Monet, Renoir o Degas son algunos de los artistas más populares en la actualidad. Sus obras maestras son las favoritas de muchos amantes del arte, y todos ellos pertenecen al movimiento impresionista. Después de un siglo de arte académico y clásico, en la segunda mitad del siglo XIX surgirá en Francia el Impresionismo, un movimiento que cambiará la percepción del arte del momento y que establecerá unas nuevas normas artísticas que lo convertirán en uno de los más populares de la historia del arte.
Durante la primera mitad del siglo XVIII, el arte fue cosa de ricos: la aristocracia, criada en la riqueza y educada en la alta sociedad, encargaba obras de arte para decorar sus palacios, promoviendo movimientos artísticos como el Rococó. Durante la segunda mitad del siglo, con la influencia de la Ilustración y con los cambios políticos, el arte empezó a evolucionar dejando atrás ese lenguaje vacío del Rococó.
Así surgieron movimientos como el Neoclasicismo que, aunque seguía estando financiado por la burguesía, tenía un carácter más universal. El siglo XIX supuso sed de cambio para los nuevos artistas franceses: en una sociedad en la que solo se apreciaban obras que imitaban las antiguas o que seguían las normas de las academias de Bellas Artes, decidieron romper con las normas establecidas para revolucionar la visión artística de su época.
Debemos entender el periodo de surgimiento del impresionismo como un momento clave en la historia de Europa. Se producen conflictos bélicos importantes como la Guerra Francoprusiana (1870-71) o la Primera Guerra Mundial (1914-18), que cambiarán las relaciones internacionales del momento. Después de llegar a su auge colonial en 1905, las metrópolis europeas empiezan a ver su poder desplazado hacia dos nuevas potencias: Japón y Estados Unidos.
Por lo que a la economía se refiere, será un periodo de desarrollo industrial: con el ferrocarril se ampliarán las conexiones entre las principales ciudades ferroviarias. Además, la invención de los tubos de pintura facilitará a los artistas la práctica de la pintura al aire libre. En el ámbito social, la burguesía destacó como grupo principal, contribuyendo a la creación de nuevos espacios para el arte y a su financiamiento.
Los orígenes del movimiento impresionista fueron diversos. En primer lugar, y en la propia Francia, los artistas emergentes tuvieron como antecedente a los pintores realistas— Courbet, Millet o Daumier— que, rompiendo con las normas evocadoras academicistas y neoclasicistas, decidieron enfocar sus pinturas en la realidad de la Francia del siglo XIX.
El arte de grabado japonés fue también fuente de inspiración impresionista: las xilografías que se hacían en Japón nada tenían que ver con el arte francés del siglo XVIII. Predominaban en ellas los colores puros y brillantes. También destacaba en ellas el alejamiento de las leyes de perspectiva del Renacimiento—usadas durante todo el siglo XVIII—, sustituidas por la planitud y la carencia de volúmenes. La última influencia y probablemente la más clara es la fotografía, creada en la primera mitad del siglo XIX. Gracias a ella, los artistas experimentaron con nuevos encuadres en sus obras, que las hacían gozar de un carácter menos serio.
Al hablar del Impresionismo hay ciertos autores que no podemos pasar por alto. Manet se considera uno de los más importantes precursores del impresionismo en Francia—que no un impresionista propiamente dicho—. Aunque sus obras gozaban de los mismos modelos usados por los impresionistas, su técnica no adopta aún la forma impresionista.
Ilustraba temas que resultaban transgresores en su época: su Olympia (1863) causó furor por retratar a una prostituta desnuda de la manera en la que los artistas clásicos representaban a las diosas. Su Almuerzo sobre la hierba (1863) le dejó fuera del Salón ese mismo año: aunque usó como modelo las figuras principales del Juicio de Paris de Raimondi (grabado de un fresco de Rafael), volvió a representar el cuerpo desnudo de una mujer en primer plano y esta vez rodeada por hombres vestidos de pies a cabeza.


El Salón de París se consolidó en esta época como la exposición más prestigiosa en el mundo del arte: los artistas que conseguían exponer sus obras gozaron de éxito profesional. Sin embargo, esta exposición estaba organizada por la Academia de Bellas Artes que contaba con un jurado que defendía el arte canónico y tradicional.
Muchos de los artistas impresionistas que hoy conocemos fueron rechazados por el Salón. Así es como en 1874 nace el Salon des Refusés “Salón de los Rechazados” donde se exponen obras duramente criticadas por el jurado del anterior Salón. Entre los participantes se encontraba Claude Monet, probablemente el máximo exponente del impresionismo francés, con su cuadro “Impresión, sol naciente” que, a raíz de una crítica negativa, acabaría dando nombre al movimiento.


Ya que hemos tratado las influencias y el origen del movimiento impresionista, debemos explicar qué es lo que lo caracteriza. En términos generales, debemos entender el impresionismo como un movimiento en el que se busca captar imágenes instantáneas de la vida cotidiana. No se busca un arte premeditado y ensayado sino todo lo contrario. Esto se consigue a través de una serie de características:
En primer lugar, y en relación con la fotografía, los pintores expresionistas experimentaron con nuevas composiciones para crear obras de carácter más desenfadado. Un ejemplo de esto es el encuadre utilizado por Degas en La orquesta de la Ópera (1868-69) en la que el pintor decide “cortar” del plano pictórico las cabezas de las bailarinas y algunos músicos.

Otra característica será la pintura al aire libre, plein air, que exigirá a los artistas pinceladas mucho más sueltas y difusas. Estas obras deberán ser vistas desde la distancia, ya que las formas serán tan desdibujadas que no se distinguirán de cerca.
En su serie de Catedrales de Rouen (1892-94), Monet pinta un mismo lugar en distintas horas del día y distintas estaciones. Con esto pretende captar la luz, efímera e irrepetible. Siguiendo esta línea, para la correcta representación de la realidad los pintores acudirán a la teoría del color y al círculo cromático para recrear las luces y sombras de la realidad. Así, se evita el uso del negro y el blanco puros para crear sombras y luces a partir de colores complementarios que se integran mejor entre ellos.

Finalmente, en la generación impresionista habrá un predominio de la mancha sobre el dibujo: no existen bordes delimitados ni figuras dibujadas. Un ejemplo de esto puede ser El almuerzo de los remeros (1881) de Renoir, en el que las figuras parecen estar difusas y desdibujadas.

A continuación, hablaremos de la temática de las pinturas impresionistas. En oposición a los temas mitológicos que predominaron en la pintura del siglo XVIII, los pintores impresionistas se centrarán o bien en la naturaleza— buena fuente de luz y movimiento que puede ser captado en un “instante” irrepetible— o bien en la vida cosmopolita de la París del siglo XIX. Para poder entender esto, podemos dar algún ejemplo.
Monet será el pintor de la naturaleza por excelencia, pintando en sus obras sus preciosos jardines en Giverny (El jardín del artista en Giverny, 1900) o los paisajes de Argenteuil (Regatas en Argenteuil, 1872) entre otros. Por lo contrario, Degas optará por los espacios interiores: las clases del Ballet de París (Ensayo de ballet, 1873). El caso es que la pintura será un reflejo de la sociedad del momento, un espejo en el que se verá reflejada la sociedad parisina de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX.



Así pues, el impresionismo (Francia, segunda mitad del siglo XIX) fue un movimiento artístico que destacó por su carácter innovador en una Europa en la que todavía se respiraba un ambiente academicista de rigor y canon.
BIBLIOGRAFÍA/WEBGRAFÍA
- GRAHAM DIXON, Andrew: Arte. La historia visual definitiva. 2019.
- DEL CASTILLO, Gonzalo; SORIANO, Joan: Grandes maestros de la pintura. Monet. Barcelona, 2008.
- MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE BUENOS AIRES: https://www.macba.com.ar/arte-del-siglo-xviii/ (Consulta: 30/10/2024)
- IMPRESIONARTE: https://conoceelimpresionismo.blogspot.com/2013/10/contexto-historico-y-politico-del.html (Consulta: 29/10/2024)
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