FRANCISCO DE GOYA – GRABADOS
En una visita a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, podemos hacer un viaje al pasado, concretamente al siglo XIX, una época de crisis en España. La Guerra de Independencia Española comenzó en el año 1808, un año en el que Francisco de Goya ya era un artista consolidado y reconocido en el territorio español, como pintor de la corte de Carlos III.
La Guerra de Independencia tuvo un gran impacto en la población española, fue el propio pueblo el que se rebeló contra la ocupación francesa. Fue un conflicto prolongado y brutal que provocó un clima de violencia y terror en toda España. Francisco de Goya fue un testigo durante esta situación y sufrió las consecuencias de ésta. A pesar de no participar activamente en la contienda, experimentó los horrores de la guerra a través de sus grabados, en la serie “Desastres de la Guerra” muestra la tragedia, la desesperación y el sufrimiento que dejó la guerra.
La Calcografía Nacional conserva la mayor colección de láminas metálicas del arte gráfico español, entre las que destacan las 228 planchas grabadas por Francisco de Goya. En las salas del Gabinete Goya se exponen las láminas de cobre desde sus primeros contactos con el mundo del grabado, copiando las pinturas de Velázquez que se conservaban en el Palacio Real, o sus primeros grabados –“El agarrotado” (izq.) y San Francisco de Paula (der.)- hasta sus cuatro grandes series: Caprichos, Desastres de la Guerra, Tauromaquia y Disparates.
El Gabinete Goya invita al estudio y la contemplación de unas obras únicas. Por decisión de la Academia de BBAA las láminas de Goya han dejado de estamparse, siendo consideradas obras de arte definitivas, nacidas directamente de las manos del artista.
Francisco de Goya, nacido en 1746 y fallecido en Burdeos en 1828, vivió una serie de acontecimientos históricos que tuvieron un importante reflejo en su evolución artística que le llevaron hacia la ruptura con la tradición normativa clasicista y a la búsqueda de nuevos medios expresivos. Recurrió al grabado para denunciar los comportamientos de la sociedad decadente en la que vivía. Una sociedad dominada por el abuso de poder, la crueldad, y la violencia, la represión política y religiosa… las series gráficas de Goya conforman uno de los episodios de mayor relevancia en la historia del arte universal.
La práctica del grabado que llevó a cabo Goya fue indisociable de su condición de pintor, de ahí que escogiera el procedimiento del aguafuerte por adaptarse bien a su manera pictórica de concebir la imagen. La técnica del aguafuerte consiste en una lámina de cobre recubierta con un barniz protector, en el que el artista dibuja con una punta metálica. Se despeja el barniz de las líneas de la imagen y se sumerge esta lámina en una cubeta de ácido mordiente (rebajado con agua) que se utiliza para atacar el metal y disolverlo en las zonas donde el artista ha pintado, donde se ha hecho desaparecer el barniz.
Francisco de Goya complementó la técnica del aguafuerte con la de la aguatinta, para incorporar sombras y medios tonos. Esta técnica consiste en espolvorear resina de pino uniformemente sobre la superficie de la lámina. El punto de resina, como el barniz en el procedimiento del aguafuerte, actúa como aislante. Consiste en sumergir la lámina en el ácido, así solo ataca los intersticios que se encuentran en los puntos de resina.
Caprichos 1797-1799
Su primera serie Los caprichos, fue la primera y la más divulgada de las series gráficas de Goya. Se anunciaron en el diario de Madrid en el año 1799, a diferencia del resto de series que vieron la luz años más tarde de su creación.
Esta serie constituye una fuente indispensable para el estudio de la práctica del grabado en Goya y de la sociedad española de finales del siglo XVIII, ya que aporta la perspectiva del pensamiento ilustrado, además de ser testimonio del cambio que surge con el fin del antiguo Régimen y el nacimiento del pensamiento liberal burgués.
Lo que encontramos en la serie “Caprichos” es un contenido satírico que va en contra de los estamentos privilegiados de la sociedad, (la aristocracia y el clero); las supersticiones y otros hábitos irracionales del pueblo. En general produce una crítica contra los vicios humanos.
Desastres de la guerra 1810-1815
Dos años después del inicio de la Guerra de Independencia, Goya realizó en 1810 una serie gráfica que sirvió socialmente como denuncia contra la barbarie que se estaba viviendo en España, la invasión por parte de las tropas napoleónicas. A esta serie la tituló: los desastres de la guerra. Estos grabados surgieron de la reflexión personal del artista ante su propia experiencia de los acontecimientos. Esta serie constituye una meditación sobre la guerra que trasciende todas las épocas, llegando a influir obras tan reconocidas como el Guernica.
Los temas que observamos en los grabados de Goya son: el terror, el fanatismo, la injusticia, la miseria, la tortura, la muerte… Considerándolas consecuencias de una guerra de la magnitud de la Guerra de Independencia. Dentro de la crítica que realiza el artista, podemos observar que culpa al hombre colectivo y anónimo, como graba en el desastre 74, “mísera humanidad, la culpa es tuya”. Con esta sentencia Goya realiza una crítica a la sociedad decadente en general, que obtiene como consecuencia el cúmulo de crueldades que testifican el fracaso del hombre.
Las 82 láminas de cobre de los desastres de la guerra fueron adquiridas por la Academia en octubre de 1862 y su primera edición vio la luz al año siguiente.
Tauromaquia 1814-1816
Años después de finalizar la serie de “Desastres de la guerra”, la gaceta de Madrid anunció en 1816 la venta de una nueva serie realizada por Francisco de Goya, entre los años 1814 y 1816: “Tauromaquia”.
Podemos encontrar tres partes en esta serie: la historia de la lidia en España desde la antigüedad, las figuras de las dos escuelas principales del toreo durante el siglo XVIII y los lances que finalizan de forma trágica.
A pesar de cambiar radicalmente el tema de los grabados, sigue con la crítica que comenzó con “Desastres de la guerra”. Goya aborda el tema de la corrida de toros desde una posición distinta a la que se realizaba en esa misma época, de espectáculo colorista de estampas.
Influido por el ambiente ilustrado que estaba en contra de los espectáculos taurinos, el artista se apartó del modelo tópico de la lidia, creando unas imágenes desconcertantes mediante un lenguaje violento. Este desconcierto se provocaba mediante la anulación de la distancia y el dramatismo de la luz y el vacío. Estos juegos sirvieron para provocar una duda sobre la posición de Goya en cuanto a la tauromaquia, a pesar de declararse aficionado en su juventud.
Esta serie, aunque menos conocida, también ha servido de gran influencia a lo largo de la historia del arte. Volviendo a nombrar a Picasso encontramos en la tauromaquia un tema muy recurrente en su obra, pudiéndolo encontrar en obras como el Guernica, u obras tempranas de su formación.
Las 33 láminas de cobre de la Tauromaquia fueron adquiridas en 1979 para el Círculo de Bellas Artes por la Academia, donde se encontraban depositadas desde la guerra civil.
Disparates 1815-1824
En octubre de 1862 la Academia adquiría 18 láminas de cobre de los Disparates. Esta fue su serie más tardía en cuanto a la técnica del grabado. Podemos apreciar una diferencia con el resto, en las series anteriores encontrábamos datos que sugerían la propia interpretación del artista, con lo cual era más sencillo descifrarlas. En los grabados de la serie “Disparates”, no vemos ninguna referencia iconográfica.
Inicialmente se dio a conocer con el nombre de proverbios. El título Disparates fue tomado de algunas pruebas de estado, donde aparece escrito. En torno a esta serie descubrimos el enigma de que la serie no estaría finalizada. Estas conjeturas vienen por la inexistencia de comentarios o leyendas descriptivas que aparecen en la mayoría de los grabados de Goya, la tardía publicación de estas estampas además de su orden aleatorio. Estas obras nos adelantan la conversión en el arte de Goya, el camino entre la realidad objetiva y el dominio de la subjetividad, que anticiparían el arte contemporáneo.
Esta serie de grabados carece de coherencia narrativa, aún no se ha descubierto lo que intenta contar, es una de las series más reconocidas, representa la idea de artista atormentado. Esta serie queda inacabada, debido a su muerte en el año 1828.
Los grabados de Francisco de Goya han conseguido trascender su época, además de retratar de una manera impactante la sociedad del momento, contando los miedos, las injusticias y los conflictos humanos.
Estas series muestran una gran habilidad técnica y una crítica al poder y a la irracionalidad humana. A través de su arte, Goya reflejó los problemas de su sociedad, además de invitarnos a reflexionar sobre las injusticias y problemas que aún existen. Por ello su legado artístico es innegable y es un testimonio poderoso de la condición humana.