y, antiguamente, una escultura de Henry Moore. Esta última fue sustituida a partir de 1987 por una medalla de bronce cuyo diseño se inspira en las obras de Louis Sullivan, arquitecto chicaguense que es considerado uno de los padres de la arquitectura moderna, y en cuyo reverso se inscriben las palabras “firmeza, utilidad y belleza”, que son las máximas del arquitecto romano Marco Vitruvio (firmitas, utilitas, venustas).

La ceremonia de entrega del Pritzker se celebra cada año, por lo general en el mes de marzo, en un lugar que suponga un emblema para la historia de la arquitectura, como el Palacio de Versalles, el templo budista de Todai-ji, la RABASF o la plaza del Campidoglio de Roma, y a ella acuden importantes representantes de la escena internacional. Además de la entrega del premio como tal, previamente pronuncia un discurso el portavoz del jurado, integrado por profesionales del sector, y presenta la gala oficialmente el actual presidente y director de la Hyatt Foundation, Tom Pritzker, hijo de Jay y Cindy.
En cuanto al proceso de nominación, el jurado deja claro que el premio se otorga únicamente a un arquitecto o varios si así se establece, pero no a una firma, lo máximo permitido es un estudio de arquitectura. De igual manera, no se concede el galardón por un edificio concreto, como en otros premios, sino por toda una carrera.
Desde 1979 hasta 2025, se han sucedido un total de 48 arquitectos que pueden declarar con orgullo haber ganado el Pritzker. Sus producciones, que han dejado huella en fronteras de todo el mundo, constituyen eslabones fundamentales para el desarrollo de nuestra civilización, ya que, como muchos han declarado acertadamente en sus discursos, la arquitectura es la más social de todas las artes, con ella convivimos a diario y es la que da forma en verdad a nuestro entorno físico.
De cara a un recorrido menos convencional, no abordado desde una tediosa y lineal perspectiva cronológica, tomamos la decisión de organizar al conjunto total de arquitectos Pritzker por continentes, y, partiendo de ahí, en regiones más específicas amoldadas a cada caso en particular. En el primer video, como hemos dicho al comienzo, se habla de los ganadores de América, seccionada en dos bloques a su vez (América septentrional y Latinoamérica), y, a continuación, de África y Oceanía, tratadas conjuntamente ya que solo suman entre ambas dos arquitectos. Tenido esto en cuenta, podemos proceder ya al centro del asunto.
GANADORES DE AMÉRICA
AMÉRICA SEPTENTRIONAL
Nuestra primera parada, por ende, es América septentrional, en especial Estados Unidos, de donde procede el primer Pritzker de la historia, Philipp Johnson. No solo fue reconocido en la práctica, sino también en la teoría de la arquitectura, contribuyendo sus textos a asentar y difundir el Movimiento Moderno y lo que denominó Estilo Internacional.

Johnson fue quien recibió al afamado arquitecto Ludwig Mies van der Rohe a su llegada a EE.UU., quien se convirtió en una especie de maestro y referente, llegando a colaborar con él en la construcción del Edificio Seagram e inspirándole para realizar la Glass House. Tras defender los postulados de la arquitectura moderna, apostó por la posmodernidad con el Edifico Sony o Chippendale, antes conocido como Edificio AT&T.

El siguiente arquitecto estadounidense en ganar el Pritzker fue Richard Meier en 1984, quien fue ovacionado por el jurado por “perseguir la esencia de la arquitectura moderna”, destacando su constante búsqueda del equilibrio entre la luz y el espacio en sus edificios, dotados de una pureza formal calificada como “neorracionalista”.

Sus obras han abarcado toda clase de tipologías, desde la Smith House y la Douglas House, que respiran aires de las villas de Le Corbusier, hasta el Atheneum de New Harmony, en Indiana, o el High Museum of Art de Atlanta, en Georgia.

En 1988 se sumó a la lista Gordon Bunshaft, arquitecto ligado al Estilo Internacional que entendía la arquitectura como una empresa conjunta entre cliente y diseñador, dotando así a sus proyectos de una gran humanidad.

Cuenta en su haber con la elegante Lever House de Nueva York, que sigue el modelo de muro-cortina de cristal de Van der Rohe, y el National Commercial Bank de Jeddah, en Arabia Saudí, ambos concebidos mientras trabajaba para la firma SOM.

La nómina de América septentrional continúa con Frank Gehry en 1989, altamente reconocible en la esfera mundial debido a su admirado y también criticado lenguaje deconstructivista.

Sus curvas, contracurvas y líneas oblicuas, de superficies reflectantes, materializan la visión escultórica propia de un artista y la ambivalencia de la sociedad contemporánea en edificios como el Museo Aeroespacial de California, el Museo Guggenheim de Bilbao o el Pabellón Jay Pritzker de Chicago.

Robert Venturi, premiado en 1991, fue uno de los grandes teóricos, divulgadores y practicantes de la arquitectura posmoderna, habiendo desafiado en su libro Complejidad y contradicción en la arquitectura la fría y simplista estética de la modernidad ortodoxa, y revalorizando el papel de la forma y la historia de la arquitectura.

Llevó sus presupuestos a la práctica en edificios como la Vanna Venturi House, la Guild House o el Pabellón Gordon Wu Hall del Butler College, con los que busca una cálida base social con la que acercarse al pueblo.

Finalmente, en 2005 se reconoció la labor de Thom Mayne, quien, al igual que Frank Gehry, ha buscado en la costa oeste de EE.UU., bajo la firma de Morphosis, la conformación de una arquitectura representativa de la cultura californiana.

Con el transcurso de las décadas, sus potentes volúmenes han ido ganando fama exponencialmente, destacando la Diamond Ranch High School, el Edificio del Gobierno Federal de San Francisco o la Sun Tower de Seúl.

LATINOAMÉRICA
Nos desplazamos ahora a Latinoamérica, donde encontramos a un total de cuatro premiados, dos de ellos hispanoamericanos. El primer hispano fue Luis Barragán en 1980, el cual se autodefinió como un “arquitecto del paisaje”.

Barragán buscó continuamente que sus sencillas composiciones, de formas puras y vivos colores, interactuaran con la naturaleza en base a principios místicos y espirituales que transmiten calma y serenidad. Así se aprecia en su casa en Ciudad de México, la Cuadra San Cristóbal o las Capuchinas Sacramentarias del Purísimo Corazón de María, así como en sus fuentes y jardines.

El segundo arquitecto hispanoamericano en recibir el Premio Pritzker no lo haría hasta 2016. El honor le correspondió al chileno Alejandro Aravena, que, de forma individual y bajo la compañía ELEMENTAL, ha llevado a cabo importantes proyectos en su país natal y otros del mundo.

Destaca su labor de reconstrucción de la ciudad de Constitución tras el terremoto y tsunami acontecidos en 2010, reivindicando con ello la figura del arquitecto comprometido con la sociedad en el siglo XXI.

Los otros dos arquitectos latinoamericanos con el premio Pritzker son de Brasil, siendo el primero el afamado Oscar Niemeyer, galardonado en 1988, a la vez que Gordon Bunshaft. Este es el primer nombre en el que uno suele pensar al hablar de arquitectura brasileña: su creativa personalidad se refleja en sus juegos formales, que hacen de los edificios que diseña esculturas a gran escala.

Sobresale su dirección de la arquitectura de Brasilia, que le fue confiada por el propio presidente, Juscelino Kubitschek, en 1956. Gracias a su talento e imaginación, Brasil centró el foco de atención del panorama arquitectónico internacional, constituyendo la plaza de los Tres Poderes una de sus obras maestras.

En otro registro actúa Paulo Mendes da Rocha, firme practicante del brutalismo que revaloriza la desnudez de los materiales, en especial el hormigón y el acero.

Con ellos, Da Rocha obtiene estructuras altamente impactantes que transforman la naturaleza a su alrededor y atienden a las necesidades humanas, como vemos en el Gimnasio del Club Atlético Paulistano o la Capilla de San Pedro en Campos do Jordão, São Paulo.

GANADORES DE ÁFRICA Y OCEANÍA
ÁFRICA
En esta pequeña, mas no por ello menos interesante sección, África queda representada en los Pritzker con Diébédo Francis Kéré, nativo de Burkina Faso que se alzó con la prestigiosa condecoración en 2022. Ello fue como reconocimiento a su ejemplar compromiso con la comunidad que lo vio crecer, a cuyo desarrollo ha contribuido activamente tras terminar sus estudios en Berlín.

Su magistral combinación de los materiales locales con el saber arquitectónico global, ligada a su extraordinaria sensibilidad con la tierra y el clima, le han llevado a concebir complejos como la Escuela Primaria de Gando o el Centro de salud y promoción social de Laongo. Con ellos, Kéré ha impulsado sectores como la educación y la sanidad en su país y otros del continente africano, haciendo de la crisis su virtud y principal motor inspirativo.

OCEANÍA
En el ámbito de Oceanía, por su parte, tenemos al australiano Glenn Murcutt, que recibió el Pritzker veinte años antes que Kéré, es decir, en 2002. Murcutt ha sido, quizás, el primer arquitecto de Australia en atraer atención a nivel mundial por sus obras, ya que siempre ha preferido trabajar individualmente en proyectos pequeños que le permitan una libre experimentación.

Su vocación arquitectónica la aprendió de su padre, quien, entre otras influencias, le inculcó la pasión por Mies van der Rohe y el uso del hierro corrugado. Al igual que Diébédo, sus edificios se adaptan a la luz y el clima de la naturaleza con una gran sensibilidad, como vemos en la Done House, la Marika-Alderton House o el Centro Educativo Arthur & Yvonne Boyd.

CONCLUSIÓN
Esta es, en resumen, la historia detrás del honorable Premio Pritzker de arquitectura, cuyos ganadores procedentes de los continentes americano, africano y oceánico, que suman doce en total, os hemos condensado en este breve artículo, nutrido de imágenes, eso sí. De nuevo, esta es la versión escrita del video que publicamos ya hace cerca de un mes en nuestro canal de YouTube, al que os invitamos a suscribiros una vez más, todas las semanas refrescamos nuestra colección con nuevos capítulos para enriquecer sus fondos con la mayor calidad divulgativa posible.
El pasado miércoles subimos ya la segunda parte de la susodicha trilogía del Pritzker, centrada en los premiados de Europa, un total de 23, ni más ni menos, a los que pasamos revista uno por uno de forma breve, pero, esperamos, amena, entretenida y didáctica. Concluiremos la trilogía el próximo mes de mayo con Asia, la cual hemos querido dejar para el final ya que de uno de sus países, China, procede el Pritzker de este 2025, el último hasta la ceremonia del año que viene: Liu Jiakun. Próximamente, por tanto, traeremos también el artículo de la segunda parte, así que estad atentos, que aún queda camino por delante.