COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LAS DOS FRIDAS
CONTEXTO HISTÓRICO
«Las dos Fridas» es una de las pinturas más icónicas de Frida Kahlo, realizada en 1939, el mismo año en que se divorció de su esposo, el muralista Diego Rivera. Este año marcó un punto de inflexión emocional en la vida de Kahlo, quien atravesaba por una profunda crisis personal. Aunque se volvieron a casar poco tiempo después, la separación temporal influyó en la creación de esta obra, que refleja su lucha interna entre dos identidades y su dolor emocional.
La obra fue pintada en un contexto social y político importante en México. Tras la Revolución Mexicana (1910-1920), el país vivía un resurgimiento de identidad nacional, impulsado por movimientos artísticos como el muralismo mexicano, encabezado por artistas como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.
Estos artistas promovían el orgullo por lo indígena y el mestizaje, revalorizando la historia y las tradiciones mexicanas. Frida Kahlo, aunque no se identificaba completamente con el muralismo, sí compartía este interés por explorar la identidad mexicana, pero lo hacía desde una perspectiva mucho más íntima y personal.
En este periodo, el trabajo de Kahlo se alineaba también con movimientos internacionales como el surrealismo, aunque ella misma rechazaba ser catalogada dentro de este grupo. A pesar de la cercanía con artistas surrealistas como André Breton, Frida Kahlo afirmaba que no pintaba sueños, sino su realidad. Esta pintura, por tanto, puede verse como un producto del contexto cultural de la época, pero también como un reflejo personal de la agitación interna que la artista vivía en ese momento.
BREVE BIOGRAFÍA DEL ARTISTA
Frida Kahlo nació el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, Ciudad de México, y murió el 13 de julio de 1954 en la misma ciudad. Desde joven, sufrió varios problemas de salud. A los seis años, contrajo poliomielitis, lo que dejó una de sus piernas más delgada que la otra, provocando una cojera que la acompañó toda su vida.
A los 18 años, sufrió un trágico accidente de autobús que le causó graves lesiones, fracturas en la columna vertebral, en las costillas, la pelvis y la pierna derecha, además de otras heridas internas. Este accidente marcó su vida para siempre, y gran parte de su obra refleja el dolor físico y emocional que experimentó.
En 1929, Kahlo se casó con el famoso muralista Diego Rivera, cuya obra tuvo una gran influencia en su vida personal y artística. A pesar de su intensa relación amorosa, su matrimonio estuvo lleno de infidelidades, tensiones y problemas que se reflejaron en muchas de sus pinturas, incluida «Las dos Fridas«. A lo largo de su vida, Kahlo también se involucró en la política, siendo simpatizante del comunismo y amiga de figuras políticas internacionales como León Trotsky.
A pesar de que no alcanzó el reconocimiento internacional durante su vida como lo ha hecho póstumamente, Kahlo es hoy una de las artistas más importantes del siglo XX. Su obra aborda temas como la identidad, la poscolonialidad, el género, la clase y la raza en la sociedad mexicana, siempre entrelazados con su experiencia personal de sufrimiento físico y emocional.
ANÁLISIS FORMAL
«Las dos Fridas» es una obra pintada en óleo sobre lienzo, con unas dimensiones de 173 x 173 cm, lo que la convierte en una pieza de gran formato. El tamaño de la obra es significativo porque, al ser casi cuadrada y de gran escala, ocupa una presencia imponente, atrayendo inmediatamente la atención del espectador. El óleo, por su parte, le permite a Kahlo explorar detalles minuciosos y crear una textura suave pero densa, que da vida a las figuras y al ambiente cargado de emociones.
En la pintura, Frida se representa a sí misma en dos versiones sentadas lado a lado:
- A la izquierda, se encuentra una Frida vestida de blanco, con un vestido tradicional europeo, que parece representar su lado más occidentalizado, influenciado por su ascendencia alemana (su padre, Guillermo Kahlo, era alemán).
- A la derecha, está la Frida vestida con un traje tradicional mexicano, que simboliza su identificación con la cultura indígena y mestiza de México, un tema central en su vida y obra.
Ambas figuras están conectadas por una vena que pasa de un corazón expuesto al otro, un detalle anatómico que subraya el vínculo inseparable entre ambas identidades. Sin embargo, el corazón de la Frida europea está roto, lo que refuerza el tema del dolor emocional.
El espacio en el que se encuentran es ambiguo: un fondo oscuro y nublado que puede simbolizar el estado emocional turbulento de la artista. La atmósfera es pesada, y la falta de una ubicación geográfica específica hace que la escena se sienta atemporal y psicológicamente cargada.
La paleta de colores en «Las dos Fridas» es rica pero equilibrada. El blanco y el rojo destacan en las figuras centrales, simbolizando pureza y pasión, pero también sangre y dolor. La luz es suave y homogénea, lo que ayuda a destacar las figuras de Kahlo y sus detalles anatómicos. La vena que conecta a ambas Fridas es de un rojo intenso, lo que llama la atención sobre el simbolismo de la sangre, el corazón y las emociones profundamente entrelazadas en la obra.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Uno de los temas más claros en «Las dos Fridas» es la dualidad de la identidad. Frida Kahlo, quien tenía raíces mestizas (indígenas y europeas), siempre se sintió dividida entre dos mundos: el de la tradición mexicana y el de la influencia occidental. Esta división es lo que Kahlo refleja en las dos figuras, que representan diferentes aspectos de su personalidad.
La Frida vestida de blanco simboliza su herencia europea y los aspectos de su vida que sentía ajenos o dolorosos, mientras que la Frida vestida de tehuana representa su conexión con su cultura mexicana, un tema recurrente en su obra, donde exalta lo indígena y lo popular.
Ambos corazones están expuestos, un recurso visual que Frida utilizaba frecuentemente para representar su vulnerabilidad emocional y física. El corazón roto de la Frida europea, del que sale sangre y que ella parece incapaz de detener, simboliza su sufrimiento tras el divorcio con Diego Rivera. La Frida mexicana sostiene una pequeña fotografía de Diego Rivera, lo que sugiere que ese lado de su identidad está más vinculado emocionalmente con su amor por él.
La sangre que fluye entre las dos Fridas no solo conecta a las dos identidades, sino que también puede verse como una metáfora del sufrimiento constante que Kahlo sentía a lo largo de su vida, tanto física como emocionalmente. Esta circulación de sangre es un vínculo inevitable entre sus dos mitades, y su incapacidad para detener el sangrado con una pinza quirúrgica simboliza la imposibilidad de separar estas dos partes de sí misma o de curar completamente su dolor.
CURIOSIDADES
- Autorretrato Doble: «Las dos Fridas» es uno de los pocos ejemplos en los que Kahlo se representa dos veces en una misma obra, lo que refuerza el concepto de dualidad en su identidad. A lo largo de su carrera, Kahlo pintó numerosos autorretratos, pero este en particular se destaca por su complejidad emocional y su simbolismo.
- Referencia Médica: El conocimiento anatómico que Kahlo muestra en esta obra, especialmente en la representación de los corazones y las venas, tiene sus raíces en su interés por la medicina. Antes del accidente que cambió su vida, Frida había considerado estudiar medicina, y su experiencia personal con el dolor físico y las intervenciones quirúrgicas influyó en la forma en que representaba su cuerpo en su obra.
- Su cuadro más grande: «Las dos Fridas» es el cuadro más grande que Kahlo pintó en su carrera. El gran formato refuerza el poder emocional de la obra y subraya su importancia dentro de su corpus artístico.
- Vinculación con el Divorcio: Aunque no está confirmado por la artista, muchos estudiosos del arte han vinculado directamente la obra con el divorcio de Frida y Diego Rivera en 1939. La dualidad de su identidad refleja su lucha interna durante este doloroso proceso.
CONCLUSIÓN
«Las dos Fridas» es una obra profundamente personal y simbólica que captura las tensiones y las contradicciones en la vida de Frida Kahlo. A través de la representación de su dualidad, Kahlo explora temas universales como la identidad, el dolor, el amor y la pérdida.
La obra no solo es un testimonio de su maestría técnica, sino también de su habilidad para comunicar experiencias íntimas y emocionales de una manera que resuena con espectadores de todas las épocas. Esta pintura sigue siendo una de las más significativas y estudiadas de su carrera, mostrando la capacidad de Kahlo para transformar el sufrimiento personal en arte poderoso y evocador.
GALERÍA DE IMÁGENES
BIBLIOGRAFÍA
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